El Amor a veces Duele

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Mis ojos y concentración estaba en aquella jeringa que poco a poco se fue llenando de un espeso liquido color rojizo.

—Terminamos —dije para luego cubrir el puntito que había quedado en la piel de la señora Magda.

Ella solo sonrío pero no dijo ni una palabra algo que me pareció extraño ya que solía hablar o siempre tenía algo para conversar.

Volví a mirar a mi alrededor y me percaté como algunos de los muebles de la habitación habían cambiado de lugar. Incluso era de mi agrado ya que el sofá individual tenía vista al balcón que permitía apreciar la naturaleza.

—¿Cómo se siente? —pregunte al ver que la mujer se había quedado con la mirada hacia afuera.

El cielo celeste estaba completamente despejado.

—Estoy bien querida —ella se volteo en su lugar para mirarme con una sonrisa— ¿Podrías alcanzarme aquel libro?

La señora Magda señalo hacia la mesita de noche que se encontraba del otro lado de la cama.

—Claro que si, hoy me parece que está muy callada —dije caminando en dirección a la mesita de noche.

—Quisiera decir que no pero tienes razón.

Al acercarme a donde estaba el libro mis ojos llegaron al retrato que estaba sobre ella pero no fue lo único que llamo mi atención.

—Hoy hace cuatro años falleció mi esposo el amor de mi vida…

Sentí como en mi pecho se hizo presente una sensación extraña. Un delicado collar colgaba del retrato con una pequeña piedra de color rojo.

<<Ese collar…>>

—Me lo regalo mi esposo cuando nos comprometimos —mi corazon había empezado a latir con rapidez— el rojo del diamante es el símbolo del amor, rojo como las plumas del ave fénix… porque así es mi amor sin importar cuantas veces se apague siempre se encenderá por ti hasta la eternidad…

Tome el libro entre mis manos para volver a la señora Magda. Quería alejar cualquier pensamiento que se relacionara con Brick pero esa situación había sido una coincidencia que había revuelto algo dentro de mi.

—Tengo que irme —dije para tomar el pequeño maletín y mi bolso.

—¿Esta todo bien Astrid? —dijo ella observándome.

Rápidamente mostré una sonrisa disimulando mi confusión y sentimiento encontrados.

—Si debo llevar esto al laboratorio vendré en estos días con los resultados —dije para luego salir de aquella habitación.

Mi corazon latía rápido acompañado de esa opresión en el pecho.

No quería pensar en Brick porque había intentado evitarlo desde la última vez que habíamos hablado.

Camine hasta las escaleras con cada paso que daba intentaba olvidarme pero era imposible, Brick seguía allí presente provocando esa confusión.

Cuando estaba por entrar a la cocina me detuve al escuchar la voz de una mujer.

—¡Rachael! Hoy vendrá a comer con nosotros uno de mis hijos nada de nueces porque es alérgico.

—Para hoy tenía pensado preparar una marquise de chocolate —respondió mama.

—¡Oh estoy segura que eso le encantara!

Desvié mi atención hacia el muchacho que se encontraba de pie en medio de aquella gran sala de estar, que todo iba decorado entre blanco y negro.

Y fue cuando me sorprendí al ver a dos niños corriendo en el patio.

—No me hubiese imaginado que tenías dos hijos —dije acercándome a Nevan.

—Para mi suerte no son mis hijos —dijo el mirándome con una sonrisa— es mi primer año en la universidad y no creo que a mi familia le agrade que yo aparezca con un niño.

—No es nada fácil —dije soltando un suspiro a lo que Nevan me miro— pienso que no debe ser fácil.

—Me alegra verte de nuevo por aquí Astrid —un pequeño grito capto nuestra atención— esa es otra de las razones por las que no tendría un hijo tan joven.

Volví a reírme al ver su expresión de desagrado entre risas mi mirada otra vez fue hacia el cuadro que adornaba aquella sala.

—No entiendo porque colgaron esa foto allí —dijo Nevan al percatarse de que estaba mirando el cuadro— la familia Colton…

Al oír ese apellido sentí la electricidad recorrer todo mi cuerpo de pies a cabeza, erizando cada vello de mi cuerpo.

Como si las piedras del rompecabezas empezaran a unirse desde el momento que había estado en la habitación de la señora Magda.

—No tenía idea que habían visitas —la voz a nuestras espaldas me hizo estremecer aún más.

Otra vez sentía que algo me llevaba a ese momento, a ese sitio.

Me sentía estúpida porque ni siquiera le había prestado atención a mamá cuando hablaba de la familia para la que estaba trabajando.

Y ahí estaba el a unos pasos de mi.

Inicio de Flashback

Aquel sitio alejado de la ciudad estaba repleto de personas, el ruido de las motos y la música se mezclaba con las voces de las personas que aclamaban a cada lado de una calle.

—Ven no te separes de mi —dijo Brick tomando de mi mano mientras nos adentrábamos más a la multitud de personas.

Era la primera vez que iba a un lugar así ya que lo único que había experimentado en los 19 años de mi vida eran fiestas.

Deje guiarme por Brick que vestía con una de sus tantas chaquetas negras de cuero, se veía guapo como de costumbre y aquella belleza que en momentos me hacía pensar que el era solo parte de mi imaginación.

En un abrir y cerrar de ojos llegamos al medio de la calle donde habían varias motocicletas grandes una al lado de otra.

Un sujeto de gran tamaño estaba de pie al lado de una moto de color negro.

—¡Pensé por un momento que no llegarías! —exclamo el chico que era más grandote que Brick.

—Pero ya estoy aquí —Brick se soltó de mi mano para tomar el casco.

Lo mire con confusión al ver que se había subido a la motocicleta. Hacia un mes que conocía a Brick y en ningún momento había mencionado que participaba de esas competencias.




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