El Amor a veces Duele

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Levante la cabeza para recoger otra vez mi cabello en una coleta de caballo.

—Si sigo escuchando a esa profesora me cortare las orejas —dijo Clara a mi lado mientras lavaba sus manos.

—Nunca había sentido que perdí tanto tiempo en una clase —solté un suspiro.

Me quede en silencio observando por el espejo las puertas de los cubículos. Aquellos últimos días había sentido esa extraña sensación de que alguien siempre estaba conmigo a cada lugar que iba.

Algo que lo había comentado con Chase y que habíamos llegado a la conclusión que solo era mi inconsciente cargado de secretos y culpa.

Salimos del baño, Chase y Trix nos estaban esperando.

La de cabello cortito miro a Clara de arriba abajo, algo que no me pareció extraño ya que era notorio que a Trix le gustaba pero no sabía si el sentimiento era reciproco.

—Mira tienes una pestañita —dijo Chase pasando uno de sus dedos por debajo de mi ojo.

Un gesto que era muy común de él y que cuando lo hacía me causaba ternura.

—¿De qué te ríes? —pregunto el mostrando una sonrisa.

—Se te cae la baba —comentó Trix dándole un golpe en la cabeza a Chase— está bien que Astrid sea preciosa pero disimula.

—Ay Astrid a muchos traes babeando —dijo Clara tomándome del brazo.

Mire sorprendida a Clara sin poder evitar que mis mejillas tomaran color, mire a Chase que también estaba sonrojado pero tenía su mirada fija hacia adelante.

—Olvide de contarles que Peter me invito a una cita o eso creo —comento la pelirrubia que se la veía pensativas.

Observe a Trix que iba del otro lado de Chase pero solo fingió que no había escuchado.

—¡Oh aquí están mis personas favoritas! —exclamo Lean apareciendo en frente nuestro— ¡los estaba buscando!

—¿Y Danna? —dije mirando a su alrededor al ver la ausencia de su media naranja.

Mi amigo me miro unos segundos fingiendo una sonrisa pero luego mostro seriedad.

—No lo sé últimamente no responde mis mensajes —dijo el soltando un suspiro.

—Seguro te contestara en algún momento Astrid también tarda en responder los mensajes —agrego Chase.

A metros de nosotros estaba la puerta de la cafetería, varias personas entraban y salían de ella. Hasta que apareció una pelirroja interrumpiendo nuestro paso.

—¡¿Cómo pudiste?! ¡Confié en ti Astrid! —exclamo Reizel con molestia.

Me había quedado inmóvil ante su grito, su rostro estaba rojizo y tenía el maquillaje corrido. Detrás de ella apareció Payton que también tenía el ceño fruncido.

—¡Me prometiste que no dirías nada! —volvió a gritar para intentar abalanzarse sobre mi pero Chase se puse en frente mío.

—¿Por qué gritas así? —dijo Chase que sostenía las manos de Reizel.

—Reizel no sé qué está sucediendo —dije acercándome de nuevo.

—¿Qué no sabes? ¡TU ERAS LA UNICA QUE SABIA LO DE LUKE! —dijo pegando otro grito.

Todas las personas que pasaban por allí miraban extrañados otros curiosos por la discusión.

—¡No es necesario que hagas este escándalo Reizel! —exclamo con molestia Clara.

Reizel se libró del agarre de Chase para mirarme a los ojos.

—Maldito sea el momento en el que regresaste —dijo dándome un empujón con su hombro alejándose de allí.

Payton que estaba detrás de ella se acercó a mi también mostrando enojo.

—¿Te das cuenta el daño que generaste? Eres una hipócrita Astrid —dijo ella diciendo con odio cada palabra.

—¡Yo que tu cerraría la puta boca Payton! —exclamo Lean que estaba a mi lado.

Ambos se observaron por unos segundos, pero la mirada de Payton volvió hacia mi esa mirada duro poco porque luego ella se alejó.

—¿Estas bien? —preguntó Clara tomándome de los hombros observando mi rostro.

Lean que estaba a mi lado tenía la vista en su móvil.

—Creo que alguien les tomo una foto a Reizel y a Luke —dijo el extendiendo el móvil hacia nosotros.

—Es reciente porque sale el folleto del festival de cine que se realizara este fin de semana —dijo Chase analizando la foto.

La duda se plantó en mi cabeza ya que yo si sabía de ellos pero en ningún momento les había tomado fotos.

Pero Reizel pensaba lo contrario algo que me hizo sentir enojo y a la vez culpa.

Durante todo aquel día había pensado en quien más podría haberse enterado pero no había nadie que me resultara responsable de eso.

En ese día no había cruzado a Brick en ningún momento, algo que solo provocaba más preguntas en mi cabeza.

Al abrir la puerta de casa dos pequeños niños aparecieron corriendo hacia mi para abrazarme.

—¡Mami! —exclamaron mis mellizos al unísono.

Deje mi bolso a un lado para poder levantarlos a los dos pero mis pequeños crecían cada vez más y mis brazos no aguantaban a los dos.

Chase al ver mi intento fallido tomo a Owen entre sus brazos.

—Mis bebes —dije depositando un beso en cada una de sus cabezas.

—¿Qué tal les fue hoy? —preguntó Becca saliendo de la cocina con un bowl con palomitas de maíz.

Cuando estaba por responder mama apareció a los pies de la escalera. Mis ojos recorrieron a mama de pies a cabeza.

¿A dónde iba tan arreglada?

—Voy a salir esta noche no salgas si Becca no puede cuidarlos —dijo ella acomodando su bolso.

—¿A dónde vas? —pregunte al ver que incluso se había maquillado.

Mama me miro a los ojos unos segundos y luego acomodo su cabello, era la primera vez que la veía actuar de esa manera.

<< Tiene una cita >>

—No te preocupes por nosotros —dije mirando con una sonrisa— diviértete.

Ella se acercó a mi para depositar un beso sobre mi mejilla, un gesto que no solía hacerlo seguido y luego salió de allí.

La sonrisa seguía en mi rostro, sentía una extraña felicidad en mi pecho al saber que mama iba a una cita.

Al menos ella vivía el amor sin miedo, pensé.

—Una loquita con pelos de muñeca intento agredir a Astrid —comento Trix tirándose sobre uno de los sofás.




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