El Amor en la Pagina

Capítulo 2: Un Libro En Proceso

La mañana estuvo tranquila y paso rápido para variar, Gaby tuvo solo tres clases ese día asique en su tiempo libre decidió ir a la biblioteca, se puso sus auriculares mientras buscaba los libros para la tarea de historia, después de unos minutos de búsqueda, registro sus libros y los guardó en su mochila antes de salir para dirigirse al patio, se dispuso a dar unas cuantas vueltas antes de volver al interior de la universidad. Iba escuchando música y como de costumbre comenzó a tararear las letras más pegadizas, luego de un rato hubo una que sentía algo personal y sin darse la comenzó a cantar en voz baja.

”…Podrán mirar lo que hago yo

Pero no saben de amor

He caído en el mundo y deje de ser yo

Tome tu mano y me salvo

Y yo se

Que eres la que cura mi dolor

Yo se

Que eres la que a mí me atrapo

Yo se

Que los 2 hemos fallado en el amor

Y esto es la excepción

La excepción

Lo se amor

Un abrazo lo mejor

Dos personas de todo el montón

Siendo chavos encontrando honor

Yo se amor

Ya no cambies ni muestres temor

Las personas se van sin adiós

Pero yo te canto esta canción

Pero yo te canto esta canción

Pero yo te canto esta canción...”

(Dos Personas del Montón – Santiago García)

Gaby se dejó caer en una de las sillas de la cafetería de la universidad. Había pedido un café para llevar, pero decidió quedarse un rato, tratando de relajarse antes de
volver a casa. Sacó un libro de su mochila, uno que había estado leyendo en sus ratos libres, y lo abrió por donde lo había dejado. Leer siempre había sido su refugio, la manera en que escapaba de un mundo que, en su opinión, no tenía mucho que ofrecer.
El libro en cuestión era un clásico del romance, uno de esos que las lectoras de su blog siempre le recomendaban. "Orgullo y Prejuicio", de Jane Austen. Aunque Gaby siempre había preferido las historias modernas, había algo en la pluma de Austen que la atrapaba. Tal vez era la sutileza con la que retrataba los sentimientos, o cómo describía el orgullo y los malentendidos que impedían que los personajes vieran lo que realmente tenían enfrente.
Sumergida en la historia de Elizabeth Bennet y el señor Darcy, Gaby no pudo evitar hacer una mueca. ¿Cómo era posible que dos personas tan orgullosas y obstinadas acabaran enamorándose? Claro, en la ficción todo era posible, pero en la vida real… Gaby estaba segura de que las cosas no funcionaban así.

El amor en la vida real no es tan complicado, pensó mientras pasaba la página.

La gente lo complica con sus expectativas ridículas. Darcy puede parecer un príncipe en la literatura, pero en la vida real, los chicos
como él son solo un problema.

Las palabras de Jane Austen le resultaban tan ajenas como familiares. No podía evitar comparar a Darcy con Luke, aunque no quería admitirlo. Ambos eran arrogantes, llenos de una confianza que rayaba en lo irritante.
Pero mientras que Darcy había resultado ser noble, Luke era solo… Luke. Un chico popular más, que no sabía cuándo detenerse.
Gaby suspiró, cerrando el libro por un momento para mirar a su alrededor. La cafetería estaba llena de estudiantes, cada uno en su mundo. Muchos parecían felices, charlando con amigos, mientras que otros como ella, preferían la compañía de un libro. Una vez más, se encontró pensando en la diferencia entre la
ficción y la realidad. En los libros, el amor siempre triunfaba. En la vida real, las personas terminaban decepcionadas, traicionadas, o peor aún, aburridas.
Perdida en sus pensamientos, no notó cuando Luke entró en la cafetería. Sin embargo, él sí la vio. Luke no pudo evitar sonreír al verla concentrada en su
libro. Había algo en esa chica que lo desconcertaba. No era como las demás. Gaby parecía inmunizada contra su encanto, y eso lo intrigaba, era todo un desafío.
Decidido a no dejarse intimidar, Luke se acercó a la mesa de Gaby sin que ella lo notara. Se sentó frente a ella, dejando caer su mochila en la silla contigua. Gaby levantó la vista, sorprendida por la repentina interrupción.

— ¿Qué estás leyendo? —preguntó Luke con una sonrisa ladeada.

Gaby lo miró fijamente, un poco molesta, pero también curiosa por su repentino interés en acercarse a ella.

—"Orgullo y Prejuicio" —respondió, sosteniendo el libro para que lo viera. No esperaba que él supiera de qué se trataba, y mucho menos que le importara.
Luke arqueó una ceja, genuinamente sorprendido.
—Vaya, un clásico. No te hacía fan de Jane Austen.
— ¿Y tú qué sabes de Jane Austen? —Gaby se sintió a la defensiva, segura de que Luke solo intentaba burlarse de ella.
—No mucho —admitió él, encogiéndose de hombros—. Pero sí sé que todos hablan de ella como si fuera la reina del romance. ¿Tú también crees en esas historias de amor eterno?
Gaby rodó los ojos, volviendo a abrir el libro.
—No. Son solo fantasías. A la gente le gusta leerlas porque la realidad es demasiado aburrida, sencilla, común, mediocre, etc.




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