— ¿Qué te pasa? — Henry me observa, me doy cuenta que lo he preocupado, me pongo de pie y acarició su rostro.
— estoy bien — muerdo mi labio inferior — te veo diferente, un poco más alto — sonrió — y de mal genio últimamente.
— no quiero estar aqui, Isael es un mentiroso, me mintió— apreta sus puños — no me enseño nada.
Henry el niño dulce ha desaparecido, desde varios dias atrás su carácter se ha agriado más.
— nos marcharemos después de mi cumpleaños, faltan dos dias — su mirada brilla y en su rostro se curva una sonrisa.
— una vez escuche a mamá decir que serias poderosa — niego y doy un paso atrás, esa era mi realidad, mi verdad.
— mamá bromeaba — frunzo el ceño — no lo decia en serio Henry — él se ha quedado en silencio, luego saca su móvil y entra a sus redes sociales, esa era una manera de despedirme.
Suspiró y salgo de su habitación, sentia un gran vacío dentro de mi corazón, desde ese dia en el bosque que descubri que amaba a Isael, trataba de pasar el mayor tiempo con él.
Al avanzar por la casa, lo hacia con tristeza, trataba de memorizar cada rincón, cada adorno, me abrazó a mi misma y las lágrimas rodaban por mis mejillas.
Isael
— la tristeza ronda por la casa — Lucio me entrega una copa — su vida cambió amo, dejó de buscar el reloj y se centró en proteger a la señorita Merlina.
— el reloj ya no es mi prioridad, la magia que hay contenida en él, si Merlina es la guardiana, ella lo destruirá.
— imaginó que aún tiene esperanza de que la señorita no sea una guardiana.
— dicen que la esperanza es lo último que se pierde — doy un sorbo a mi bebida.
— amo, lamentó está situación — Lucio inclina su cabeza — quizás la señorita Merlina no es la guardiana.
— gracias Lucio, necesito estar sólo — él sale de la biblioteca, mientras yo le doy vuelta a mi vaso entre mis dedos, sabia que ella era la guardiana y que su destino era acabar con nosotros.
— Isael — mi hermana está junto a mi, en su mirada hay tristeza — ella quiere un hechizo de amor, está segura que olvidará todo.
— es muy probable que pase — sonrió con tristeza — debe olvidar todo lazo formado en la tierra.
— no es justo mi querido hermano — ella apoya su mano en mi brazo — pero me pidió que en cuanto se revele su destino... si es la guardiana que la maté — doy un golpe seco en mi escritorio.
— no lo permitiré Regina.
— ¡Morirás!
— no soportaria ver que le hacen daño Regina — sonrió con tristeza — mi antiguo amante me maldijo, me dijo que cuándo me enamorara seria mi perdición y no le crei, me rei de ella y heme aqui a dos dias de estar apunto de morir en las manos de ella, de la mujer que amó. Necesito que te marches Regina... mañana — ella niega y apreta mi brazo — por favor, tú debes escapar, debes irte y vivir.
— no te dejaré Isael — sujetó su precioso rostro entre mis manos.
— no pagarás por mi decisión, debes vivir, enamorarte, casarte. Ser feliz — mi hermana lloraba.
— no te abandonare, eres mi única familia.
— hazlo por mi, debes ser feliz mi querida hermana, amas a los niños. Lo has demostrado con Henry, ella no debe encontrarte, prometeme que no dejarás que te encuentre.
— Isael... — secó sus mejillas.
— por favor Regina — ella cerró los ojos, mientras sorbia sus lágrimas.
— lo prometo Isael — acarició mi rostro — eres el mejor hermano que existe, me siento orgullosa de ti. Te amo tanto hermanito.
Merlina
La casa estaba en silencio, ya todos se habian ido a dormir, mientras yo daba vueltas en toda la cama. Necesita dormir pero la preocupación era tan grande, temia al dia de mi cumpleaños, temia a lo que pasaria, a olvidarlo a él... a Isael, el hombre que amaba y lo peor temia hacerle daño, me pongo de pie y busco aquella caja donde estaba el arma que me fue entregada, no la queria cerca, podia hacerle daño a Isael con ella.
La sostengo en mis manos y cierro los ojos, debia enterrarla, no sabia como destruirla... él si... decidida me dirijo a la habitación de Isael. Con suavidad tocó su puerta y no hay respuesta alguna.
Abro la puerta y caminó hacia la gran cama, enciendo la lámpara de su mesita de noche, él duerme profundamente, me doy cuenta que ha bebido.
— Isael — susurró, mientras acarició su mejilla — mi amor, sufres como yo, no quiero olvidarte, deseo tener un futuro contigo — bajó mi cabeza y besó sus labios... él duerme profundamente — sólo nos queda un dia mi amor... y todo será revelado, Isael mi amor.
Apoye mi cabeza en su pecho, mientras lo abrace, lo amaba con todo mi corazón.