No suelo prestar atención a muchas cosas, pero algo en Gaby siempre me hizo detenerme. La primera vez que todos en la universidad se enteraron de que era un ratón de biblioteca fue como si le hubieran colgado un cartel luminoso en la frente que decía “Funable, sin sentimientos, descarguen sus malas energías en mí sin asco”. Los comentarios comenzaron rápido, y yo, como siempre, solo miraba desde lejos. No quería herirla, no podía defenderla sin salir afectado. Sí, era un completo idiota.
Flashback - Primer año
Recuerdo cuando, durante uno de esos aburridos descansos entre clases, alguien la vio sacando un libro enorme de su mochila. Era una copia desgastada de "Orgullo y Prejuicio." Alguien, probablemente Valeria, una chica que siempre tenía algo venenoso que decir, soltó una carcajada.
— ¿En serio lees esas cosas? —se burló, mientras los demás se unían a las risas.
Gaby levantó la mirada, y su expresión, una mezcla de incomodidad, dolor y resignación, me hizo sentir algo raro. No porque me importara, sino porque podía ver que no era del tipo que encajaba en lo que todos querían. Ella solo se levantó y se fue en silencio al patio, quería seguirla y abrazarla, pero no tenía derechos de hacer algo así.
Unos meses después, las burlas hacia Gaby continuaron. Había un rumor de que estaba escribiendo algo. Al principio nadie le prestaba atención, pero luego, cuando comenzó a ganar seguidores en las redes, el grupo decidió que había que molestarla más.
Un día, vi cómo uno de los chicos del equipo de fútbol, Mateo, arrancaba las hojas de su cuaderno mientras ella estaba en la biblioteca. Se las lanzó al suelo, riéndose, y todo el grupo se unió. Para desgracia del mundo, ese día no me encontraba de humor…
—Deberías dejar de perder el tiempo con esto, no vas a conseguir nada con tus novelas. ¿Quién querría leerlas? —dijo él, con una sonrisa burlona.
Algo en mí se encendió, asique sin dudarlo un segundo, me acerqué a Mateo después de clase y lo lleve hasta el salón de box.
—Si vuelves a tocar algo de Gaby o a molestarla, vas a tener un problema conmigo —le dije, sin levantar la voz, pero lo suficientemente serio para que entendiera. Aunque le había dado un par de golpes y efectivamente lo levante en el aire contra pared mientras lo sostenía del cuello de su camisa. Por suerte y con la poca fuerza que tenía, asintió, sin más que ver lo solté y me fui tranquilo, tenía 1000kg menos en la espalda.
Desde ese día, me aseguré de que nadie se pasara de la raya con ella, hablaba de forma civilizada y sutil con ellos para que no lo hicieran, así de tranquilo como hable con Mateo. No lo hacía por ella, o al menos eso creía en ese momento. Simplemente me molestaba ver cómo la gente se creía superior por algo tan tonto como leer.
Presente
— ¿Vieron a Gaby en moto el otro día? —escuché que alguien del grupo decía mientras estábamos todos reunidos en el campus.
Me tensé. No me gustaba cómo sonaba eso. No parecían hablar de mí.
—Sí, la vi salir con un tipo. No lo reconocí, pero parecían bastante cercanos —dijo Sergio, mientras se echaba hacia atrás en su silla con una sonrisa burlona.
—¿Quién habrá sido? —preguntó Valeria con su típica expresión de curiosidad maliciosa.
Me quedé callado. No quería meterme en esa conversación, pero el malestar en mi estómago comenzaba a crecer.
—¡Apostemos! —Exclamó Sergio, golpeando la mesa con entusiasmo—. El que consiga sacarle información a Gaby sobre quién es ese tipo gana el derecho de molestarla en el baile de primavera. ¿Qué les parece?
Las risas y los murmullos de acuerdo llenaron el espacio. Todos se miraban como si fuera el reto más divertido que habían tenido en semanas. No, en sus vidas.
—Luke, ¿tú qué dices? —me preguntó Sergio, notando que no había dicho nada hasta el momento.
Le devolví una mirada tranquila, ocultando cualquier emoción.
—No me interesa —dije, encogiéndome de hombros. Pero por dentro, algo se encendió. La imagen de Gaby subiendo a mi moto después de la universidad me vino a la mente, pero el saber que no hablaban de mí, que ella subió a la moto de otro y que parecían ”cercanos” me revolvía el estómago.
Sergio sonrió con diversión, pero sabía que no me iba a dejar fuera tan fácilmente.
—Vamos, hermano, sabemos que tienes un buen ojo para estas cosas. Además, no te hagas, seguro ya tienes algo de información.
Me reí para seguir la corriente y me levanté, dando por terminada la conversación.
—Hagan lo que quieran. Yo paso.
Mientras caminaba lejos del grupo, no podía dejar de pensar en la apuesta. ¿Quién demonios se creen que son? Nadie va a usar a Gaby para su diversión. Pero si alguien va a descubrir quién es ese tipo… ese voy a ser yo. Hoy no vino.
*Tal vez anda en moto
- Cállate con un demonio.
Mi conciencia es sin duda alguna, mi peor enemiga.
… Gaby…
Flashback
Luego de ver a David a la salida de la universidad, el me llevo a una cafetería algo lejos de donde nos encontramos, me sorprendió verlo después de casi 3 meses, sin embargo estaba feliz.
Hablamos un buen rato sobre nuestros estudios y trabajos, bebimos algo (que el buen caballero invito), salimos a caminar y cuando le conté la hazaña de Luke… digamos que no le agrado la situación.
—No lo puedo creer pulguita, ese idiota no se cansa
—Bueno, no fue nada malo, de hecho fue lindo de su parte
—Gaby —se detuvo y me miro— sabes lo mucho que te quiero y no quiero sonar grosero pero —suspiro y se aclaró la garganta— ¿ya se te olvido todo lo que te hizo, las humillaciones, el usarte, dejarte de lado, ya no lo recuerdas?
—Bueno… yo—baje la mirada un segundo— no lo olvido, no baje la guardia ni nada, solo dije que me gusto el detalle
—Bien, hagamos lo siguiente —me abrazo fuerte— tú no te descuides porque si el idiota te vuelve a usar le romperé hasta las pestañas, pero disfruta del libro pulguita
Me hizo sonreír mientras decía eso y me abrazaba, era como el hermano que nunca tuve.
Desde conocimos se volvió mi lugar seguro, no lo cambiaría por nada, tal vez por alguno de mis esposos literarios, tal vez.
Luego de eso fuimos al cine. Cuando me dejo en mi casa y se fue, me concentre en mi libro y tuve otra larga charla con @YourLove99, y aunque suenen raro, me puse a buscar en todas sus cuentas una pista sobre quien era, pero nada.
Era estresante, pero me daba vergüenza preguntárselo así nada más.
Como no pude dormir bien, puse una canción para que se repitiera una y otra y otra vez
Consejo de amor, raro, pero si me hubiera pedido uno o me hubiera elegido sobre los demás, todo sería distinto…
”…Si me toca escoger entre volverte a ver o aceptar que te fuiste
Yo prefiero fingir que por ti estoy feliz aunque no me escogiste
Si me toca romper todo mi corazón para atarte a mi vida
Ya tendré que entender que en las guerras de amor siempre hay balas perdidas