El Amor a veces Duele

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Salí de la casa dejando la música, luces y todo el alboroto atrás. Busque con la mirada a Brick que había salido en dirección contraria a donde había dejado su motocicleta.

Mi corazon latía con rapidez al ver como el se alejaba cada vez más.

—¡Astrid! ¿A dónde vas? —dijo Payton apareciendo a mi lado— ¿Qué sucede? ¿Otra vez?

Mire seriamente a Payton al ver como se interpuso en mi camino.

—Déjame pasar Payton.

—¿Por qué no disfrutas de la fiesta? —ella se cruzó de brazos— siempre te tienes que ir por culpa de él.

—Eso no es tu problema —dije pasando por tu lado pero ella me tomo del brazo— suéltame Payton.

—Desde que conociste a ese sujeto ya no eres la misma —no era la primera vez que escuchaba decir eso a mi amiga.

Volví a mirar hacia sus espaldas y casi ya no lo veía a Brick.

—¡Déjame en paz Payton! ¡Es mi vida! —me solté de su agarre.

—¡Deja de perseguir a ese tipo que ni siquiera admite que tiene algo contigo! —exclamo ella con enojo— ¿Tan poco te quieres?

En ese momento sentí una puntada en el centro de mi pecho y solo me alejé de allí.

—¡Astrid lo siento! —volvió a exclamar Payton.

Solo la ignore y seguí apurando mi paso hasta que a lo lejos divise a Brick. Me quité los tacones y empecé a correr para poder alcanzarlo.

—¡Brick, detente! —exclame sintiendo mi corazon latir con rapidez.

Hasta que finalmente llegue a su lado, lo observe y su rostro lucia serio.

—¿Te sigues hablando con ese imbécil? —dijo el mirándome con enojo.

—¡No, claro que no!

—¡Dime la verdad Astrid! —exclamo— ¡Lo vi hablando contigo!

—Ni siquiera sabía que el vendría a la fiesta —dije sintiendo como mi nueva sensibilidad me venían las ganas de llorar.

—Vi como el te miraba… ¡Tu misma me dijiste que él te había buscado!

—¡Pero eso fue hace meses antes de conocerte!

De repente el se acerco a mi y sus dedos rozaron mi pecho, seguido del sonido de algo cortándose. Inmediatamente lleve la mano a mi cuello percatándome de lo que había hecho.

—¡Devuélveme el collar Brick!

El miro la cadenita en su mano y cerro el puño para volver a mirarme con enojo.

—Yo te lo obsequie —el aparto su mirada— ¿Cómo quieres que confíe en ti cuando me mientes en la cara?

—¡No te estoy mintiendo Brick! ¡No entiendo porque haces esto! —dije sintiendo como las lagrimas empezaban a empapar mis mejillas.

La presión del pecho se convirtió en nudo que subía por mi garganta.

Ese regalo que el me había obsequiado por mi cumpleaños, el me lo había arrebatado sin siquiera creerme.

La sensación de dolor se esparcía por todo mi ser.

Fin de flashback

Solo pasaron unos minutos hasta que finalmente la puerta principal de la casa se abrió y por ella cruzaron mama junto con mis mellizos.

—¡Mami! —exclamaron mis dos pequeños corriendo hacia mi.

Me incline para poder abrazarlos y mi mirada fue hacia mama que traía algunas bolsas de compras.

—¿Por qué saliste de la casa con ellos? —dije mirando seriamente a mama.

—Tu padre no podía cuidar de ellos no iba a dejarlos solos —respondió ella pasando por nuestro lado.

Mi incomodidad seguía allí presente al igual que mis nervios. La imagen de Brick estaba reproduciéndose una y otra vez en mi cabeza.

Deje de abrazar a mis niños para seguir a mama que estaba en la cocina.

—No vuelvas a sacarlos de aquí sin mi permiso —me cruce de brazos tratando de disimular los nervios que estaba sintiendo.

—Desde que llegamos no has sacado a los niños en ningún momento Astrid —mama me miro con cierta expresión de confusión— debes buscarle una niñera.

—¡Pero no vuelvas a salir con ellos mama!

La mirada de mama cambio de confusión a molestia.

—¿Qué sucede contigo? ¿Por qué actúas así? ¡Los niños deben salir de la casa! ¡Son niños Astrid!

Los pensamientos de que hubiera pasado si alguien reconocía a mama me pusieron los vellos de punta.

¿Y si ese comentario llegaba a los oídos de Brick? Brick estaba allí.

—¡No olvides qe esos dos pequeños son tus hijos y debes encargarte de ellos! —mama se volvió hacia la heladera— no sé cómo harás con ellos ahora que no está Chase.

Mire a mama sorprendida por lo que acababa de decir.

—Yo puedo sola con mis hijos.

—Demuéstralo Astrid —dijo mama mirándome seriamente.

Las palabras de mama solo me hacían sentir culpable y de repente los miedos volvieron a surgir.

Ni siquiera me había esperado encontrarme con el tan pronto, pero sabía que más personas se enterarían de mi regreso a la ciudad.

¿Cómo iba a hacer con mis hijos?

Esa pregunta había rondado por mi cabeza durante horas.

Entre al baño y puse a llenar la bañera, mis pensamientos habían rondando por varios ámbitos de mi vida y había llegado a la conclusión que tendría que enfrentar a mi familia.

—¡Mami! ¿Cuándo iremos al parque? —pregunto mi niño que ya tenía su pantaloncillo de baño al igual que mi hija.

Metí a los dos en el agua que estaba con espuma y algunos juguetes que flotaban.

—¿Mañana te quedaras con nosotros?

—No cariño debo preguntarle a papá si podrá cuidar de ustedes —dije mirando a mi niña.

—¿Papá? —dijeron los dos observándome con una expresión de curiosidad.

—Si su abuelo —respondí mirando a mis niños.

—¿Cuándo veremos a nuestro papá?

Trague saliva tratando de disimular los nervios, pensando bien en que decir. Y fue inevitable traer otra vez a Brick a mi mente.




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