El amor de un demonio

Amagdeorth.

El diablo, los demonios y la muerte no se enamoran... Eso no es verdad, no es que no puedan hacerlo pero prefieren que eso no pase, su naturaleza no puede permitírselos y menos si es de un humano.

 

Hasta el más grande y cruel demonio puede caer presa del amor e incluso se rumorea que la muerte ya estuvo enamorada, que aún sufre por esa persona que amo y ya no está.

 

Esta vez le toco al grande y prestigioso demonio Amagdeorth que por aburrición dio un paseo por el mundo terrenal disfrutando de la lluvia y los fuertes vientos que acompañaban a esta; simplemente era un paseo, nunca espero escuchar el llanto de algún bebé. Amagdeorth ubicó inmediatamente de donde provenía aquel llanto y acudió por curiosidad ante el bebé.

 

Se supone que los demonios son crueles pero si lo son entonces ¿qué se supone que son los humanos? Un indefenso bebé abandonado a su suerte en esa densa lluvia. Como sea, no es que a Amagdeoth le interesaran los problemas y asuntos mundanos, tomo al bebé y supo de inmediato que era una niña, una alma apetitosa que sería devorada inmediatamente pero no fue así porque aquella bodoque en lugar de temerle como cualquier ser vivo, le sonrió y con su pequeña mano se aferró con todas sus fuerzas, esperanza, ternura y amor al dedo de Amagdeorth, fue en ese momento que él se arrepintió de haberla escuchado y acudir por mera curiosidad porque con ese pequeño gesto ya había quedado prendado de una pequeña bola de carne que aún no era capaz de sostenerse sobre sus propias piernas. Pueden llamarlo amor paternal pero había un tipo de amor ahí.

 

Amagdeorth la cuido, le dio todo lo que ella necesitaba sin nunca contarle sobre su amor que fue cambiando con el paso de los años y tampoco le hablo del origen humano de esta pero Anny creció, supo que eran diferentes; ella cambiaba y él no. A la edad de 20 años confeso su eterno amor a Amagdeorth, fue un amor correspondido que con el paso del tiempo se volvió doloroso.

 

Todos los humanos mueren, lamentablemente Anny no sería la excepción mientras que los demonios pueden vivir por miles y miles de años, son prácticamente eternos.

 

—¡Por favor! Si tanto me amas toma y devora mi alma antes de que yo de mi último aliento de vida pues no quiero que la muerte me lleve, déjame estar a tu lado aún después de morir. Recuérdame con mi mejor sonrisa, recuérdame cuando era joven y bella.

 

Una petición cruel de humano a demonio. Para Amagdeorth Anny siempre fue bella y hermosa en todas sus facetas, el tiempo que paso con Anny fue el de un pestañeo, en cambió el dolor de no tenerla con vida a su lado le duraría toda su eternidad y es que ese el problema de los demonios, viven tanto que no les interesa el amor pero si se llegan a enamorar será un enorme y eterno calvario que cargaran hasta su fin, el más grande e incurable dolor de los demonios.



#20851 en Fantasía
#45067 en Novela romántica

En el texto hay: amor, demonio, vida y muerte

Editado: 15.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.