Esa noche, Gaby apenas pudo dormir. El colgante, el mensaje, la estrella dibujada… todo estaba enredado en su mente como un rompecabezas imposible de resolver. Cada vez que cerraba los ojos, imaginaba quién podría estar detrás de @YourLove99. La sensación de familiaridad en la letra del mensaje no hacía más que aumentar su confusión.
Cuando amaneció, Gaby decidió que no podía quedarse esperando respuestas. Iba a buscarlas.
En la universidad, se dirigió directamente a la biblioteca, su refugio habitual y, curiosamente, el lugar donde todo parecía comenzar. David, aunque había intentado insistir en acompañarla, se había quedado en la cafetería, dándole un poco de espacio.
Gaby sacó el colgante de su bolsillo y lo colocó sobre la mesa. El metal reflejaba la luz tenue de la lámpara, y por un momento, se permitió observarlo con atención. Había algo grabado en uno de los bordes, algo tan pequeño que era casi imperceptible.
—¿Qué es esto? —murmuró, inclinándose para ver mejor.
Era una inscripción diminuta: “En las páginas hallarás la verdad.”
Gaby sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras parecían un mensaje directo para ella. ¿Páginas? ¿Podría ser una referencia a uno de sus libros?
Sacó su cuaderno y empezó a anotar todas las posibilidades:
1. Podría ser un libro que ella ya había leído.
2. ¿O uno que alguien le había mencionado?
3. ¿Y si era un libro que ella misma había escrito?
Mientras escribía, recordó algo. Un par de días antes, Luke le había regalado un libro: El Diario de Elizabeth Bennet. Había pensado en leerlo, pero con todo lo que había pasado, lo había dejado olvidado en su escritorio.
Sin perder tiempo, cerró su cuaderno y salió de la biblioteca, dirigiéndose a casa.
…
Una vez en su habitación, Gaby tomó el libro de su escritorio. Lo examinó detenidamente, buscando algo que pudiera conectarlo con el mensaje. Al abrirlo, notó algo que no había visto antes: una pequeña estrella dibujada en la esquina de la primera página.
Su corazón comenzó a latir más rápido. Pasó las páginas con cuidado, y allí estaba: una hoja diferente, más gruesa, que no pertenecía al libro original. La sacó con cuidado y la desdobló.
Había un nuevo mensaje:
"No todo está en lo que lees. A veces, las respuestas están en lo que vives. La estrella es solo el comienzo."
Gaby dejó caer la hoja sobre la mesa, sintiendo cómo su mente intentaba procesar lo que acababa de encontrar.
—Esto no tiene sentido… —susurró, apretando las manos contra las sienes.
De repente, su móvil vibró. Era un mensaje de David.
"Encontré algo raro. Estoy en el aula 206. Ven rápido."
Gaby agarró su mochila y salió corriendo hacia la universidad sin pensarlo dos veces.
…
Cuando llegó al aula, encontró a David sentado en una de las mesas, con un cuaderno abierto frente a él. Parecía nervioso, algo que no era propio de él.
— ¿Qué pasa? —preguntó, acercándose rápidamente.
David levantó la vista y le mostró el cuaderno.
—Esto estaba en uno de los cajones del aula. Lo dejaron ahí para que lo encontráramos.
Gaby tomó el cuaderno con manos temblorosas. Estaba lleno de anotaciones, todas escritas con la misma letra que el mensaje que había encontrado en el libro. Había frases como:
"El amor no siempre es lo que parece."
"Confía en tus instintos, pero no en las apariencias."
"Las estrellas siempre guían el camino."
Entre las páginas, encontró una foto vieja. Era de un grupo de estudiantes en la biblioteca, pero lo que llamó su atención fue la figura de Luke al fondo, con un libro abierto en las manos y… el colgante en el cuello.
—Esto… esto no puede ser una coincidencia —murmuró Gaby, mostrando la foto a David.
Él frunció el ceño.
— ¿Luke tenía ese colgante? ¿Qué significa eso?
Gaby negó con la cabeza. No tenía una respuesta, pero algo dentro de ella le decía que estaba más cerca de la verdad de lo que pensaba.
Antes de que pudiera procesar más, la puerta del aula se abrió de golpe. Ambos se giraron para ver a Luke entrar, con el rostro serio y los ojos fijos en Gaby.
—Tenemos que hablar. Ahora. —dijo, cerrando la puerta tras de sí.