Ya paso un mes y medio de la luna de miel. Las niñas se adaptaron muy bien al jardín. Jamie las lleva y Alejandra las va a buscar. Ellos retornaron a su rutina de trabajo, pero lo hacen más desde la casa y solo van a la oficina cuando las niñas están en el jardín.
-Dulcie, Belén, saluden a su madre que ya es tarde para el jardín.
Alejandra
Me arrodilló para poder abrazarla a las dos y saludarlas.
-Hasta luego mis amores, pórtense bien. Las quiero mucho.
Las dos me saludan a coro y eso siempre me derrite el corazón.
-Hasta luego mamá, te queremos mucho.
Cuando me levanto me mareo un poco, por suerte Jamie y las niñas no se dan cuenta.
-Hasta luego amor, te veo en la oficina.
-Hasta luego amor, ya me cambio y salgo para allá.
Me voy a cambiar aunque todavía siento un poco flojo el cuerpo, seguro que en un rato se me pasa, creo que me levante muy rápido.
-Jamie acabo de llegar, me voy a la oficina a trabajar. Después venís a tomar una café conmigo.
-Claro amor, pero antes me parece que me debe algo señora.
-Yo le debo algo señor, esta seguro.
Jamie
Me levanto de mi escritorio para acercarme a ella y quedar parado justo delante.
-Quiero mi beso, sabe señora que no puedo hacer nada si usted no me besa.
-A ese pedido puedo acceder, porque es algo que a mi también me gusta mucho.
Deposita un dulce beso en mis labios para luego irse saludándome con la mano y riéndose como una niña. Esas actitudes de Ale me encantan. Vuelvo a trabajar con una sonrisa dibujada en la cara.
Alejandra
Me pongo a trabajar a la espera que se haga el momento de tomar un rico café con mi amado esposo.
Miro la hora y me doy cuenta que debo preparar el café porque Jamie debe estar por venir. Me levanto de la silla para buscar agua en el baño para la cafetera, alcanzo a entrar y de pronto todo se vuelve oscuridad.
-Raquel me voy a tomar café con mi esposa. Pásame las llamadas a su escritorio.
-Muy bien señor.
Jamie
Seguro que Ale ya tiene listo el café más rico del mundo. Al llegar no la veo sentada en su escritorio, quizás fue a buscar algo para acompañar el café. La voy a esperar sentado en su sillón, pero cuando voy a hacerlo me percató que la puerta del baño esta abierta y la luz esta prendida, Ale nunca lo deja así porque le molesta mucho. Mejor apagó la luz y cierro la puerta antes de que vuelva. Cuando ingreso al baño me paralizó al ver que Ale esta inconsciente tirada en el piso. La tomó en brazos para llevarla al sillón grande para poder acostarla, tiene un pequeño golpe en la frente. La sacudo un poco para poder despertarla.
-Ale, por favor despierta. Estoy acá amor.
Alejandra
Abro los ojos, Jamie esta conmigo con cara de miedo. Pero que hago acá si estaba en el baño. Trato de incorporarse aunque me cuesta un poco.
-Qué me paso. Se me parte la cabeza del dolor.
-Tranquila amor, te encontré tirada en el baño. Te golpeaste un poco la cabeza. No te acordas qué te paso?
-Me acuerdo que iba a preparar el café para vos. Fui a buscar el agua y no recuerdo más nada.
-Ya vamos a que te revisen en el hospital. Te veo muy pálida, además quiero que te vean el golpe que tenes.
Trato de pararme pero no puedo, se me mueve todo alrededor y si no fuera porque Jamie esta a mi lado estaría devuelta en el piso.
-Si, vayamos porque realmente no me siento bien.
-Agarro tus cosas y nos vamos.
Jamie
La tomó por la cintura porque esta muy inestable. Cuando paso por donde esta Raquel le digo que nos vamos y que pase todo lo de hoy para mañana. No le digo porque nos vamos para que no se entere toda la empresa que Ale no se siente bien. Por suerte llegamos rápido al hospital, la suerte hizo que nos cruzaramos con la doctora Dora que cuando nos vio vino enseguida.
-Te pasa algo Alejandra, estas muy pálida y veo que tienes un moretón en la frente.
-Doctora que suerte encontrarla. La encontré desvanecido en el baño de la empresa, se ve que se golpeo cuando perdió el conocimiento. Todavía se siente sin fuerzas.
-Vamos a mi consultorio así la puedo revisar bien. Llévela y recostala en la camilla que ya voy.
Alejandra
Vamos despacio hasta el consultorio y me ayuda a subir a la camilla. Me siento un poco mejor, pero sigo un poco mareada. Jamie no se separa de mi lado, me acaricia y toma mi mano para que este tranquila. Por suerte la doctora no tarda mucho.