El Amor de Ariel

CAPÍTULO 38

FLORENCIA, ITALIA

ARIEL

 

¡Al fin es la consulta donde veremos al bebé! Y digo bebé en singular porque espero sea uno, aunque si son más no me enojaría, pero sé los riesgos de un embarazo múltiple. Así que espero los rezos de la tía Geo no sean multiplicadores o si lo son, que ponga mucha protección divina. Hace un par de días Mare se hizo la prueba de sangre y salió un gran positivo, fue sumamente emocionante confirmar la noticia.

—¿Cómo se ve bebé en tu pancita, mami? —pregunta Rafa hundiendo su dedo en el abdomen de Marena mientras esperamos para entrar a la consulta.

Rafa ha estado muy bien y sus primeras sesiones de fisioterapia han sido poco dolorosas gracias a qué Clari está a su lado en cada una y se asegura que él esté bien, son demasiado adorables juntos. A diario usa una férula elástica para los dedos y la mano hasta que sus tendones y movimientos sean más estables.

—Hay un aparato que tiene onditas que pasan la piel de Mare y hacen que se vea el bebé en la pantalla. —responde Ale.

—¿Onditas así? —Rafa hace las veces de una ola con su brazos y Marena sonríe ampliamente.

—Olitas magnéticas, no sé, papi explicó, pero yo solo sé que con un tubito lo ponen en la panza de Mare y se ve el bebé en la pantalla.

—Ooouuuuuu, ¿y cuándo nace?, ¿será niño como yo o niña doja?

—Yo quiero otro niño como tú, ya tengo muchas primas y el abuelo muchas nietas, le falta otro nieto porque el tío Massimo hace niñas y ya somos cuatro niñas y faltan más niños. Aunque viene el de la tía Caeli y estás tú.

—Sea niño o niña lo amaremos mucho. —Mare lleva la manito de Rafa y la de mi hija a su abdomen, coloco la mía encima y ambos sonreímos.

—¡Yo ya amo mucho! —exclama Rafa.

—¡Yo también amo a nuestro bebé!

Alessia se recuesta del abdomen de Mare y trago grueso al sentirme conmovido por ese dulce gesto de mi hija.

—Y yo los amo muchísimo a ustedes, mis hijos, mi novia y nuestro bebé. —declaro y noto a mi Mare parpadear rápidamente.

—¿Tu mami en el cielo cuida bebé tambén? —la pregunta de Rafa hace que Alessia se incorpore.

—Sí, ella cuida a todos nosotros siempre. Dice Agnes que mami está feliz por mi papi, yo le creo porque ella es mágica y habla con los que están en el cielo, Clari también.

Observo la mirada brillante de mi hija y Mare aprieta mi mano suavemente, se me escapan algunas lágrimas y enseguida Rafa las limpia con sus deditos.

—¿Lloda feliz? —cuestiona.

—Sí, lo hago…

—¡Llegué, menos mal aún no pasan!

Bruna aparece con Yahir en sus brazos y todos la miramos.

—¡Yahí bebé! —exclama Rafa y Yahir se agita en los brazos de Bruna casi que queriendo brincar.

—Ya vamos, amor, ya vamos.

Me levanto para que ella se siente al lado de Rafa que recibe a Yahir con un abrazo y el bebé se carcajea, mi hija se acerca y le besa la mejilla al bebé que le toca la cara y empuña un mechón de su cabello.

—Es rojo, ya sé que te gusta. —señala Ale y creo que todos sonreímos.

—¿Ya les dije que amo a Domenico? Porque realmente lo amo. —suspira con dramatismo—. Hace un rato él y Andrés llegaron con los papeles de la adopción listos, ¡y estoy demasiado feliz! ¡Mi bebé ya es mío legalmente! ¿Pueden creerlo? Eres mío de mí, mi hijo hermoso de mami Bruna.

—Mamaaaaa. —balbucea Yahir y a Mare se le salen las lágrimas.

—¡Dios, qué emoción! Bienvenido a la familia, mi vida. —Mare le acaricia la cabeza a Yahir que muestra sus pequeños dientitos en una sonrisa.

Justo en ese momento, Karlenys nos llama para entrar a la consulta con ella, mi Mare le pidió que llevara su control y me parece la mejor decisión de todas.

—¡Vino toda la familia, me encanta! —exclama Karlenys.

—Vamos, somos una familia.

Marena se pone de pie y entramos todos juntos a la consulta, somos numerosos siempre y esta vez no será la excepción.

—Tenemos casa llena, bienvenidos, ¿cómo estamos? —nos saluda.

—Muy bien, Karle, ¡ella tiene a mi hermanito o hermanita en su panza! —exclama Ale abrazándose al costado de Mare.

—Eso me dijeron, muchas felicidades y supongo es doble la felicitación, ¿no? —Mira a Bruna que chilla emocionada y Yahir aplaude.

—¡Ya es mío legalmente! ¿Puedes creerlo?

—Felicidades, Bruna, esa es la mejor sensación del mundo cuando por fin está contigo y no hay más despedidas al final del día. —Karlenys suspira y Bruna también. Ella sabe de primera mano porque adoptó a Jasir, su hijo mayor, cuando estaba embarazada de sus trillizos con Danilo.

—Ya sé, pero bueno, es la consulta de mi amiga y nuestro o nuestra bebé, luego nos ponemos al día. —Ellas ríen en complicidad.

—Es cierto, Mare, me emocioné, lo siento. —se excusa Karlenys.

—No te preocupes, estoy algo nerviosa, pero emocionada. —admite y aprieto su mano.




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