El Amor a veces Duele

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Levante mi cabeza encontrándome con la mirada de Brick, esa mirada que expresaba decepción y a la vez dolor.

Cuando quise hablar, él se giró y empezó a alejarse de allí, mi corazon que rápido latía volvió a acelerarse.

Gire mi cabeza hacia donde estaban los chicos y Nevan fue el que reacciono para salir corriendo detrás de Brick.

Ese miedo que había experimentado minutos atrás había sido reemplazado por otra sensación.

Becca y Chase tomaron las manos de mis hijos a lo que yo salí hacia la dirección donde se había ido Brick.

Hasta que llegue a la salida, el estaba de espaldas con ambas manos sobre su cabeza. Nevan que estaba de pie a unos pasos de él se acercó sigilosamente.

Solo escuche “Déjame” por parte de Brick que se subió al auto.

Por un momento pensé que él se iría pero no lo hizo.

<< ¿Y ahora? >>

—Creo que es mejor que nos vayamos a casa —indico Nevan que no sabía qué hacer.

Asentí sintiendo como mis manos seguían sudorosas y mi respiración aun no calmaba.

—Estará todo bien —dijo Becca acercándose a mí.

—El aún está aquí… —agrego Chase de pie a mi lado— no diré nada pero sabes que es una locura lo que acabas de hacer.

—Bueno Chase, Astrid esta viviendo situaciones fuertes —defendió mi prima.

El nudo que tenía en mi garganta se hacia cada vez mas grande mientras me acercaba al auto.

Apenas subí mi asiento estaba justo detrás de el, levante mi cabeza y lo observe por el espejo retrovisor pero el miraba hacia el costado.

—Mami, ¿Iremos a visitar al abuelo Bon? —pregunto Olivia que se sentó sobre mi regazo.

—¿Por qué el señor Brick vino a buscarnos? —indago mi hijo que estaba sobre Becca.

Sentía que aun no tenia la fuerza suficiente para responderles.

—Hace mucho frio y ustedes deben dormir —respondió Becca por mi.

—Yo no quiero dormir —respondió Owen soltando un suspiro.

Dicho eso el auto se encendió, Brick tenia su rostro serio y sus manos iban aferradas al volante.

—¿Quieres que maneje? —hablo Nevan a su lado a lo que Brick solo negó con su cabeza.

Mi mirada iba de la ventanilla al espejo retrovisor con la esperanza de cruzar miradas con el.

Necesitaba verlo saber que pasaba por su mente.

Sentía incertidumbre y miedo, ese miedo que me había acompañado desde el primer momento.

—Mami, está muy silencioso aquí —hablo Livy que estaba más inquieta de lo normal.

Y en un rápido movimiento se acercó hacía en medio de los dos asientos del frente mirando a Brick.

—Brick… ¿Podemos escuchar música? Muy despacito… —hablo mi hija mirándolo con una sonrisa.

Mi mirada estaba fija en Brick, observando cada movimiento, el miro a Olivia disimuladamente para luego asentir.

—Gracias —dijo ella para luego volverse a mi— el señor Brick es bueno mami.

Mire a mi niña y levante la cabeza, Brick estaba mirando por el espejo sus ojos estaban brillosos por primera vez veía aquella imagen.

<< No llores >>

—Mamita, ¿Por qué lloras? —Owen que era el que más me observaba extendió su manito hacia mi— no llores mami.

No supe el momento exacto donde había empezado a llorar otra vez.

—Mami te amo ¿Lo sabes? —dijo mi hijo estirando sus dos brazos hacia mi.

—Yo también mami —mi hija se giró para también abrazarme.

—Los amo mucho mis bebes —dije intentando evitar llorar.

La mano de Becca se posó sobre una de mis manos.

Volví a mirar hacia Brick que nos estaba observando, hasta que me percate de la lagrima que se deslizo sobre su mejilla.

De repente el auto descendió la velocidad para detenerse a un costado de la carretera, Brick abrió la puerta y se bajó.

Cruce miradas con Becca que tomo a Olivia para que yo pudiera bajarme y seguir a Brick.

Una fría brisa choco con mi rostro camine lentamente acercándome a Brick que esta de espaldas.

—Brick… —dije parándome a su lado a lo que el se giro para observarme con el ceño fruncido.

—¡¿Por qué no me lo dijiste Astrid?! —dijo el rompiendo en llanto.

Sentí como las palabras se clavaron en mi pecho, no solo por la pregunta si no al ver a Brick llorar como nunca lo había visto.

—Yo no quería estropear tus planes recién salías de la preparatoria y… —dije intentando no llorar de nuevo.

—¡No Astrid! ¡Debiste decírmelo! ¡Pude haberte ayudado! —exclamo el mostrando pesar en cada una de sus palabras.

—Pero tú no querías ser papá Brick… no quería que ellos sintieran tu desprecio.

El negó con su cabeza y se volvió hacia mi mirándome con el ceño fruncido.

—¡Pero tenia derecho de saberlo! ¡Hubiese dejado todo!

Mordí mi labio inferior recordando aquel momento donde me había enterado de que estaba embarazada.

¿Cómo iba a saberlo?

<< El estaba dispuesto a dejar todo >>

—Lo siento Brick… fui demasiado egoísta —dije dejando escapar unas lágrimas.

—Esto fue mi culpa si tan solo hubieras hablado conmigo —el llevó las manos a su cabeza— todo hubiese sido diferente. ¡Tú no tienes idea lo que tuve que pasar Astrid! ¡Me quitaste el privilegio de verlos siendo unos bebes!

Sentí esa nube que me acompañaba derramaba granizo sobre mí.

Sus palabras eran como balas para mi corazon, era tanto dolor ese que el estaba sintiendo y que yo también podía sentirlo.

—¿Y pensabas irte de nuevo? ¿Dejarme sin mis hijos otra vez?

Ni siquiera sabía como aun podía estar de pie con todo lo que el decía.

No salían palabras de mi boca para responder a ello.

<< Egoísta Astrid, eres una egoísta >>

Solo esas dos palabras resonaron en mi mente.

Mis hijos, esos dos pequeños niños que también eran parte de el y yo se los había arrebatado.

Era el deseo de volver otra vez en el tiempo y cambiar todas esas decisiones que me estaban pasando factura.

¿Cómo podía reparar aquello que había sido mi culpa?




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