Un silencio aterrador a quedado en la habitación de Akira, ella y su amante aun desnudos, están quietos, asombrados por la calma de Takeshi. En un instante Akira tomo las riendas y confesó:" Querido, debo ser sincera contigo, él me ha dado lo que tú no me das, su atención y riquezas y no me arrepiento, llevo con él ya 1 año pero tú no te habías dado cuenta, te ruego por estos 2 años contigo que no le digas a mis padres, no soportaría verlos a los ojos".
Los ojos de Takeshi se pusieron rojos y luego la furia subió a sus mejillas, y solo dijo:" Nuestra relación a terminado, por eso ahora estas por tu cuenta, hoy nos separaremos, apenas tenga un lugar me iré, mientras tanto esta es también mi hogar, respétalo y si no lo haces no me culpes de que te trate groseramente"
Takeshi se dio vuelta seguido de Arata, salió de la habitación, paso por el comedor, miro a su alrededor y sus ojos se llenaron de odio y una llama de fuego apareció en sus ojos, en su corazón la flama de la venganza ha comenzado a arder.
volvió al trabajo con Arata, para cerrar las facturas de última hora, aun así, no podía concentrarse, malos pensamientos inundaban su mente
así que decidió, vivir el día a día, y no preocuparse por nada ni nadie menos por esa Akira.
Ya es demasiado tarde, la oscuridad ya cayó sobre la ciudad y Takeshi ya está en camino a casa, solo en la calle su deseo es una ducha y su cama, pensando en estas sencillas delicias, se le paso el bus.
Ya no puede ser más cruel el destino, el cielo comenzó a llorar junto con él, su ropa comenzó a mojarse cada vez más mientras repetía en su corazón " que más malo no puede ser este día, Dios llévame contigooooo".
Gemía sin control cuando sintió el suave toque de una mano tierna y pequeña, era su vecina Mei Konoe, ella siempre lo miró en secreto y deseaba hablar con él pero tenía vergüenza era muy tímida, sin embargo vio que hoy era su oportunidad de acercarse.
Mei le dijo con voz temblorosa:" vecino Takeshi, porque esta tan tarde y en estas condiciones", Takeshi con los ojos rojos, la miro y se perdió en sus hermosos ojos y su rostro emanaba dulzura sin igual, y sin querer le contó lo que le pasó hoy, era como un embrujo que lo envolvía que no pudo controlar sus emociones.
Mei lo miró muy emocionada nunca pudo estar tan cerca de quién siempre amo en secreto y ese era Takeshi, en edad eran las mismas, Mei era hermosa, de un pelo liso que volaba al viento.
Se sintieron que el tiempo se detuvo entre ambos, hasta que paso el siguiente bus, ya es tan tarde 01:30 am, ambos subieron en silencio, sólo se miraban con complicidad, llegaron a sus domicilios, cada uno a su propio calvario...