El dolor de cabeza ha crecido mucho, busco la habitación que me habia asignado Aryeth, al dejarme caer en la cama las imágenes llegan, nuevamente en el bosque.
Los padres de Isael, veo cómo les prenden fuego, los gritos de su madre llegan hasta mi, tapo mis oidos y es cuándo siento una mano en mi espalda.
— lo merecian, sabes que la magia negra no es correcta, hacen daño a nuestros semejantes.
— son padres — abro los ojos y veo a Jarbain, me doy cuenta que estoy en el cuerpo de mamá.
— te has vuelto blanda Amara— los veo arder y a mi alrededor todos celebrando su muerte — atraparon al padre de tu hija, no sabemos si está vivo o muerto.
— algo me dice que Aryeth está vivo, lo siento en mi hija, estoy segura que habla con su padre.
— tu traición a los guardianes lo dejaron pasar por que es posible que tu hija sea la elegida, hija de un mago poderoso y de la mejor guardiana de estos tiempos... por eso te han perdonado la vida.
— no lo creo — cierro los ojos — alguien les quitó su inmortalidad, se supone que soy la única autorizada para hacerla ya que estoy segura ellos no renunciaron a ella, son padres. Me traicionaron Jarbain. Creo es un aviso de lo que me pasará, en mi misma gente está el que me matará.
Todo se vuelve negro pero luego empiezo a ver un claro, dos jovenes riendo tirandose ramitas que arrancaban del suelo, ellos no me han visto. Me quedó sin respiración al ver a Isael joven, está con Regina.
— ¿Crees que aún la guardiana nos busque?
— no — Isael deja las ramitas y mira sobre su hombro, mi mirada sigue la de él y veo a mamá entre los arbustos... quiero correr y gritarle que debe de huir, que Isael es su enemigo. Que él le quitará la vida — ella no mató a nuestros padres.
Me detengo ante sus palabras, lo miró bien y veo esa mirada, la que trata de ocultar algo.
— ¿Cómo lo sabes?
— creeme Regina, ella no es nuestra enemiga. Hay alguien afuera que trata de destruir a nuestra familia pero no es ella.
— los guardianes odian a los magos, no puedes creer que ella no nos busque a matar.
— te prometo que ella no.
— niños — veo a mamá acercarse con una hermosa sonrisa, ellos se ponen de pie y se acercan, Regina corre hacia mamá y la abraza, Isael da un beso en su mejilla. No entiendo nada ¿Por qué mamá estaba con ellos? — hay que regresar a la casa.
Los tres avanzan, Regina se adelanta corriendo y yo me apresuró para escucharlos... no me veian.
— gracias Isael, eres un gran hombre.
— creó en ti Amara, sé que no asesinaste a mis padres, no me gusta que andes tarde por estos caminos — ella suelta una risa de alegria.
— se defenderme pequeñuelo, tú preparación está terminado Isael, estarás listo para enfrentarte ha quién sea.
— no olvidaré tu ayuda — ella sonrie con tristeza y se detiene.
— debes hacerlo, por tu bien y la de Regina. Yo traicione a los guardianes al enamorarme de un mago y no cualquier mago, lo hice del hombre oscuro, de uno malo.
— no quiero olvidarte Amara, todos estos años nos has cuidado como una madre.
De entre los arbustos sale una chica con el vestido llenó de lodo pero con una gran sonrisa... me reconozco soy yo, corro hacia mamá y la abrazó fuerte.
— mi tesoro — mamá me carga en sus brazos y da un beso en mi mejilla — la extrañaré mucho.
— no entiendo tus palabras, estos días lo haces cómo si te estuvieras despidiendo. Todo ha estado en calma Amara.
— se que moriré, lo siento en mi corazón— ambos se detuvieron y mamá me bajó — ve a adentro a lavarte — cuándo me marche mamá suspiró — mi tiempo se acabó Isael, he roto todas las leyes, me enamoré de un mago, concebi una hija con él, protegi a los hijos de dos magos poderosos.
— Amara... yo puedo protegerte con mi magia, estoy listo.
— no, por el bien de Merlina debo aceptar mi destino, se la entregare a mi hermana, ella la protegerá. Necesitó que me ayudes Isael.
— dime — mamá sujetó sus manos.
— debo borrar tus recuerdos, no te opongas ni luches, es por el bien de ustedes pero sobre todo por mi hija. Debo protegerla de ese enemigo que nos ha seguido y no hemos descubierto.
— es una niña preciosa... cómo tú — mamá sonrió.
— gracias Isael, lamentó no haber podido salvar a tus padres, no pude descubrir quién les robo su inmortalidad.
— a veces pienso que nuestro enemigo puede ser Azriel — mamá desvío la mirada.
— no lo creo, es joven como tú Isael, es alguien que conoce bien la magia.
— prometo que lo descubrire Amara.
Mi madre en respuesta lo abrazó y pude ver que una solitaria lágrima, recorrió su mejilla.
Nuevamente la oscuridad me rodeó, cuándo todo se fue aclarando pude ver a mamá gritandome que huyera sin mirar atrás, la mujer que me llevaba de la mano, corría desesperada internandose en el bosque. No obedeci y miré hacia atrás, mamá estaba siendo sujeta de ambas manos, por muchos hombres, vi a alguien de espalda a mi, sacó una espada, mientras su otra mano entraba con fuerza al pecho de mamá, oi su grito desgarrador, mientras aquella mano sacaba su corazón para extender su brazo hacia arriba mostrando el corazón, mamá en respuesta escupió sobre su rostro y luego vi rodar su cabeza, aquella mujer me sujetó más fuerte y me instó a correr, ella también habia visto como asesinaban a mamá, ella se detuvo cuándo se aseguró que no nos seguian y se dejó caer de rodillas para llorar.