Olivia se encontraba terminando de empacar. Había pasado el fin de semana junto a su esposo y su pequeña bebé de 4 meses en aquellas montañas heladas, querían olvidarse del estrés del trabajo y disfrutar en familia de unas pequeñas vacaciones. Bueno, ese había sido el plan de Olivia, pero al parecer no así el de su marido, pues Ethan había pasado todo el fin de semana ignorándolas. Había estado todo el tiempo hablando por teléfono al pendiente de sus queridos negocios. Olivia se preguntaba cómo era que le tenía tanta paciencia.
—Oli, ¿Terminaste de empacar? —preguntó Ethan entrando en la habitación con el teléfono en la mano. Olivia le sonrió.
—No cariño. Aún estoy en eso, pero ya casi termino.
—Necesitamos salir en dos horas para poder llegar a tiempo a la cena con los Duffi. Es un negocio importante —dijo muy serio. Olivia solo sonrió—, asegúrate por favor que esté todo listo. Que no se te olvide nada. Si le tienes que dar más dinero al botones para que te ayude, solo hazlo, pero que esté todo en el auto para cuando regrese. Necesito hacer una video llamada con Mike, debo asegurarme que esté todo listo para la firma.
—Calma cariño, todo saldrá bien —le aseguró Olivia aun sonriendo.
—Oli, ¿Te puedes encargar del check out? —Olivia asintió—. Ok. Te buscaré apenas me desocupe para que nos vayamos.
Ethan se acercó para darle un beso, luego le dio otro a su bebé y dando media vuelta, salió de la habitación. Olivia suspiró. Terminó de hacer las maletas y llamó al botones para que le ayudara con las cosas. Luego de guardar todo en el auto y marcar la salida del hotel, decidió sentarse a esperar en la sala frente a la recepción, Ethan seguía ocupado.
—No hay manera en que tu papá pueda relajarse un poco —le comentó a su bebé—. Espero que tú no seas como él.
—Señora Olivia —escuchó a una pequeña voz que la llamaba. Volteó a ambos lados hasta que vio a una niña corriendo hacia ella. Le sonrió.
—Hola cariño ¿Qué haces por aquí? —preguntó en cuanto se acercó.
—La andaba buscando. Quería despedirme —respondió con una sonrisa mientras intentaba recuperar el aliento.
—No corras tanto, te puedes caer ¿Dónde están tus papás?
—Allá —señaló a la pareja que estaba en la recepción. Olivia los saludó con la mano y luego regresó la mirada hacia la niña frente a ella.
—La extrañaré y a la pequeña Emma —exclamó algo triste.
—Nos volveremos a ver. Te lo aseguro —le sonrió.
—Dudo mucho que mis padres quieran llevarme hasta la ciudad en donde usted vive.
—Pero podemos hablar por teléfono, yo tengo sus números y seguramente podamos vernos en las próximas vacaciones.
—¿Me lo promete? —pidió la niña con ilusión.
—Claro que sí. Es más, para que estés segura que cumpliré con mi promesa, te daré algo —Olivia se quitó el collar que cargaba en el cuello y se lo mostró a la niña—. Me lo regaló mi madre, lo he tenido desde pequeña, así que es muy importante para mí. Te lo prestaré —la niña abrió los ojos por la sorpresa, pero sonrió con alegría.
—¿A mí?
—Sí. Sé que lo cuidarás hasta que nos volvamos a ver y entonces podrás devolvérmelo.
—Sí, claro que sí. Nada le pasará. Se lo prometo —aseguró emocionada.
Olivia le colocó el collar en el cuello, era un corazón de oro con el nombre Oli grabado en él, la niña sonrió al verlo y la abrazó con fuerza.
—Lleva nuestro nombre —exclamó emocionada.
—Olivier suena más bonito que Olivia. Tu madre es más inteligente por habértelo puesto en francés —la pequeña se echó a reír.
Olivier comenzó a jugar con Emma mientras esperaba a sus padres, la bebé reía felizmente con las caras que su nueva amiguita le hacía. Después de varios minutos, se acercaron los padres de la niña para buscarla. Olivia habló unos momentos con ellos y luego se despidieron prometiendo que volverían a encontrarse.
—¿Qué opinas de tu nueva amiguita? ¿Te gustaría volver a jugar con ella? —preguntó a Enma cuando se quedaron solas. La bebé seguía riendo con alegría.
Olivia había conocido a esa familia 3 días atrás cuando llegaron al hotel. Le había llamado la atención el nombre de la niña y tras hablar un rato con la madre, ella invitó a Olivia a acompañarlos en sus actividades. La hija de aquella familia tenía 12 años y por coincidencia del destino, se llamaba Olivier, algo que le había fascinado a Olivia y pronto, quedó encantada con lo dulce, educada y alegre que la niña era. De igual manera, Olivier se había encariñado con Enma apenas la vio. Le había dicho que siempre había querido tener una hermanita como ella y a la bebé pareció encantarle su compañía.
Ethan por su parte, pasó la mayor parte del tiempo hablando por teléfono, así que Olivia decidió disfrutar de esos días de vacaciones en compañía de aquella familia que había conocido. Se hicieron muy buenos amigos y resultó ser un maravilloso fin de semana, aunque habría sido mejor si Ethan los hubiese acompañado en algún momento. De cualquier forma, esperaba que él decidiera conocerlos cuando se volvieran a encontrar. Ella mantenía la esperanza que en algún momento su esposo se olvidaría del trabajo y pasaría más tiempo con ellas.
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Editado: 26.07.2023