El Amor a veces Duele

- 29 -

Al salir del consultorio mire el reloj que estaba colgado en la pared. La sesión había durado más de lo que pensaba pero la psicóloga me había asegurado que íbamos a solucionar algunos problemas que estaban afectando a mis hijos.

Entre algunas de las indicaciones que ella me había dejado era que debía iniciar terapia y conseguir una mascota para los niños, algo que no sabia como iba a conseguirlo.

Salimos del edificio cada uno de mis niños iba a mi lado tomando mi mano.

—Mami… ¿Cómo es nuestro papá? —pregunto Olivia que tenía una sonrisa en el rostro.

La pregunta no me sorprendió ya que la psicóloga me había advertido de la curiosidad de ello y que tenia que intentar resolver aquellas dudas que pasaba por sus cabecitas.

—Él es… un hombre guapo muy inteligente, le gustan los deportes sobre todo el futbol —baje mi mirada para ver a mi hijo que daba pequeños saltitos— le gusta sacar fotografías… la naturaleza y los insectos.

—¡Como a mi! —exclamo con entusiasmo Owen.

—También sabe hablar inglés y francés —los dos no dejaban de sonreír algo que hizo sentir una calidez en mi corazon.

—¿Cuándo lo veremos? —pregunto mi hijo.

Levante mi cabeza observando el lago que estaba en el centro del parque donde nadaban varios patitos.

—Primero tengo que hablar con el mis amores —dije inclinándome a su altura— él tiene que saber de ustedes y…

Me quede sin palabras al ver que ni siquiera tenía idea que iba a ocurrir luego de que le dijera la verdad a Brick.

—¿Dónde están los niños más preciosos del mundo mundial? —exclamo una vos a mis espaldas.

Mis hijos al ver a Becca corrieron hacia ella notaba esa felicidad en ellos y era algo que no quería que desapareciera nunca.

Una vez que dejé a los niños con Becca, me dirigí hacia la parada del autobús los minutos pasaban y ningún bus aparecía.

—Llegaras tarde ¿Quieres que te lleve? —dijo un sujeto que se había detenido a un lado con su motocicleta.

Mire a Trevor con el ceño fruncido porque era un raro y siempre tenía esas actitudes raras.

—No soy un acosador solo se tus horarios —dijo el al ver mi cara.

—¡Oh no claro que no eres un acosador! Pero igual agradezco que seas mi fan —dije tomando el casco para colocármelo sobre mi cabeza— solo acepto porque no quiero llegar tarde.

Poco a poco me iba acostumbrando a su compañía a pesar de que muchas veces era demasiado chismoso y eso no era de mi agrado.

—¡Gracias por traerme fan número uno! —dije entre risas para luego salir corriendo.

—¡Si, si como digas! —exclamo él.

Empecé a correr por el pasillo hasta que llegué al sector donde estaba el aula de patología. Mientras iba a paso apurado me percate que alguien más venia detrás de mí.

Justo cuando estaba por girar una sonriente pelirrubia interrumpió mi paso.

—¿A dónde vas con tanta prisa? —dijo Clara tomándome de los hombros.

Mire hacia atrás pensando en la otra persona que estaba llegando tarde, pero no había nadie.

<< Me estoy volviendo paranoica >>

—Hoy no tenemos clases pero tranquila que no fuiste la única que se confundió.

Clara me tomo del brazo para caminar hacia la cafetería. Al llegar vi que en una de las mesas estaba reunido nuestro grupo.

—Yo les dije que iba a llegar tarde —comento Peter al verme.

Mostré una fingida sonrisa y me crucé de brazos, observando a todos los presentes.

Mis ojos llegaron a esa persona, ese hombre del que horas atrás había estado hablando con la psicóloga. El mismo por el que mis hijos preguntaban y querían conocer, el que no tenía idea que había dos personitas que sabían que el existía en algún lado del mundo.

La conexión de pensamientos me hizo sentir esa sensación que no eran ganas de llorar si no de acércame a él en ese instante y decirle toda la verdad.

—¡Mi amiga perdida! —exclamo una persona a mi lado— ¿Por qué tienes esa cara Astridbu?

—No estoy teniendo los mejores días últimamente —dije fingiendo una sonrisa.

Lean se quedó observándome por unos segundos para luego pasar un brazo por mis hombros.

—No quiero imaginarme porqué… —dijo el mirando en dirección a donde se encontraba Brick.

Brick que tenia la mirada en sus hojas miro hacia nosotros, Lean aparto la mirada disimulando pero mis ojos se encontraron con los de el.

—¿Sabes dónde está Chase? —pregunto Peter mirándome a mi— pregunto porque ustedes andan siempre juntos.

Volví la mirada a Peter que me miraba extraño, moviendo sus cejas de arriba abajo.

—¿Preguntabas por mí? —dijo una persona a mis espaldas.

Me gire para mirar a Chase y luego abrazarlo, necesitaba sentir esa calidez esa compañía. Un abrazo que me diera fuerzas para sobrellevar aunque sea ese día.

—Cuando me abrazas así es porque algo sucede —nos separamos un poco—tengo algo que te hará sentir mejor.

—¡Mira lo que provocas Astrid Bailey! ¡Ahora me tienes aquí también!

Gire mi cabeza mirando sorprendida a la persona que se acerco a mi con los brazos abiertos.

—Los extrañaba muchísimo ustedes saben también tengo sentimientos —dijo ella hablado con dramatismo.

Trix se había cortado mas su cabello tanto que de un lado lo tenía rapado.

— ¡Y mira también le traje unos regalos a mis niños!

Ella levanto las dos bolsas que tenía en cada mano, la mire unos segundos tratando de disimular mi incomodidad.

—Gracias por los regalos Trix —hablo Chase tomando las dos bolsas.

—Cuantas amistades Astrid espero que con ninguno hayas intentado reemplazarme —comento Lean mirándome sonriente.

Negue con mi cabeza estaba por responderle cuando una mujer de cabello negro que tenia dos colitas apareció a nuestro lado.

—¡Holis! ¡Ay que bueno que los encuentro a todos! —ella recorrió con su mirada a todos los presentes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.