Era un día soleado, uno de esos días en los que todo parecía ir un poco mejor de lo habitual. Gaby se había levantado con energías renovadas, lista para enfrentar el día con su habitual escepticismo hacia el amor y todo lo que conlleva, pero algo en el ambiente la hacía sentir diferente. Quizás era el clima, quizás eran los mensajes de sus lectoras que aún resonaban en su mente, pero por primera vez en mucho tiempo, Gaby sintió que tal vez, solo tal vez, podría darle una oportunidad a la posibilidad de que algo más existiera fuera de las páginas de sus novelas.
Después de una larga mañana en la universidad y un par de cafés más de los recomendados, Gaby se acomodó en su rincón favorito de la biblioteca. Era su lugar seguro, rodeada de libros y un silencio que le permitía concentrarse en sus pensamientos. Sacó su laptop y, después de revisar algunas notas, decidió distraerse un poco revisando sus redes sociales.
No pasaron ni dos minutos cuando notó algo extraño: una nueva notificación que no esperaba. Un nuevo seguidor, alguien que no reconocía, había comenzado a seguirla en todas sus plataformas: Twitter, Instagram, incluso TikTok. Su nombre de usuario era @YourLove99, y lo más curioso no era que la siguiera en todas partes de un momento a otro, sino que, además, había comenzado a interactuar activamente con su contenido.
Gaby revisó los comentarios, todos llenos de palabras amables y una extraña mezcla de admiración y comprensión que, por alguna razón, le resultaba un tanto reconfortante.
@YourLove99: ¡Tu último capítulo fue increíble! tienen una
química que no se puede ignorar. Espero que sigas desarrollando esa relación.
@YourLove99: Gracias por escribir historias que hacen que la gente crea en el
amor, aunque sea solo un poco. ¡Eres una inspiración!
Los comentarios eran constantes y positivos. @YourLove99 no solo comentaba, sino que también compartía sus publicaciones, aumentando el alcance de sus historias. En un principio, Gaby no le dio mucha importancia. Después de todo, tenía muchos seguidores que la apoyaban, pero había algo en @YourLove99 que la intrigaba. Era como si este usuario realmente entendiera el corazón de sus historias, algo que Gaby solía guardar solo para ella misma.
Después de varios días de ver sus notificaciones llenarse con los comentarios de @YourLove99, Gaby decidió que ya era momento de agradecerle directamente. Era lo mínimo que podía hacer por alguien que mostraba tanto interés en su trabajo. Además, una parte de ella sentía curiosidad por saber quién estaba detrás de esa cuenta.
Tomó su teléfono y le envió un mensaje directo.
Gaby: “Hola, @YourLove99. Solo quería agradecerte por todo el apoyo y los
comentarios en mis publicaciones. ¡De verdad significa mucho para mí! ¿Cómo
encontraste mis historias?”
Gaby envió el mensaje y esperó, sin realmente esperar una respuesta inmediata. Cerró su laptop y se dispuso a leer un rato, pero su mente estaba en otra parte. ¿Quién era @YourLove99? ¿Era solo un lector más, o había algo más detrás de ese nombre?
Para su sorpresa, la respuesta llegó más rápido de lo que esperaba.
@YourLove99: “¡Hola, Gaby! No tienes que agradecerme, soy yo quien debería
agradecerte a ti por tus historias. Las encontré por casualidad en TikTok y desde
entonces no he podido dejar de leer. Me encanta cómo describes a tus personajes y
sus emociones, se sienten tan reales.”
Gaby sonrió al leer el mensaje. Había algo en la forma en que @YourLove99 se expresaba que la hizo sentir conectada, como si estuviera hablando con alguien que realmente entendía lo que trataba de transmitir a través de sus novelas.
Gaby: “Me alegra mucho que te gusten. A veces siento que los personajes
cobran vida por sí solos, y es genial saber que alguien más lo percibe así. ¿Tú también escribes o solo te gusta leer?”
Gaby envió el mensaje y se recostó en su silla, observando cómo la luz de la tarde entraba por las ventanas de la biblioteca. Había algo tranquilizador en la conversación, como si estuviera hablando con un amigo de toda la vida. Poco después, @YourLove99 respondió.
@YourLove99: “Me encantaría decir que escribo, pero la verdad es que solo soy
un ávido lector. Me gusta perderme en las historias, especialmente las que hablan de cosas que parecen imposibles, como el amor verdadero. A veces, leer lo que otros escriben es la única forma de creer que algo así podría existir.”
Las palabras de @YourLove99 resonaron en Gaby más de lo que esperaba. Había pasado tanto tiempo diciéndose a sí misma que el amor no era real, que leer las palabras de alguien que aún creía en él le resultaba… refrescante. Se tomó un momento para pensar en su respuesta.
Gaby: “Entiendo lo que dices. A veces, escribir es la forma en la que trato de
comprender el mundo y todas esas cosas que parecen tan lejanas o imposibles.
Supongo que en eso somos parecidos.”
Mientras Gaby enviaba el mensaje, una extraña sensación de comodidad la envolvió.
No sabía quién era @YourLove99, pero había algo en su sinceridad que le hacía sentir menos sola en sus propias dudas y cuestionamientos. Quizás, por primera vez, estaba empezando a comprender que no estaba tan sola como pensaba en su escepticismo hacia el amor.
Gaby continuó conversando con @YourLove99 durante un buen rato, compartiendo impresiones sobre libros, sus personajes favoritos y lo que significaba creer en cosas que a veces parecían imposibles. Para cuando la biblioteca comenzó a vaciarse y las luces se atenuaron, Gaby se dio cuenta de que había pasado más tiempo del que imaginaba.
Guardó sus cosas, despidiéndose de @YourLove99 con una sonrisa en el rostro.
Mientras caminaba hacia la salida, no podía dejar de pensar en lo extraña que había sido su tarde y en cómo alguien tan desconocido había logrado hacerla sentir tan cómoda y comprendida.
”No pierdas la fe en el amor,” recordó las palabras de sus lectoras. Tal vez no estaba lista para aceptar esa posibilidad todavía, pero por primera vez, Gaby se permitió a sí misma pensar que quizás, solo quizás, el amor no era algo tan absurdo después de todo.
Durante el camino a casa, Gaby escuchaba música, nada raro, sin embargo iba tan perdida en su mente y canciones, que choco con alguien que salía de una tienda.