— Isael — susurró cuándo me he separado de él, su beso me ha calado hasta el alma. Mi corazón a latido apresuradamente. Cierro los ojos por que me doy cuenta que me estoy enamorando de Isael — hazme tuya — susurró.
Él se separa de mi.
— la verdad está a punto de ser revelada Merlina, a pocos dias — sujetó el frente de su camisa y siento la angustia instalada en mi corazón.
— no quiero descubrirla Isael, temo a esa verdad, temo hacerte daño a ti, a Regina, a Black. Si esa verdad puede dañarte a ti, no la quiero, no quiero convertirme en una guardiana. No deseo destruirte.
Él me mira con ternura, su mano acaricia mi mejilla, Dios, este hombre era maravilloso, sin conocerme me habia acogido en su hogar, estaba exponiendo su vida por mi, cómo no amarlo.
— ¿Sientes algo por mi? — asiento y el sonrie — también tengo sentimientos por ti Merlina. No puedo permitir que destruyas tu destino.
Gruesas lágrimas escapan por mi rostro.
— mi destino puede ser tu muerte Isael, no quiero hacerte daño.
— entiende, aunque te conviertas en guardiana, tú puedes decidir lo que quieras hacer — su pulgar acaricia mis labios, enviado deliciosas sensaciones en todo mi cuerpo.
Cerré los ojos mientras sus dedos acariciaban mis labios.
— este amor puede ser tu final Isael — él sonrió con tristeza y me estrechó entre sus brazos, el delicioso olor de su colonia inundaba mis fozas nasales, sus caricias en mi cabello enviaban miles de sensaciones en todo mi cuerpo, Isael, cada dia habia ido conquistando mi corazón y hoy estaba dispuesta a entregarle mi virginidad para no recibir ningún don, ninguna verdad, lo amaba y queria renunciar a todo.
Ahi en sus brazos sentia que el miedo se evaporaba, su calor me hacia sentir segura.
— Isael — no queria perderlo, yo queria tener a Isael en mi vida para siempre, levantó mi mirada y me pierdo en su mirada — no quiero perderte nunca — susurre, él en respuesta, beso mis labios absorbiendo mis lágrimas en sus besos.
Al regresar a la casa, lo hice con un peso en el corazón, él no habia dicho no directamente a mi entrega fisica, pero él no queria interferir en mi don, deseaba que yo, recibiera mi regalo, mi don.
Con tristeza entre a la habitación y me derrumbe en mi gran cama, lloré hasta quedarme seca.
— ama — Black rodeaba mi cama a cada minuto, su mano pasaba por mi cabello, su voz era una angustia.
— Merlina — Isael estaba ahi, sus brazos me rodearon, mi cuerpo se estremecia por el llanto — mi dulce niña.
— no quiero perderte Isael — sentia que mi corazón estaba desgarrandose de dolor, tenia ese miedo, de perder mi mente, mi conciencia y olvidarlo — ¿Y si te olvidó? ¿ Si para recibir ese poder te borran la memoria?
Él desvio la mirada, me incorporó y acarició su rostro, su cabello, sus labios.
— ¿Temes lo mismo? — nuestras miradas se encuentran, muerdo mi labio inferior.
— si.— cierra los ojos y lloró desconsoladamente.
— Hazme tuya Isael — ruego y él niega mientras riega besos en mi rostro.
— nunca me perdonaria que no recibieras lo que es tuyo por derecho por mi culpa.
Me acurruque en sus brazos mientras él acariciaba mi cabeza, debi quedarme dormida.
— ¡¿Que estupidez dices?! — abro los ojos de un golpe al sentir la presión en mi brazo, sus ojos como carbón me observan con furia.
— ¡Sueltame! — gritó, estaba ahi de nuevo. En ese lugar dónde no sabia que era, la oscuridad nos rodeaba.
— si tu pierdes tu virginidad antes de convertirte en quién eres te mató — amenazó.
No bajó la mirada, mis dientes estan apretados.
— ¡Hazlo! Me harias un favor — por un momento el lugar se quedó en silencio, luego en su rostro se ha dibujado una sonrisa cruel.
— no, te necesito viva, pero él morira — su mano rodea mi cuello de una manera fuerte, siento que el aire me está faltando — mataré a Isael, quitaré su inmortalidad y lo haré sufrir mientras muere lentamente.
Abro más los ojos, estos se llenan de lágrimas, no, él no podia morir.
Me suelta con fuerza y caigo en el suelo, trató de luchar para que el aire llegué a mis pulmones. Mis ojos sólo ven sus pies descalzos.
— ¿Entendiste Merlina?
— yo misma te mataré con mis propias manos — me pongo de pie sin dejar de toser — sea lo que sea en quién me convierta te mataré maldito — recuerdo lo del anillo en ese instante este se hace visible en mi dedo, este hombre lo mira y sonríe.
— no, no, no, él no entra a mi lugar — chasquea los dedos y todo se pone oscuro, al abrir los ojos, Isael se ha quedado dormido, me levantó suavemente y Black no está, supongo se ha ido a cuidar a Henry.