Mi mirada se centra en la bola de fuego azul que está entre mis manos, levantó la mirada y él sonríe.
— pero — susurró y me siento asombrada.
— ¿Qué pasa Merlina? — se acerca y con sus dedos hace que la bola se eleve — ¿Le temes?
— ¿Es magia? — sus orbes se vuelven negras totalmente, me hace retroceder por que me provoca miedo.
— ¿Qué crees tú? Busca en tu interior y en la próxima visita hablaremos.
— espera — pero la oscuridad me rodeó.
— Merlina — abro los ojos e Isael está sentado en la esquina de la cama — ¿Te encuentras bien?
— ¿Que pasó con Olen? — me incorporé en la cama, miré alrededor y no estaba Black.
— un hechizo de piedra — desvío la mirada — ¿Qué pasó en el bosque?.
Isael se puso de pie y su rostro era indescifrable.
— ¿Henry está bien?
— ¡Necesito saber que pasó en el bosque! ¿Cómo los protegere si no me cuentas lo qué esta pasando?
— tienes razón — subo las piernas y las rodeo con mis brazos — escuché que me llamaban y luego el bosque se oscurecio y apareció mucha gente con una pareja atada a troncos — él apretó la mandíbula — ella era rubia, menudita con cabello largo y tenia mechones blancos, aunque su edad era cómo de treinta años — se acercó a la cama y se apoyo del poste de está — él... — levanté la mirada — se parecia a ti y todos deseaban quemarlos pero en la muchedumbre habia una mujer... ella sentia pena por la pareja y de repente...
— ¿De repente? — Isael fruncio el ceño.
— en sus manos se formó una bola de fuego azul pero alguien la tocó y le dijo ya son mortales, no sufriran por el fuego y algo acerca de por qué tenía compasión de ellos después de lo que le habian hecho.
Isael se acercó y me sujetó de los hombros.
— ¿Estás segura? — asenti.
— si Isael ¿Pero que pasa? — él me soltó e iba a salir de la habitación — ¿Eran familia tuya?
Se detuvo y me observó.
— eran mis padres.
— imposible eso fue hace como quinientos años o más.
— no lo es — salió de la habitación y recorde las visitas que me hacia cuándo creia que estaba soñando.Ahi me dijo que tenia mil años.
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—¿Qué pasa? — Regina se pone de pie y se acerca.
— lo impensable, el bosque le mostró el dia que ejecutaron a nuestros padres — ella se llevó una mano a la boca.
— ¿Pero por qué?
— vio a la guardiana y dice que ella iba a quitarles la inmortalidad para que no sufrieran estar siendo quemados.
— pero no es lo que manejamos Isael — asenti — ella se los quitó.
— hay dos versiones, una, que fueron los Baary pero el consejo jamás lo investigó y la segunda, que fue la guardiana, pero la visión de Merlina me hace darme cuenta que quizás si fueron los Baary, sabes que esa noche, invadieron la mansión por que los acusaron de brujeria.
— lo sé— Regina se dejó caer sobre el sillón — pero ¿porque nosotros no pudimos verlo? — ella me miró — puede que fue por la guardiana sus visiones.
— Regina — pasé mi mano por mi mandíbula — no pienses eso.
— quizás aún no lo sabe Isael, no podemos arriesgarnos más.
— no los abandonare, ella no sabe como defenderse. No te pediré que me ayudes y sigas conmigo en está misión, las cosas se calmaran cuando encuentre el reloj.
— ¿Crees que se calmen? Todos quieren su poder, están ambicionando tenerlo.
— él nunca se dejará gobernar Regina — la miré de reojo.
— creo que a cambio de volver no le importará.
Aprete la mandíbula pero no respondí.
— Isael debemos actuar antes que la verdad le sea revelada a Merlina,sabes que si es una guardiana, ella cambiará y olvidará quién es para convertirse en tú enemiga.
— nadie olvida quién es Regina, eso es un inventó — me acerque a la estantería y moví un libro de economía, a lo inmediato se separó el panel.
— ¿Qué haces? — ella se puso de pie.
— sólo asegurarme que el libro está a salvo. — entre por el panel y escuché los tacones de Regina, movi los dedos y el duego apareció en cada extremo de mis dedos como si fuera un candelabro, la estancia se iluminó y avanzamos por el largo pasillo. Al llegar al tope doble a la izquierda y segui alumbrado. Llegamos ante la pesada puerta con grilletes grandes, recite las palabras para quitar la protección y con un chasquido la puerta se movió el polvo salió hacia varios lados, alumbre la estancia y en un rincón sobre una mesa de madera descansaba aquel libro, al acercarme dos ojos se abrieron en la tapa del libro y me observaron.