Narra Arabelle
Fiesta de Cumpleaños
—¡Vamos Belle! Decídete ya por uno, —me ordena impaciente mi mejor amiga Clarisa. Es una persona bastante... como ya dije anteriormente impaciente, de hecho, esa fue la clave para convertirnos en mejores amigas, pues, resulta señores y señoras que yo Arabelle Thompson soy una chica muy pero muy relajada. Nah, mentira, tampoco lo soy tanto, pero con alguien tan al borde de la desesperación como mi amiga hay que intentarlo. No significa que el mundo me de igual al intentar ser relajada, claro que no, solo que sé en qué invertir mis nervios y preocupaciones, no como el resto, en este caso mi amiga, alterarse por el más pequeño e insignificante detalle —como elegir un vestido—, pero también tengo mis momentos donde se me olvida un pepino el ser tranquila. Ah lo olvidaba, suelo tardar más de lo debidamente admitido en la vida, en decidirme por algo o alguien, eso sería, en este caso lo que tiene al borde del colapso a mi pelirroja favorita. Y... lo segundo nunca lo he hecho, pero ya entienden el punto.
—Si no eliges uno ya mismo juro que te presentarás en tu fiesta de cumpleaños en ropa interior y sabes que hablo muy en serio Arabelle. —Acaba de llamarme Arabelle y no Belle, ahora creo sí la hice enfadar, ups.
—Ok, ok, no es para tanto solo relaja tus nervios y haz lo que te enseñé, —le indico con una ligera sonrisa de medio lado, ella me mira y rueda los ojos, —Clarisa lo digo en serio comienza con tu tarea amiga. —Sonríe levemente, niega con la cabeza, pero asiente y lo hace. Coloca ambas manos frente ella, las cierra en un puño, pero de forma vertical simulando sostener algo y en realidad imaginariamente sí que lo sostiene. Me mira de soslayo para luego repetirse como un mantra "huelo mi flor soplo mi vela", "huelo mi flor, soplo mi vela" y de ese modo hasta que logra tranquilizarse. Un método muy efectivo para mí en situaciones extremas, las cuales no he tenido, aunque es mejor prevenir.
Aproximadamente una hora después ya tenemos todo lo necesario para mi fiesta de cumpleaños número 18. Algo muy pero muy interesante de hecho, porque, aunque viva en una ciudad bastante conocida y concurrida por su clima caluroso y escasas lluvias; las fiestas no son algo que se realice con frecuencia más bien quien lo haga se vuelve en cierto modo alguien cómo decirlo, ya sé, popular. Y mis padres accedieron a esto gracias a que estuve tras ellos día y noche suplicándoles que me permitieran organizar mi fiesta de cumpleaños.
Aquí no es muy común las celebraciones de este tipo desde que hace unos 10 años en una de las tantas fiestas que en aquel entonces se hacía, unas cuantas personas resultaron heridas y tristemente dos de ellas fallecieran horas más tarde, así que ese es el motivo exacto de que una fiesta o celebración aquí sea cómo el bum.
No será una gran fiesta de hecho, solo están invitados mis compañeros de clase y otros tantos conocidos, ¿familiares? No, porque aparte de mis padres y dos hermanos menores no tengo a nadie más.
Pero, incluso así, soy muy afortunada de tener a mis amados, aunque ligeramente sobreprotectores padres, a mi hermano Joan de 16 años y a mi pequeña no tan pequeña princesa Eleonor de 14 años, ambos más altos que yo. Algo muy lamentable pero irremediable.
Cabe mencionar a mis tres mejores amigos: Clarisa; quien está conmigo ahora, Mike; un chico hermoso con toda la extensión de la palabra, es alto —bueno todos aquí lo son por mucho más que yo—, en fin, piel clara, cabello cobrizo ondulado y unos ojazos mieles con un rostro perfilado en el cual hay pecas ligeramente impartidas, debo añadir que tuve un pequeño crush con él cuando tenía unos 12 años ya sé nada podía hacer en ese tiempo así que nos volvimos amigos, me conformé con eso y me encanta es una de las personas más tiernas que he conocido.
También está Trevor, ese chico es insaciable. Un mujeriego empedernido, lástima porque Clarisa lleva años enamorada de él, y el muy imbécil no se da cuenta de nada, hay veces en las que pienso que no vería su declaración de amor escrita en una pancarta ni aunque estuviese frente a sus narices, es estresante, de igual manera, es maravilloso, divertido, encantador muy leal con sus allegados obvio no con las chicas, me compadezco de ellas y en cierto modo de Clarisa; ambos son amigos míos pero pienso que él por ciertas actitudes no se la merece. Aunque la comprendo, el condenado es guapísimo; piel ligeramente bronceada, musculoso, cabello corto oscuro y unos preciosos ojos verdes en un tono clarísimo y para rematar al sonreír y mostrar una hilera de dientes blancos perfectos se le forman unos hoyuelos de infarto, sí difícil de superar.
Pero no imposible.
Pensando en todo eso diría que mi vida es perfecta, pero, pese a todo esto, siento que falta algo o, alguien no lo sé. Quizás se deba al hecho de que llevo un tiempo enganchada con Tom Smith, un compañero de clases mayor que yo por dos días, sí hace dos días cumplió 18 años, pero no lo celebró. Eso no impidió que le hiciese un pequeño regalo anónimo, que hasta ahora según rumores que escuché por ahí, desea conocer a la susodicha desconocida de tal obsequio, o sea yo. De todos modos, él y yo somos tan parecidos en todo o al menos en la mayoría de las cosas que no creo me rechace cuando me atreva a decirle lo que provoca en mí, espero esta noche tener el valor suficiente y declarármele, eso siempre y cuando encuentre la oportunidad y lo invite a mi fiesta claro.
Pero, a decir verdad, no me preocupo en lo absoluto pues que sea la chica quien dé el primer paso no es algo por lo cual alarmarse, eso me lo enseñó mi madre, una gran mujer, por cierto.
Mi bella pelirroja amiga no opina lo mismo por eso ha estado intentando disuadir mi postura, aunque está consciente de que no lo logrará. Soy una persona que difícilmente vuelve a cambiar de idea respecto a un tema para el cual ya tomé una decisión así que es una batalla perdida para mi amiga. Salgo de mis pensamientos cuando Clarisa mueve sus manos frente a mí llamando mi atención la cual se la doy. Señala con sus ojos hacia un lado y allí veo a Tom, de veras es tan lindo. Con sus ojos chocolate, cabello castaño claro y piel blanca. En resumen, es perfecto.
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Editado: 10.10.2025