El Amor de un híbrida

Capítulo 3

Narra Arabelle

Viaje planeado y traslado inesperado

El camino de ida a casa nadie mencionó nada sobre mi aspecto y la lluvia ya había amainado lo suficiente. Igual que el frescor, ya incluso solo tenía puesta mi camisa sin la chaqueta. Como este fin de semana aún teníamos libre, es decir, sin tareas ni nada por el estilo, planeamos hacer un viaje a la casa de campo de Trevor, bueno la de sus padres, así que sí también de él, avisamos a Clarisa de nuestra idea y estuvo entusiasmadísima, más aún que nosotros tres juntos.

Cuando Trevor estacionó la camioneta frente a mi casa, ya no caía una gota de lluvia, les di un beso en la mejilla a ambos antes de bajarme, quedamos en que me recogerían mañana como todos los días para ir al instituto, luego me despedí de ellos y enviaron saludos a mis hermanos y a mi padre, a mi madre un beso, (posiblemente, mi familia los quiera más a ellos que a mí, todos mis amigos son como unos hijos más para mis padres y unos hermanos mayores para Joan y Eleonor), después retomaron su camino y se fueron.

Al ingresar dentro de la casa me encontré con un silencio aterrador y desquiciante al punto de escuchar las gotas de agua caer desde la cocina. Avancé lentamente hacia la sala y como no vi a nadie ahí asomé mi cabeza más allá, en específico el comedor y la cocina, tampoco vi a nadie, eso fue extraño ya que mi mamá me apremió a volver con celeridad aquí para hablar de algo, según ella muy urgente. Algo que no podía esperar.

Quedé en el mismo lugar muy pensativa hasta que un carraspeo me sobresalta y me devuelve al mundo de los normales, o sea, de las personas que no quedan varadas en cualquier lugar mentalmente como tengo tendencia a hacerlo. Me giro para ver a quien sea que haya sido el causante del susto que provocó en mí volver a la tierra y me encuentro a mi padre junto con mi madre parados delante de mí. Esperaba ver a mi madre, pero a mi padre todavía no, debido al horario de su trabajo. Mi madre termina antes que él. Incluso así me encanta la idea de tenerlos en casa temprano.

—Mamá, papá, hola. Papá... no esperaba verte tan temprano, creí que todavía estabas en la oficina, en fin, mucho mejor, así les cuento a los dos la extraña tarde que tuve. —Cuestiono muy confundida pero feliz igualmente.

Ninguno reacciona o dice algo solo me miran con el rostro descompuesto como si no supieran qué decirme, eso no me gusta, porqué estarían así. Ni siquiera mencionan nada acerca de que sigo mojada, no dicen absolutamente nada, creo que ni siquiera repararon en mi aspecto. Por eso vuelvo a hablar y de paso salir de mis dudas preguntando.

—¿Sucede algo?, ¿les pasó algo a mis hermanos?, ¿se encuentran bien ustedes?, ¡vamos! Díganmelo, por favor. —Les exijo ya con desesperación al ver que ninguno me responde, es como si estuvieran en un trance. Impertérritos ante mis preguntas.

Mi madre es la primera en salir de su estupor y me dice que tome asiento en mi sillón favorito, que todo está bien, que mis hermanos se encuentran de maravilla al igual que ellos. Me dirijo a mi asiento y ellos se sientan frente a mí y lo siguiente que me dicen me deja en un estado de puro shock, algo que no esperaba oír, una noticia que cambia tan radicalmente todos y cada uno de mis planes ya trazados desde tiempos inmemoriales y descoloca por completo el eje de mi existencia. Tal vez suene exagerado, pero es la pura verdad, al menos lo es para mí. Y además hoy parece ser el día de quedarme paralizada y mentalmente noqueada ante las noticias inesperadas que recibo y los encuentros en los que participo.

—Cariño... saldremos de viaje, es decir, nos mudaremos de aquí.

Las palabras dichas por mi progenitora me dejan muda, incluso más que cuando me dicen que las ofertas de libros ya fueron hace dos días, sí amigos eso tristemente suele pasarme frecuentemente y aunque me duela admitirlo es porque hay veces en las que confundo los días y las fechas y es como si no estuviera en el sitio en donde creo me encuentro. Nunca se lo he dicho a nadie, ni siquiera a mis mejores amigos. Prefiero que crean al igual que casi todos los que me conocen que soy despistada por naturaleza y voy por las ramas como en este caso, no obstante, no es esa la verdadera razón de mis idas a otra parte sin darme cuenta ni yo misma lo descifro todavía, en fin, volviendo a lo que me importa realmente ahora, ¿Cómo que nos mudaremos?, ¿por qué?, y... ¿por qué diantres lo dice tan tranquilamente?, ¿Qué ha pasado?, ¿alguien de la familia cometió algún asesinato y necesitamos huir de la justicia para evitar que nos atrapen e ir a prisión? Porque si no es eso lo que pasó no comprendo el porqué de nuestra mudanza repentina a no sé dónde. Tomo aire lentamente tratando de asimilar la información, cuando me siento mentalmente preparada, comienzo a hablar. Bueno, lo único que sale de mi boca es un.

—¿Qué?

—Que nos vamos a mudar de aquí. —Lo dice con tono condescendiente. Como si no la hubiese entendido ya.

—Pe... pero, ¿de qué estás hablando mamá?, ¿Cómo que iremos a no sé dónde? Toda mi vida está aquí, mis amigos, mis compañeros, el instituto... el instituto acaba de empezar. Tengo planes con mis amigos.

Ambos me miran fijamente, no interrumpieron mi monólogo como ya lo dije; algo poco común ya que siempre se andan quejando que hablo hasta por los codos. No es mentira, por cierto, pero no entra al tema y siendo honestos eso me asusta aún más, no tengo idea de lo que está pasando. Y no saberlo altera mis nervios.

—Arabelle... —es papá quien habla ahora, —no es una broma cariño.

—¿Pero por qué tendríamos que mudarnos? No comprendo. —y de veras no lo hago, así de simple.

—Lo siento, mi niña, por decirte todo esto así tan de repente y de forma un tanto brusca, pero...

—¿Pero qué mamá? —la interrumpo impaciente.

—Pero ya la decisión está tomada. —lo dice tajantemente. ¿Qué rayos pasa?




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