El Amor a veces Duele

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Me incline para quedar a la altura de mis dos hijos, los dos me miraban con esos ojitos que adoraba.

—No quiero quedarme aquí mami —dijo Olivia volviéndose a mi para abrazarme.

—Hija, no temas mi vida seguro vas a divertirte y harás amiguitos —dije alejándola de mi y tomando su rostro entre mis manos.

—Vamos Livy —Owen se acercó a ella para tomar su mano— mami vendrá luego por nosotros. ¿Verdad mami?

Asentí con mi cabeza mordiendo mi labio inferior no debía llorar ahí en frente de ellos porque eso no iba a animarlos a quedarse.

—Adiós mis bebes —dije alejándome un poco.

<<Su primer día de preescolar>>

Al ver que ambos cruzaron la puerta del salón me aleje de allí dejando que las lágrimas empaparan mi rostro.

Tomar la decisión de que empezarán el jardín de infantes había sido complicada pero dejarlos allí me dolía aún más.

La escuela estaba a unas calles del trabajo algo que era más practico para mi, pero sabía que al menos estarían seguros y aprendiendo cosas nuevas.

En ese momento mi teléfono empezó a sonar.

Buenos días doctora Bailey —saludo Chase.

—Buenos días Chase —respondí mientras limpiaba mis lágrimas.

¿Estas llorando?... As, pensé que en la llamada de anoche ya habías llorado lo suficiente.

—Es que no puedo con todo esto Chase siento que algo no estoy haciendo bien… si hubieras visto sus rostros cada vez que me separo de ellos —dije dejando salir las lágrimas.

As no te presiones un paso a la vez —Chase hablaba con tranquilidad—ahora concéntrate que falta muy poco para que empieces con las guardias en la clínica.

—Tienes razón —calme mi llanto y tome aire— te extraño demasiado Chase.

Y yo a ti, y a los niños, daría lo que fuera por estar ahí contigo.

Solo escuchar la voz de Chase traía cierta calma a mi corazon, el llamaba diariamente para saber de nosotros y a pesar de la distancia seguía sintiendo esa compañía.

Aunque no dejaba de echarlo de menos, llegue a la cafetería y fue directo a cambiar mi ropa.

No quería conversar con nadie a pesar de que las cosas con mi familia estaban bien, cada vez que salía con los niños de la casa sentía ese miedo porque alguien conocido nos viera.

Pero no podía volver a cometer el error de no dejar que mis pequeños niños no salieran de la casa.

—¿Cómo te fue en la salida del otro día? —pregunto Trevor mientras acomodaba los envases de platico— no sabía que seguías llevándote con tus amigos de la preparatoria.

Pase por el lado de Trevor sin responderle y seguí acomodando las cajas con las esencias.

—Pensé que te interesaría saber de lo que paso aquí en tu ausencia —lo mire por unos segundos seriamente.

Hasta que en mi mente apareció aquella imagen de Lean haciendo referencia a Payton. En ese momento la duda apareció en mi mente.

—Siempre te dije que Payton no me agradaba —volvió a decir Trevor.

Por un lado la curiosidad dentro de mi crecía pero otro lado de mi no quería saber.

—Eres un chismoso —dije poniendo mis ojos en blanco y alejándome de él.

—Al menos Lean es buen amigo —el seguía tirando comentarios.

—Si tienes algo que decir dilo Trevor —me voltee para verlo y cruce mis brazos.

El dejo una caja sobre el mostrador y me miro con una sonrisa.

—Cuando tu desapareciste de la nada la noticia corrió por todos lados —el rostro de Trevor se puso serio— corrían varios rumores de porque habías desaparecido.

Trague saliva sintiendo como la incomodidad empezaba a hacerse presente.

—Tus amiguitos de ese grupo entre ellos se que hubo una fuerte pelea —relaje mi ceño al ver que mi presentimiento era cierto— no solo eso si no que el sujeto este con el que estabas…

El hizo una pausa para apartar su mirada de mi, en el vi esa incomodad al no poder pronunciar el nombre de Brick y entendía cual era el motivo por el que no le agrada ni siquiera nombrarlo.

—Ese tipo y Payton se volvieron muy amigos —al oír eso sentí una puntada en mi pecho.

Las emociones empezaron a revolverse dentro mío era algo que lo había sospechado aquella noche en el bar, pero al confirmarlo sentí como la decepción se mezclaba con el enojo.

Mi mente se había aclarado como si las piezas del rompecabezas empezaban a unirse, la actitud de Lean tenía una explicación y también de como ellos se habían enterado de mi regreso a la ciudad.

—Y ese sujeto también se volvió mas extraño de lo que era —Trevor se volvió hacia el mostrador.

Me quede inmóvil mirando hacia el vidrio que deba hacia la calle, dejándome llevar por mis pensamientos que algunos aun no tenían una justificación.

—Que ineficientes —dijo una voz del otro lado del mostrador.

Al oír esa voz hizo que me paralizara por completo, mis pies se anclaron al suelo y solo escuchaba el retumbar de mi corazon.

Gire mi cabeza obligándome a mirar a la persona que se encontraba del otro lado esperando que solo fuera parte de mi imaginación.

No lo era, allí estaba el vestido con una camisa celeste que tenía los primeros botones desprendidos y que combinaba con un pantalón color beige.

<<¿Cómo puede ser tan guapo?>>

—¿Qué desea pedir? —hablo Trevor que se le había esfumado la sonrisa.

—Quiero que tomen mi pedido en la mesa —dijo el mirando seriamente a Trevor y luego a mi.

Nuestros ojos se encontraron pero lo primero que vino a mi cabeza era la noche del bar. Sentí esa molestia hacerse presente en mi pecho que solo me giré para darle la espalda.

Mi otra compañera aún no había llegado y yo era la que debía ir a tomar el pedido algo que no me estaba agradando.

—¿Quieres que tome yo el pedido? —pegunto Trevor que seguía mirando con seriedad.

Tome aire observando el sitio donde Brick había tomado asiento, justo en una de las esquinas que tenia vista hacia afuera. El era un cliente mas y no tenía que demostrarle que su presencia me afectaba algo que en un punto si lo hacía.




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