¡el amor es una mierda!

Capítulo 4 Margaritas

A lo largo de mi vida he cometido muchas estupideces, muchas de esas malas decisiones me han traído serios problemas y otros grandes momentos que guardo en mi memoria. Pero este momento y esta mala decisión en cuestión no es algo que quiera recordar.

—¿Qué acabas de decir? —Me pregunta Ian.

Me muerdo el labio. No debí decir nada, ¿qué gano diciendo la verdad? Sophie no va a cambiar y solo conseguiré que Alex se sienta decepcionado de mí.

¿Por qué no puedo conectar mi lengua con mi cerebro y pensar antes de hablar?

—¿Qué acabas de decir? —Me vuelve a preguntar.

Erick, el hermano mellizo de Ian camina hasta nosotros con una sonrisa y un paso despreocupado que va muy acorde con su actitud. Pero cuando mira a Ian la sonrisa abandona su rostro.

—¿Qué pasa? —le pregunta Erick a Ian mientras le pone una mano en el hombro.

—¿Recuerdas de la chica de la que te hablé? —le dice Ian a Erick sin apartar su mirada de mí. Erick asiente con la cabeza—Es ella.

—Hola. —le digo a Erick. —Soy Emma.

¿Qué más se supone que deba decir ahora?

Erick me mira sorprendido y después de un momento se empieza a reír. Ian lo mira muy molesto, pero esto solo provoca que Erick se ría aún más fuerte.

—No te rías, es algo serio. —le regaña Ian en voz baja— Y como si fuera poco ahora me dice que Sophie se acostó con Derek Danielson.

Erick no se ve muy sorprendido por lo que le dice Ian.

—Tú sabías en lo que te estabas metiendo. — le dice Erick mientras le da unos golpes en la espalda. —Te lo advertí. ¿Recuerdas?

Los hermanos comparten una mirada y puedo darme que hay algo ahí sucediendo detrás de aquella mirada y palabras, pero ¿exactamente qué?

—Sí y pensé que ella también.

No entiendo de qué va todo eso, trató de retroceder lentamente para salir corriendo, pero Ian se da cuenta de mis intenciones y me sujeta del brazo antes que yo pueda escapar.

—¿A dónde crees que vas? —me dice—En este momento vamos donde Sophie para aclararlo todo.

Espera. ¿Qué?

Entro en pánico, Elizabeth siempre me regaña porque por alguna extraña razón siempre término en medio de los problemas familiares. Y esta vez no podía ser la excepción. ¿Por qué no me pude simplemente quedarme callada? No, yo tenía que abrir mi bocota.

—Pero si tú también la engañaste. —le digo en estado de pánico— ¿Qué le vas a reclamar? Cínico.

Erick me da la razón, pero a Ian eso no le importa mucho y camina hasta la habitación de Sophie. Erick se queda parado a mi lado y vemos como salen de la habitación Annie y Gabrielle. Ellas caminan hacia nosotros con cara de confusión. Alex y Elizabeth se acercan a nosotros y nos preguntan qué está pasando.

—Ni idea. —respondo—Nervios por la boda quizás. Con permiso me voy arreglar.

Y antes que pudiera irme a mi habitación Derek aparece por el pasillo en el mismo instante que se escucha a Sophie gritarle un insulto a Ian.

Tierra trágame, es en lo único que puedo pensar cuando veo a Derek caminar hasta mí con un ramo de rosas blancas. Como si un ramo de flores fuera suficiente para perdonar lo que me hizo. 

—¿Qué haces aquí? — me acerco a él y lo tomo del brazo para llevarlo lejos de todos los ojos curiosos que nos están observando— Vete.

Derek toma mis manos, yo trato de soltarme lo más disimuladamente que puedo, no quiero hacer una escena en este momento, porque creo que es suficiente con la escena que están haciendo Ian y Sophie.

Trato de fingir una sonrisa mientras sutilmente apartó mis manos de las suyas.

—Lo siento. —me dice.

Oh, Derek. Eres más imbécil de lo que pensé.

¿Qué piensa él que se va a solucionar con un lo siento? Mi corazón no se va a reparar, mi ego no se va a restaurar y las burlas de mi hermana no van a cesar. Un lo siento no soluciona nada y yo no lo quiero. No quiero nada que venga de él.

—Vete, lo digo en serio, vete.

—Por favor, Emma, perdóname. Te quiero y no quiero perderte.

No, no me quieres, si me hubieras querido al menos un poco no te hubieras acostado con mi hermana después que te conté como siempre los chicos la preferían a ella. Después que te conté lo insegura que a veces puedo ser. No me quieres y yo ahora yo tampoco te quiero, porque si tengo que elegir entre tú o yo, me voy a elegir a mí.

—Me engañaste. —le digo.

Derek tiene que irse antes que salga Ian y esto sea un verdadero show.

—Ahora vete, porque tú y yo no tenemos nada que hablar.

—No me voy a ir.

Trato de empujarlo lejos, pero él obviamente es mucho más fuerte que yo.

—¿Está todo bien? —Me pregunta Alex.

—No, le estoy pidiendo que se vaya y él se niega.

Derek trata de tomar mis manos otra vez, pero yo retrocedo.

No quiero que me toque, no quiero verlo y mucho menos hablar con él. ¿Acaso no se da cuenta lo mucho que me cuesta y duele esto? La herida aún está muy fresca y él solo viene a empeorar su curación.

—No me voy a ir hasta que me perdones.

Como si fuera tan fácil.

—Esto es algo que nunca te voy a poder perdonar, Derek.

—Emma...

—¡Me engañaste! —le grito—te acostaste con... —por primera vez en mi vida pienso antes de hablar y me detengo antes de decir el nombre de mi hermana, pero decido vengarme un poco de Derek—me engañaste con otro hombre.

Puedo escuchar los murmullos de todos y trató de contener la risa al ver la cara de Derek, pero él no dice nada, solo se queda mirándome sorprendido por lo que acabo de decir.

— Vete ahora, antes que diga el nombre de la persona con la cual me engañaste.

Él me mira por un largo momento antes de asentir con la cabeza y marcharse.

Me paso una mano por mi cara y me arreglo el cabello.

—¿Estás bien? —Me pregunta Alex.

Asiento con la cabeza lentamente.

—Sí. —le respondo—Es algo que ya sospechaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.