Los dias fueron pasando lentamente, desde el dia que tuve la visión, no había vuelto a experimentar nada más.
Isael se habia vuelto en un visitante asiduo, según él para estar tranquilo de que todo estaba bien. El humor de Henry se había vuelto bipolar, por momentos estaba bien pero al segundo de mal genio. Según decia era por que la magia aún no estaba en sus manos. El mal genio sobresalia en los dias que Isael hacia sus presentaciones en la calle, él era « El mago de las calles».
Un poco cansada por el dia que tuve, abri la puerta del departamento y me dejé caer en la silla para quitarme los zapatos altos, dandome suaves masajes y reflexionando los dedos.
Senti un escalofrío recorrer mi columna y levanté la mirada hacia Black, él asomó su cabeza a traves de la puerta y me miró rápidamente.
— tenemos visita — saca su espalda y muerdo mi labio inferior, sentia mucho nervio.
—¿Quién es? — Black me miró pero no respondió estaba centrado en la puerta, suspire.
— ¿Puedes recitar las palabras de protección? — él negó, el apartamento comenzó a estremecerse.
— sólo soy un guerrero, no soy mago.
Exhale e inhale y en susurró cómo si él me pudiera escuchar...lo llamé, algo tan tonto por que debia buscar mi móvil y marcarle pero el miedo me tenia paralizada.
— Isael... ayúdame — la puerta se estremecia cómo si un toro la estuviera embistiendo.
—¿Qué pasa? — me giré y ante mi estaba Isael.
— tenemos visita amo.
— ¿Quiénes son? —Black titubeo un momento pero declaró.
— los Braary — ok no sabia que era eso pero si me di cuenta que Isael se quedo asombrado pero se pego a la puerta y puso su mano en ella y la otra en la pared.
Recito unas palabras en una lengua desconocida y en su mano derecha aparecio algo asi como un tridente pero la mayor parte estaba hecho de huesos, miro a Black y creo se dijeron algo por que el tridente tomo la forma de una barra de fuego ardiente, ambos traspasaron la puerta y yo me quede atonita, esto era una pesadilla. ¿como rayos Isael traspaso la puerta? fije mi mirada en el reloj de la pared y frunci el ceño por que la aguja de la minutera se habia detenido ¡acababa de cambiar las pilas!, reviso el reloj de mi muñeca y pasa lo mismo... es como si el tiempo se hubiera detenido, mientras afuera se escuchaban gemidos y espadas chocar.
moria de curiosidad pero tambien de miedo al imaginar que algo le podia pasar a Isael o a Black, eran los unicos que podian pelear con lo que fuera que estuviera afuera.
— interesante — me giro y a mi espalda esta un hombre de apariencia hermosa, sus ojos bordeados de preciosas pestañas que cualquier mujer mataria por tener ese largo y que se enrosquen de esa manera.
— ¿quien eres? — observo hacia todos lados, buscando un objeto para defenderme pero no tenia nada cerca, estaba segura que daba un paso y ese hombre me alcanzaba.
— mi nombre es Jarbain — hizo una pequeña reverencia — ¿que hace una mujer como tu con Isael? — avanzo hacia mi pero lo hacia tan lento como una tortuga, sus ojos jamas se apartan de mi rostro, tiene una sonrisa de medio lado que a cualquiera la haria temblar de emocion pero a mi me producia miedo,
— no me conoces para opinar acerca de mis amistades — suelta una carcajada que ha sonado como a canto de los dioses, el andaba unos jeans algo desgastados pero que le quedaban a la perfeccion, su camiseta ceñida a su pecho muculoso, lo hacia ver rudo pero a la vez sexy.
— eres Merlina y eres amiga de un mago — las ultimas palabras las escupio practicamente con desprecio, di un paso hacia atras, el miro el movimiento y sonrio — no te hare daño... por el momento, esto es tuyo — extiende algo que esta en una caja que no se de donde la ha sacado, al ver que no me muevo el abre la caja y puedo ver algo asi como un .... ¿arco?
— ¿un arco? — el sonrie y niega.
— es una ballesta, pero no cualquiera Merlina, esta es muy especial, no se sabe donde fue creada, se dice que participo en alguna guerra divina. No lo se pero lo que si se, es que solo las mujeres pueden usarla por eso la vez tan delgada, no pesa absolutamente nada, casi imperceptible a los ojos humanos.
— ¿si solo la puede usar una mujer por que la tenias tu? — me mira con burla y se gira.
— en tres meses es tu cumpleaños, ese dia todo te sera revelado, puedes usar el arma para defenderte... solo que es una arma un poco condenada... saca su poder de sentimientos de dolor. No dejes que Isael la vea Merlina.
Levanta una mano y la tapa de la caja levita para tapar la ballesta, y la caja se levanta en el aire, siendo llevada hacia mi habitacion.
— cuidate pequeña Merlina — cierra un ojo y desaparece del salon.
Corro hacia mi habitacion y la caja con la ballesta no esta por ninguna parte.
Escucho pasos apresurados por el pasillo y aparece Isael, sudado y con algunos cortes acompañados de aruños en su mejilla, el arma ya no esta en sus manos.