El Amor a veces Duele

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Mis ojos estaban sobre mis dos pequeños hijos que corrían de un lado a otro explorando el patio de nuestra casa.

Después de aquella noche llorando en los brazos de mama había tomado una decisión con respecto a mis mellizos.

El atardecer ya estaba sobre nosotros el patio de la casa tenía un gran árbol y de el colgaba mi viejo columpio, pero mis niños eran pequeños para poder subirse ellos solos. Así que solo nos habíamos encargado del césped.

Algunos de los pensamientos que eran mas recurrentes en mi mente era en cómo iba a hacer para sacar a los niños de casa que se había convertido en mi gran miedo, y todo me llevaba a Brick quien era la razón de ese miedo.

Después de aquel encuentro en el bar me había dejado desconcertada su actitud lo que me llevaba a pensar que desconocía por completo a como reaccionaria si el supiese la verdad.

<<No pienses en el>>

Negue con mi cabeza tratando de no pensar en eso porque ya suficiente eran los nervios que estaba sintiendo.

La noche llego, prepare a mis hijos y también me arregle, papa nos recogió para llevarnos de camino a la casa de mi abuela.

Todo el trayecto había intentado mantener la calma y recordaba las palabras de Chase que me mantenían tranquila.

El auto se detuvo en frente de aquella casa de ladrillo que tenia las puertas y ventanas de madera, con un frente repleto de flores coloridas.

Los cuatro nos bajamos del auto mis niños rápidamente se acercaron a mi para tomarme de ambas manos. Observe a papá que camino hasta la puerta en su rostro había una gran sonrisa, su felicidad era notoria.

El cruzo la puerta a penas percibí el sonido de la música y los murmullos que provenían de adentro de la casa.

Intente avanzar pero el tirón de una de mis manos me detuvo, observe a Owen que no se veía tan contento.

—Quiero volver a casa mami —dijo el mirándome con sus ojos brillosos.

Por un momento me sentí culpable de aquella reacción de mi pequeño pero sabia que el era parecido a mi en algunos aspectos y esa timidez que el tenía aparecía en situaciones donde debían enfrentarse a lo nuevo.

<<Es tu culpa>>

Trague saliva para inclinarme a su altura y mirarlo con una sonrisa.

—Tranquilo mi vida aquí nos vamos a divertir —mire a mi hija que ella también estaba expectante— ¿No querían conocer a la abuela? ¿A su tía Becca?

Algo cambio en el rostro de Owen y Olivia lo miro con una sonrisa, para luego los dos asentir con emoción.

Deposite un beso en cada una de sus cabezas para luego entrar a la casa. A un lado se encontraba la sala de estar y fue cuando me aferre a las pequeñas manitas de mis hijos.

—Familia aquí esta mi hija —dijo papa haciéndose a un lado.

Mis ojos llegaron a mi abuela que ella no dudo en avanzar hacia mi para abrazarme.

—¡Bendito sea Dios que estas aquí de nuevo mi niña! —abrace a mi abuela intentando contener las lágrimas.

—Lo siento mucho Abuela —dije entre sollozos.

Aquel cálido abrazo que había añorado por un largo tiempo, la culpa se había hecho presente al ver aquellos rostros con una sonrisa y lágrimas al verme.

Mi abuela se alejo un poco para observarme su rostro con unas marcadas arrugas estaba empapado en lágrimas.

—No puedo creerlo que estés acá conmigo —ella tomo mis manos entre las suyas para luego acercar una de sus manos a mi rostro— ya no llores mi niña.

—¡Es el mejor regalo de cumpleaños que pude recibir! —mi tía Nicole tenía el rostro rojizo de tanto llorar.

Mi tía Nicole deposito dos besos en cada una de mis mejillas, aquel gesto me hizo sentir otra vez una adolescente. Esos recuerdos de cuando visitaba a la abuela y mis tías preparaban la tarde del té.

—¡Toda una mujer! —exclamo mi tía Greta que se había quitado sus lentes para luego llorar.

Junto a la tía Greta apareció una mujer de casi mi edad con el mismo color de cabello pero mas largo que el mío y completamente lacio.

—¡Prima te extrañamos muchísimo! Vicco ven saluda a tu tía —ella extendió su mano al pequeño niño que alguna vez yo había cargado entre mis brazos siendo un bebe.

En ese momento me percate de mis hijos que se había quedado a un lado de papa que solo seguía sonriendo.

—Y ellos son mis nietos —hablo papa llamando la atención de los presentes.

Mi abuela y mis tías se giraron para observar a mis pequeños.

—Saluden mis niños —dije mirándolos a los dos con una sonrisa.

—¡Oh no puedo creerlo! —exclamo mi abuela al verlos.

Ellos reconocieron a la abuela y se acercaron lentamente a ella para luego abrazarla.

—¡Son preciosos Astrid! —mi tía Nicole volvió a abrazarme y fue cuando me percate de la otra presencia que estaba en aquella sala.

Mis ojos llegaron a aquella joven de cabellos rizados que estaba de brazos cruzados al lado de la puerta que daba al patio. Ella tenia la mirada sobre mis hijos hasta que se percato de mi mirada, Becca se volteo para salir hacia el patio dando un golpe con la puerta corrediza.

Volví mi mirada nerviosa hacia mi tía que estaba a mi lado. Mis nervios habían calmado un poco pero quedaba hablar con Becca.

—Ve a hablar con ella linda —asentí mirando a mi tía Nicole que era la madre de Becca.

Camine hacia la puerta no sin antes mirar a mis hijos que ahora estaban sonrientes mientras mis tías estaban a su alrededor.

Sali al patio y baje las escaleras, que llevaban al jardín el patio de la abuela era amplio a un lado tenia una pequeña plataforma con piso de madera que utilizaban para tomar el té. Y al otro lado había una fuente donde se formaba un pequeño canal que luego desaparecía.

Becca estaba de espaldas mirando hacia el cielo repleto de estrellas.

Seguí acercándome a ella hasta quedar a pocos metros, sentía ese nudo en mi garganta ya las lágrimas habían pasado pero mi mente se había quedado en blanco.




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