El amor de mi Adolescencia

3. Fue mi culpa.

Justin Ayala.

—Joven, ese lenguaje. Ahora señorita Caycedo necesito una explicación del porque se encontraban en una posición tan comprometedora y porque el mural está lleno de manchas de comida— se escuchó la voz de una profesora a nuestras espaldas. Diablos

En menos de cinco minutos, tendré un castigo nuevo, estoy seguro. Porque ¿Quién perdería la oportunidad de culparme? Digo es algo que todos suelen hacer, culpar a alguien más de sus problemas, en este caso desastre.

Gran desastre

María volteo para estar frente a frente con la profesora, así que yo también lo hice

¿Qué? Si todos hablan de ella debe ser por algo.

—Perdóneme profesora,— espera ¿Qué está pasando aquí? Mire a María —el mural estaba casi terminado lo sé pero no podíamos salir y me dio hambre así que comencé a comer, Justin me pidió un poco de comida pero yo no le quería dar siendo que él también tenía hambre. Entonces comencé a jugar con el tupper para evitar compartir y acabe soltándolo, pero le juro que no fue a posta— Wow. Simplemente wow. Lo dijo en voz alta, sin titubear una sola vez y mirando a los ojos a la profesora, siendo que eso no es ni el 0.1% de la verdad.

Ni yo miento tan bien

Pero ¿Dijo "a posta"? Sé que María tiene un apellido muy raro para ser mexicano, que a veces habla demasiado rápido y ahora incluso con palabras raras ¿De qué país es en realidad? Okay Justin, este no es momento para tratar de buscar en la CIA la historia completa de la pequeña mentirosa.

—Señorita Caycedo eso es sobre el incidente con el mural, lo entiendo, no está bien y recibirá una sanción por ello, pero lo entiendo,— ¿En verdad lo entiende? Li intiindi, ni isti biin y ricibiri ini sinciin piri li intiindi. Bruja —Ahora, qué me puede decir sobre la posición tan comprometedora en la que se encontraban

María me volteo a ver con una ceja alzada y la cabeza ladeada, como si en verdad no entendiera a que se refiere la bruja, perdón, la profesora. Oh espera, parece confundida de verdad ¿Cuántos años tiene esta niña?

María regreso su vista a la profesora, sin quitar su ceja alzada —¿Posición comprometedora? no entiendo de que habla

Y como si fuera el exorcista la bruja de noche y profesora de día me miro con un poquito de odio, solo un poco —Jovencito,— No por favor —le recuerda a la señorita de qué posición comprometedora estoy hablando

Sabe qué, usted no me da clase y ya la odio —Mara,— ella dirigió su vista hacia mí —La profesora quiere saber porque estábamos acostados en el piso— no se lo puedo explicar de otra forma. Yo no voy a ser el responsable de que la encarnación de Disney se vuelva pervertida

—Eso solo fue un segundo,— ¿Un segundo? Estuvimos en esa pose mucho tiempo, es más deberíamos repetirla algún día en otras circunstancias —Y paso porque Justin,— ahora si me va a culpar, Diosito o Diablito preparen a mis hermanos para no morir con la noticia de un castigo más, cualquiera de los dos está bien solamente hagan que no se exalten —él insistía en que le diera comida, pero como ya le dije no le di y me puse a jugar con el tupper así que cuando Justin intento quitarme la cuchara yo me moví de lugar, él cayó al piso y cuando trate de ayudarlo a levantarse termine resbalando de igual manera. Él solamente trato de sostenerme para no golpear mi cabeza en el suelo- le crecerá la nariz igual que a Pinocho, pero no puede dejar de sorprenderme

Qué pasa con el "Si manchas mi hermoso mural, no saldrás vivo de aquí" No es tan grosera como parece. Me está salvando de un castigo.

Es más linda cada vez

Pero no puedo dejarla recibir un castigo por mi culpa, bueno si puedo, aunque tal vez no quiero

—¿Es cierto todo lo que dijo la señorita? Joven...

Dejar que la castiguen o ser castigado esa es la cuestión

—Ayala, Justin Ayala— mire a Mara, María y solo me observa con la cabeza ladeada y una pequeña sonrisa. Joder porque tiene que ser tan tierna

Aquí vamos, estoy seguro de que lo que estoy a punto de hacer es una de las pocas cosas buenas y no agradecidas de mi vida.

—No, nada pasó así— María se puso un poco pálida pero rápidamente se recuperó y me miro con las cejas enarcadas y sus brazos cruzados sobre su pecho. No mirare. No mirare. No miro su pecho. Es una niña inocente, aunque muy bien desarrollada, si puedo admitir. Vamos debo hablar ya

—En realidad todo fue mi culpa pero como soy nuevo en esta escuela ella no quería que yo recibiera un castigo. Yo la distraje más de lo que le ayude y me aburrí pronto así que le insistí hasta que accedió a jugar conmigo y el desastre pasó- no todo es mentira, así que la nariz de pinocho será de ella y no mía

La profesora negó con la cabeza y de pronto su semblante serio y de bruja se fue, siendo remplazado por una sonrisa y miro a María quien la veía mientras se mordía el labio

—Ay María ya sabía que usted era una niña demasiado amable y bondadosa pero nunca creí que estaría dispuesta a recibir un castigo por un amigo suyo— Bien. Significa que no hay castigo

—Perdón profesora. Simplemente fue un accidente, le aseguro que volveré a hacer el mural lo más rápido que me sea posible— Súper linda la niña y cada vez me sorprende más. Y eso que solo la conozco de hace unas semanas



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En el texto hay: despedidas, primeramorcomediaromantica

Editado: 05.12.2020

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