Por primera vez me encontraba nerviosa antes de una entrevista. Sabía que él y yo nos habíamos encontrado en diferentes momentos, que habría sido una mirada fugaz y una sonrisa efímera la que él me habría brindado. Estaba acostumbrada a hacer entrevistas a diferentes artistas y famosos de alto rango; pero ahora se trataba de Connor Cáceres, el hombre que había iniciado con breves relatos en su blog. Y ahora estaba por tener uno de los mejores puestos en los concursos de literatura que en nuestro país se celebra a nivel continental.
El chico que cuando aún se encontraba subiendo cada relato en su blog, esperando que la gente disfrutara de la buena escritura y los sentimientos que él era capaz de despertar a través de letras, se había robado mi corazón de la manera más curiosa posible: enamorándome con sus ideas, pensamientos, sentimientos que se encargó de plasmar en una hoja de papel y luego compartía con la sociedad que navegaba en la web.
Él había enamorado a miles de corazones a través de sus escritos y era capaz de mantener latiente aquel amor. Un amor que para muchos no sería correspondido, un amor que sería inalcanzable para otros, un amor que otros sólo podrán vivir por medio de sus letras. Él me había enamorado con pequeños relatos, con escritos que aunque no hablaran del amor eran capaces de despertar sensaciones que sólo enamorada puedes sentir.
Todos admirábamos su enorme y asombrosa capacidad para tocar corazones, de grabar en los mismos letras de amor, de insertar en nuestra mente su nombre ConnO’R; que era la forma en la que se había dado a conocer a través de la web. Y en definitiva, nos encantaba su grandiosa humildad; esa que siempre mostraba a todos cuando contestaba por medio de comentarios o en entrevistas pasadas.
Connor era el típico chico que todas las mujeres quisieran como pareja; un físico cautivador, una sonrisa fantástica, una personalidad un poco indescifrable, pero que a todas encantaba. Pensamientos verdaderamente acertados y una sinceridad que te hacía entender que era de las pocas personas que realmente estaba dispuesta a decir la verdad independientemente de todo. Y sobre todo, tenía aquel magnífico don: que podía crear por medio de las letras situaciones, escritos, historias y sentimientos que entraban en tu piel, enamorándote sin previo aviso. Un día sólo lees una mínima cantidad de palabras que redactadas por él crean una verdadera obra, y ya sabes que ahí tienes un lugar seguro, en aquellos escritos que él ha creado, que de él han nacido y que él nos ha compartido.
ConnO’R en mí había causado una revolución. Tiempo atrás me enamoraba de los personajes de libros, y cuando creía haberme enamorado de alguien a quién si pudiera tener, resultaba siendo un fracaso. Así que me había prometido evitar el inicio de un sentimiento hacia alguien a quien no podría tener, y si podía, de alguien que me demostrara de otras formas que no estaba dispuesto a dar por mí lo que yo por él, también lo evitaría.
Pero no pude, no siendo Connor. Recuerdo cuando una amiga me dijo: debes leer este texto. Así lo hice, y al terminar, dentro de mí se había encendido un pequeño sentimiento que desconocía. De forma inmediata me hice miembro de aquel blog, del que estaría pendiente. Y así había sido, hasta que a la tercera publicación que Connor hizo me dediqué a leer todo lo que de su autoría se encontraba en su página. Y ahí, entre lágrimas y sentimientos encontrados, me di cuenta que sus letras y él con su anónima identidad me habían enamorado.
Y nunca creí que él por medio de sus escritos iba a tocar la puerta del amor, un amor que era consciente no podía vivir a cuerpo y alma; que quizás sólo sería una ilusión que con el pasar del tiempo se apagaría, pero fue al contrario. Cada que actualizaba el blog yo me encontraba pendiente de su escritura y cada vez, una chispa motivaba más aquel amor que creía tener hacia él. Y todo cambió cuando él y yo tuvimos nuestro primer encuentro, uno virtual, por el que ambos conectamos de una manera impresionante y de la que estaba feliz por tener. Pero que sólo se daba por medio de una pantalla, por medio de letras, de poemas o escritos que de forma casi directa ambos nos dedicábamos.
Mi historia con Connor es complicada, es como una historia de una adolescente que se enamora de su personaje favorito, sabe que si lo lee ahí estará, pero al volver a su presente y su espacio, él no estará. Con la única diferencia de que yo lo puedo tener cerca de mí y él aún no se ha dado cuenta.