El amor de Isael

Capitulo 26

Abro los ojos de un golpe y veo que estoy solo en la cama, rápidamente me pongo de pie, colocando mi bata y salgo apresurado de la habitación.

Había quitado la barrera de protección, si algo le pasaba a Merlina, yo sería el único culpable. El revuelo en la sala me hace bajar las escalinatas rápidamente.

— ¿dónde está? — gritó para que se escuche mi voz, Lucio corre hacia mí.

— En el bosque... se la han llevado –los que están conmigo, son pocos. Muevo mi mano y hago aparecer sobre mi cuerpo ropa y calzado.

— yo iré contigo—niego al ver a Regina – lo siento pero no estoy pidiendo permiso, fui usada por el maldito de Freddy no sólo una vez Isael, fueron dos veces. Cómo debió reírse de mí.

Tenía razón de estar molesta, ella había atendido a Henry con mucho esmero. Amándolo como si fuera su hijo pero resultó ser Freddy, el hombre que le rompió el corazón.

No iba a discutir, no podía perder tiempo. Black estaba listo con su espada e igual Olen.

— debo ser como la brisa, como el susurró del viento, ojos que no me puedan ver — mi cuerpo se va desvaneciendo, volviéndose ligero.

Regina me sigue ha tomado la misma forma, ambos somos como el viento. Traspasamos la puerta y tomamos velocidad.

Los Baary están en todas partes, arriba de los árboles, en un círculo. Avanzó y ella...su rostro está rojo tratando de tomar aire, está atada a un tronco, no tiene oportunidad de ayudarse, con furia hago una bola de fuego y la lanzó hacia Azriel. Él sin mirar a ninguna parte la ha evadido, está centrado en ahorcarla.

— ¿sigues defendiéndola? ¡Es la hija del mago oscuro!

Me hago visible pero sigo en los aires, hay un sinnúmero de Baary, magos, brujos.

— Querías salvarla – gira su rostro y veo sus ojos llenos de odio y estaba clara la decisión que había tomado... matarla — ella puede ser una maga en vez de una guardiana.

— No lo creo – me acercó, se que él desea exterminarla, no lo permitiré.

— Suéltala — he alzado la voz, siento mi cuerpo calentarse, la presión está subiendo. Yo era un mago que podía controlar mi poder pero esta vez no lo haría.

Me acercó pero varios Baary han tomado altura, van a enfrentarme para evitar que llegue hasta ella.

Suelto un grito de furia... y mi ser se ha centrado en destruir a los que tratan de matarla... prácticamente acaba de nacer, no sabe manejar sus poderes.

Comienzo a luchar, pero no estoy concentrado, estoy pendiente de ella. De si respira, de que no atraviesen su pecho para sacar su corazón y quemarlo con el fuego azul.

— Ayúdame, suéltala — susurró a la brisa que me ha envuelto.

Olen y Black los hombres sombras están peleando, sus espadas antiguas sirven también como escudos a los ataques de los enemigos.

Prácticamente la tierra está temblando, todos los ahí presentes estamos usando nuestros poderes.

El cielo truena como si se estuviera partiendo. Los Baary se han detenido, sus ojos están en todos lados. Los veo encogerse y tocar tierra.

Como en las películas que últimamente Henry veía, vemos rayos en el cielo y caer en tierra. Muchos son alcanzados y calcinados por estos.

La figura vestida de negro se hace presente, el cielo se ha tornado gris. Los relámpagos no dejan de presentarse y los rayos hacen temblar más la tierra.

– Suéltala — la voz de Aryeth retumba, los Baary están acercándose entre ellos... su creador llegó y ellos estaban planeando destruir a su hija.

— No lo haré – la voz calmada de Azriel no concordaba con la furia de su rostro – tú y ella no acabarán con nuestra raza, hemos sobrevivido por siglos, nos hemos adaptado a la cambios que ha sufrido el mundo... me niego a permitir que se efectúe una cacería de brujas.

— Si no la sueltas será peor Azriel – la tierra se va abriendo, la línea va buscándolo, pero Azriel lo ha detenido, su poder ha crecido, yo sigo luchando con los Baary que no les importa que Aryeth esté ahí presente.

— tú maldito morirás, todos nos hemos hecho poderosos a través de los siglos, está vez te enfrentaremos —reto Azriel a Aryeth.

Azriel la ha soltado, ha tomado altura y está listo para atacarlo.

La veo una vez más, ella está luchando por tomar aire, su bata está manchada de sangre, la habían herido. La furia crece, me embarga, mis ataques se hacen más fuertes, más certeros, voy abriendo camino.

No veo a Regina, sigue sola. Recuerdo una manera que usaba papá para hablar con nosotros cuando estaba fuera... con la mente, pero debía erigir una protección para que nadie más ahí pueda escucharnos.

Me centró mientras sigo atacando.

«Merlina, debes centrarte, puedes soltarte, la magia es fuerte pero también como guardiana tienes capacidades para hacerlo, estoy aquí y lucharé contra todos los que quieren destruirte, no estás sola»

Ella levanta el rostro.

«Prométeme que no permitirás que te hagan daño, te quiero conmigo Isael, no quiero ser guardiana, no quiero el destino donde tenga que acabar contigo»



#23959 en Fantasía
#5193 en Magia
#49666 en Novela romántica

En el texto hay: brujos, maldicion de amor

Editado: 14.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.