El Amor a veces Duele

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El pasillo estaba repleto de personas, sentía ese cansancio que me acompañaba constantemente.

—Astrid ¿Me estas prestando atención? —dijo Chase a mi lado— me tienes hace diez minutos hablándote.

Mire a Chase que no parecía tener mucha paciencia conmigo o eso era lo que había notado en su trato hacia mi.

Desde hacía días que el se comportaba distante conmigo iba a visitar a mis hijos y llamaba para preguntar por ellos pero apenas podía hablar con el.

—Voy al baño —dije alejándome de el.

Me metí a uno de cubículos, le baje la tapa al váter y me quede allí sentada unos minutos.

Cuando abría mis ojos al despertar y los cerraba para descansar solo pensaba en una cosa.

<< Brick >>

Mis pensamientos y mi corazon producían ese malestar del que quería librarme.

El baño estaba completamente en silencio, al salir me acerqué al lavabo y humedecí un poco mi rostro.

Levante la cabeza mirando por el espejo hacia los cubículos del fondo.

¿Había alguien allí? Podía sentir esa presencia, la sensación de que alguien estaba conmigo en todo momento se había hecho más presente.

Ignore la situación pensando que era mi mente que no dejaba de ser castigada por la culpa.

Al salir del baño los pasillos quedaron completamente vacíos, seguí mi camino hasta la puerta del salón de patología pero me detuve al ver a una persona de pie en medio del pasillo.

La mujer se giró en su lugar y me miro con una sonrisa giro su cabeza mirando hacia el otro pasillo que se unía a ese.

—Quédense ahí no se muevan —indico ella.

Desde donde yo me encontraba no podía ver el otro pasillo ya que el sitio era en forma de T.

¿Qué hacia Becca allí?

Me crucé de brazos y fruncí el ceño al recordar que ella tenía que estar cuidando a mis hijos en ese momentos.

—¡Astrid! ¿Por qué no contestabas mis mensajes? —hablo ella acercándose a mi.

Cuando estaba por preguntar cuál era la razón por la que estaba allí escuche una vocecita.

—Devuélveme mi muñeca Owy.

Avancé unos pasos para tener vista hacia el otro pasillo, y vi a mis hijos sentados en unos banquillos que había en aquel desolado sitio.

—¿Qué hacen mis hijos aquí Becca? —pregunté mirando con el ceño fruncido.

Retrocedí un poco temiendo de que mis pequeños me vieran, todos los pensamientos se hicieron presente en mi mente.

¿Y si alguien allí los veía? ¿O ellos me veían a mi y justo aparecía alguna persona conocida?

—Olvide que tenía que hacer un proyecto el día de hoy —hablo ella nerviosa— y como es un cortometraje sobre niños.

—¿Cómo se te ocurre traerlos aquí? ¡Pudiste haberme llamado! —dije intentado no levantar mucho la voz.

—Te llame como veinte veces Astrid —se defendió ella.

Para mi suerte no había nadie, pero cualquier persona podía verlos. Tenía que sacar de allí a mis hijos.

Pase por el lado de Becca con la intención de acercarme a mis hijos, pero una de las puertas del pasillo se abrió. Me volví hacia atrás y me escondí detrás de la pared.

—¡No mi pelota! —exclamo Owen— lo siento señor.

Mire hacia donde estaban mis hijos y mi cuerpo se paralizo por completo.

<< El destino estaba jugando conmigo >>

No había otra explicación para aquello que veían mis ojos. Sentía como mis manos estaban temblando mi corazon seguía latiendo con rapidez.

Ni un solo día podía descansar… Claro que no iba a hacerlo hasta que dijera la verdad.

—¿Qué están haciendo aquí? —el los miro sorprendido.

La mirada de Brick se quedó sobre Owen analizándolo.

—Tu eres el niño del otro día —dijo el seriamente a lo que mi hijo asintió con su cabeza.

El rostro serio de Brick no era demasiado amistoso y mucho menos para niños de tres casi cuatro años.

—Owy ven aquí no debes hablar con extraños —la mirada de Brick se dirigió a Olivia que estaba de pie junto a su hermano.

Aquel rostro serio se relajó por un momento, en una de las manos de Brick llevaba una carpeta.

Lo habían mandado a buscar esos papeles, pensé.

<< Que coincidencia… >>

Brick tenía la mirada sobre los dos pequeños el no decía nada pero sus ojos no se apartaban de ellos.

Eso me hizo sentía aún más nerviosa de lo que estaba.

Un rayo de sol entraba por la ventana del pasillo alumbrando justo sobre ellos, allí me percaté que finalmente Brick estaba en frente de los dos.

Mis hijos estaban en frente de su padre.

Mi respiración ya ni siquiera coordinaba con mis latidos, mi vista se volvió nublosa mire a Becca que tenía sus ojos brillosos.

—¿Eres doctor? —pregunto Livy.

—No aun no lo soy —una tímida sonrisa apareció en el rostro de Brick.

No podía explicar esa mirada que el tenia, una mirada que nunca había visto en el como si aquellos dos niños algo le causaran.

Y lo reconocía mis hijos eran adorables, todos los que lo conocían destacaban eso de ellos.

—Mi mami también es una doctora —respondió mi hija sonriente.

Al oír eso una expresión de curiosidad apareció en el rostro de Brick.

—¿Dónde está su mamá? —escuche decir a Brick.

Volví la mirada a Becca que también había escuchado, mi desesperación aumentaba cada vez más.

Ella reacciono y se alejó de mi acercándose hasta donde estaba Brick con mis hijos.

—Peques les dije que se quedaran sentaditos —hablo Becca extendiendo sus manos hasta los niños.

La reacción de Brick fue de sorpresa mezclada con confusión al verla a mi prima allí.

—Mira tía conocimos al señor que también es doctor como nuestra… —Becca paso una mano por el rostro de Olivia.

—Estoy trabajando de niñera —hablo ella con rapidez— bueno Brick nosotros nos vamos.

Brick la miro por unos segundos mostrando algo de confusión pero luego asintió con su cabeza volviendo la mirada a los niños.

—¡Adiós señor Brick! —se despidieron mis hijos.




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