El amor en el tiempo de las mariposas.

Capítulo 1


déjame sentir tu rostro, hazme saber que sonríes y que soy la causa, toma mi mano y guíame porque soy frágil y puedo caer en cualquier momento. 
quiero escuchar el latido de tu corazón y cada respiración. 
Ven, sálvame porque estoy rodeada de nubes negras, ¿cómo dejo de sentir esto? ¿por qué no puedo dejar de imaginarte en mi mundo?. 
Dame tu mano, susúrrame que estaré bien. Mi alma está atormentada. 
Ven, sálvame porque tengo miedo. 
Dame tu mano, llévame contigo y hazme conocer la lluvia en tiempo de lluvia, las flores en primavera y las mariposas en el tiempo de las mariposas. 
¿por qué siento tus pasos alejarse? ¿por qué ya no escucho tu corazón? ¿sigues ahí? llévame siempre contigo, hazme saber que no te irás. 
ven sálvame, porque estoy sola en un mundo que no conozco.

--Siéntate aquí y espérame, ¿sí?. iré por agua, regreso en un momento.--

Asentí y toqué la mano de mi madre antes de que se fuera. 
escuchaba el sonido de la gente caminando por el parque, y poco a poco se fue haciendo menor. 
vivía en una ciudad cálida, y el hecho de que hiciera frío solo indicaba que llovería. 
Ella había prometido volver pronto, en un momento y la esperaba. 
acariciaba mi colgante de mariposa donde estaba escrito su número de teléfono por si la perdía, era la primera vez en ocho años que salía de casa, no podía ir a otro lado. 
Mi abuela había muerto el año pasado, no es que fuese cercana a ella, pero era alguien que solía hablar mucho. me contó la historia de mi madre antes de tenerme. como se enamoró de un hombre rico y quedó embarazada, al saber que estaba embarazada se fue y luego cuando nací arruiné la vida de mamá. pero yo creo que ella sí me quería. 
cuando tenía nueve me caí del balcón del segundo piso de la casa, y perdí la vista. mamá vendió la casa para cubrir los gastos de las medicinas que no servían para nada y luego dejó de intentar. me compró un colgante con su número en él y un bastón, entonces jamás volví a salir de casa, hasta ese día cuando me dijo que iría a comprar agua. 
la esperé mucho tiempo sin  moverme de la banca, me quedé quieta por una hora luego dos, luego tres hasta que empezó a llover y seguía sentada mientras la lluvia caía sobre mi al igual que mis lágrimas. seguía acariciando el colgante.
El parque estaba solo, parece que era la única persona ahí, y seguía sentada y quieta como un fantasma. 
Fue entonces cuando sentí a alguien cerca, sentí su mirada pesada sobre mí, lo sentí arrodillarse y mover sus manos frente a mí rostro, entonces le dije con la voz rota en llanto, tanto que casi no podía hablar.

-- Por favor no hagas eso...es molesto cuando la gente hace eso.--

podía sentir su confusión, y su respiración lenta y cuidadosa, entonces supe que era un chico cuando escuché su voz decirme.

-- Señorita...¿por qué estas aquí? ¿por qué no vuelves a casa?.--
-- No se donde es.-- le respondí llorando.--

No parecía alguien malo, no me sentía amenzada por su presencia, de hecho se sentía bien llorar frente a él. parecía no saber que hacer. si comprometerse a ayudar a una chica ciega, o irse y sentirse mala persona después de eso.

-- No llores,-- me dijo.-- Es triste cuando un angelito llora.--

Me ayudó a levantarme y me puso lo que creo que era su chaqueta cobre mi cabello mojado. 
su tacto se sentía bien, pero era raro de todos modos, nunca había tenido a un chico cerca, se suponía que los chicos daban asco, pero la sensación que sentí fue diferente. parecía querer ayudarme.
Rodeó con su brazo mi hombro, y me llevaba hacia algún lugar sobre el cual no pensé si quiera en preguntar, solo estaba muy triste que no pensé si quiera que quería de mi ese extraño. 
Al entrar, sentí miradas extrañas sobre mi, pero por alguna razón, mientras el brazo de ese chico me rodeaba, me sentía tan segura que no me importaba, pero si me hizo preguntarme dónde estaba. 
Cuando dejé de sentir las miradas, me hizo subir unas escaleras y entrar  a lo que parecía ser una habitación por el aire cálido. me sentó sobre la cama y entonces le pregunté.

-- ¿Dónde estamos?.-- 
-- Debería bastarte con saber que es un lugar bajo techo.-- sentí que sonrió y tocó mi nariz.-- No te preocupes, angelito. encontraré a tu madre y te devolveré con ella.--

Pensé en decirle, pero tampoco yo estaba segura, así que si la encontraba, eso sería magnífico para mí...magnífico vivír con una madre que trató de abandonarme.

-- ¿Tienes alguna manera de comunicarte con ella?-- me preguntó y Asentí.--

Abrí la pequeña mariposa del colgante y tomé con cuidado el papel doblado dentro de ella. Se lo entregué

-- Este es su número...¿podríamos probar con llamar mañana?.--
-- Es genial.-- volvió a meterlo en el colgante.-- por ahora descansa, mañana temprano cuando la lluvia haya cesado, la llamaremos...Por cierto, ¿Como te llamas, angelito?.-- 
-- Soy Sonny  ¿y tú?.--
-- Logan...Logan Carter.--

Lo sentí tomar mi mano y apretarla, así como hacen los empresarios de la televisión al verse, se aprietan las manos formalmente para saludarse. 
Sonreí levemente y lo sentí dejar la habitación. 
Ese parecía ser un lugar de esos que la gente considera no muy decente. el olor a perfume barato y humedad estaban impregnados en el lugar. la música fuerte y el sonido lejano de murmuros  y tacones altos. no sabia que clase de lugar era, pero no me molestaba estar ahí, aunque no quería conformarme con saber que era un techo que me protegía de la lluvia, porque a veces las verdaderas tormentas están dentro. 
Logan había salido abajo a ver a un hombre el cual le llamaban "El jefe". el lugar era un bar de tres plantas, y en la primera, por la entrada principal, estaba repleto de música bulgar y bailarinas de tubo. el se acercó y le entregó una mochila.

-- Aquí tienes. es lo de esta semana y creo que entre los teléfonos y las billeteras hay un poco más de lo que querías.-- le dijo Logan.--




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