El parque detrás de la biblioteca estaba lleno de árboles frondosos que ofrecían sombra a los pocos bancos esparcidos por el césped. El sonido de las hojas moviéndose con el viento y la paz del lugar contrastaban con la tormenta de emociones en el interior de Gaby. Sentada en un banco de madera, no podía dejar de mirar hacia el camino de piedra que serpenteaba hasta el centro del parque. Cada vez que oía pasos, su corazón daba un brinco, y aunque no quería admitirlo, la incertidumbre la devoraba.
Había fantaseado con este momento muchas veces desde que comenzó a intercambiar mensajes con @YourLove99, pero ahora que estaba a punto de descubrir quién era, sentía una mezcla de entusiasmo y miedo. ¿Y si la decepcionaba? ¿Y si no era quien esperaba, o si realmente no lograban conectar en persona como lo hacían por mensaje? No dejaba de cuestionarse.
Finalmente, el crujido de las piedras bajo unos zapatos rompió el silencio. Alzó la vista, y al principio no podía creer lo que veía. Frente a ella, caminando con una expresión tranquila y segura, estaba Luke. Vestía una chaqueta ligera y llevaba un pequeño ramo de flores en la mano. Gaby parpadeó, tratando de procesar la escena. ¿Luke? ¿Él era @YourLove99? Las piezas de repente encajaron en su mente, y se sorprendió al darse cuenta de que, en el fondo, siempre lo había intuido.
Luke se acercó con una sonrisa suave y un toque de nerviosismo en su mirada, y se detuvo justo enfrente de ella, extendiéndole el ramo de flores.
—Hola, Gaby —dijo, su voz más suave de lo habitual—. Lamento haber sido tan misterioso, pero necesitaba encontrar la forma de acercarme a ti, de que vieras que no soy solo el tipo que todos piensan que soy.
Ella tomó las flores sin decir nada, estudiando sus facciones, buscando alguna señal de que todo esto era una broma, pero en su expresión solo encontró sinceridad.
—¿Así que tú eres… @YourLove99? —preguntó, su voz apenas un susurro.
Luke asintió, con una expresión de disculpa en sus ojos.
—Sí… y sé que es extraño. Me acerqué como otro para entenderte mejor, para saber si realmente tenía alguna oportunidad contigo, sin todo ese ruido de nuestros amigos, o de mi… reputación. Quería que conocieras la parte de mí que casi nadie ve.
Gaby sintió una oleada de emociones: sorpresa, confusión y, extrañamente, alivio. Parte de ella temía que él estuviera jugando, pero había algo en sus palabras y en su postura que la convenció de que estaba siendo completamente honesto. Recordó todos los mensajes, cada conversación, cada canción que habían compartido. Todo cobraba sentido. @YourLove99, el chico que la comprendía sin juzgarla, era también el mismo que había estado junto a ella en los pasillos de la universidad, en el campus, y que la desafiaba a ver el amor desde otra perspectiva.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —preguntó Gaby, su voz temblando.
Luke bajó la mirada, como si buscara las palabras adecuadas.
—Porque… sabía que tú tenías una imagen de mí, y tenía miedo de que no quisieras hablarme si sabías quién era realmente. —Tomó aire, y sus ojos se encontraron con los de ella—. Lo siento, Gaby. Sé que lo ideal hubiera sido ser honesto desde el principio, pero no quería arruinarlo. Al hablar contigo como @YourLove99, pude entenderte de una forma en que jamás imaginé. Te descubrí de verdad, Gaby, y, para ser honesto… me enamoré de esa chica que se escondía tras la pantalla y también de la que me hace reír y hasta me reta en persona.
Gaby sintió que algo en su interior se desmoronaba. Luke la miraba con una intensidad que hacía que su corazón latiera más rápido, y en esos ojos vio una versión de él que nunca había imaginado.
—Yo… —empezó, sintiéndose vulnerable, expuesta de una manera en la que no estaba acostumbrada—. Luke, esto es… no sé qué decir. Todo esto es tan confuso.
—No tienes que decir nada ahora —respondió él, acercándose un paso más—. Solo quería que supieras la verdad. Ya no quiero esconderme detrás de un nombre falso. Quiero que sepas que te admiro y que realmente me importas. —Se detuvo, como si estuviera buscando el valor para continuar—. Y quiero que tú decidas si quieres que siga siendo parte de tu vida o no.
El silencio se hizo entre ambos, y Gaby sintió un nudo en la garganta. Todos los muros que había construido para protegerse del amor, de las decepciones, comenzaban a desmoronarse bajo la sinceridad de sus palabras. Nunca había permitido que nadie se acercara tanto a ella. Era su decisión, y eso la asustaba más de lo que quería admitir. Pero algo en la forma en que él la miraba le hacía sentir que quizás, después de todo, merecía una oportunidad.
—Luke… no puedo negar que este tiempo hablando contigo me ha hecho sentir algo diferente, algo que no sé si estoy preparada para aceptar. —Sus palabras eran sinceras y Luke asintió, comprendiendo su incertidumbre—. Pero quiero intentarlo, aunque tenga miedo.
La expresión de Luke se iluminó, y, sin poder contenerse, extendió la mano, apenas rozando la de Gaby. Ella miró sus dedos entrelazados y, por primera vez, se permitió sonreír, una sonrisa tímida, pero llena de una esperanza que no había sentido en años.
Ambos permanecieron en silencio, contemplando ese pequeño instante de paz. A su alrededor, el viento seguía moviendo las hojas de los árboles, pero nada importaba más que ese momento compartido entre ellos. Por primera vez, Gaby sentía que estaba lista para abrirse a alguien, y, aunque el miedo aún estaba presente, la mirada de Luke le transmitía una seguridad que solo había encontrado en las páginas de sus novelas. Tal vez esta vez, el amor no era solo una ficción. Quizás, después de todo, valía la pena arriesgarse.