Presente:
Año 08/03/2018
Sara se encontraba trabajando en una firma de abogados redactando todo tipo de documentos, su trabajo era temporal, pero aun así le encantaba, permanecía en silencio mientras redactaba los documentos, al mismo tiempo empezó a escribir una novela de amor lo cual estaba relacionado con su jefe y su compañera de trabajo.
—Creo que esto será una hermosa historia, el libro se llamara ´´amor en el trabajo``, porque justos hoy hay mucho trabajo, hay muchos documentos que redactar además tengo que ir al juzgado para entregar al juez personalmente, uf… pero lo terminare pronto, dijo Sara.
Durante la mañana termino con más de limitad de los documentos y por la tarde se dirigió al juzgado para entregar unos documentos, de camino a la oficina Sara le escribe a Catalina –Hola hermosa, ¿Qué estás haciendo?, yo me dirijo a la oficina nuevamente estoy cansada, para la cena que te gustaría que compre o cocinaras. —Yo cocinare, debes de estar agotada además tengo algo que celebrar, te quiero fuerza, nos vemos en la noche, dijo Catalina.
Llevo trabajando casi un mes aquí, no me puedo dar el lujo de no cumplir con mi trabajo, necesito el dinero, para alquilar un departamento no puedo seguir de arrimada en casa de Catalina, vamos que yo puedo.
Al llegar a la oficina encuentra a su jefe en una situación incómoda con su compañera de trabajo, —Señorita Sara ¿creí que no llegaría hasta dentro de una hora? Dijo su jefe. —Lo siento, mejor me retiro ustedes continúen con lo que hacían, lo siento, adiós, dijo Sara.
No puedo creer que mi jefe era tan fogoso, bueno no puedo permitir que nadie se entere de lo sucedido, sino estará en problemas, por otra parte, es una buena escena para mi libro; sonríe mientras sale a la calle, —y ahora aun me queda trabajo, supongo que me quedare horas extras, agacha la mirada, —pero eso me conviene por una parte ya que me pagaran por las horas extras y por la otra llegare tarde para cenar y ahora donde voy.
Sara se fue a un parque donde podía ver a parejas de enamorados, le gustaba ir a esos lugares para entrevistarlos sobre su relación, de las historias que le contaban creía que el amor era algo cursi, pero al mismo tiempo fabuloso porque esas cursilerías eran la magia para sus libros.
Paso más de una hora, en la oficina Sara se encuentra redactando los documentos cuando su jefe la llama a su oficina, — Srta. Sara lo que usted vio aquí hace una hora, puede hacer de cuenta que no vio nada, por favor, dijo su jefe. —Sr. yo no vi nada, no se preocupe ni siquiera estuve aquí hace una hora y no sé de qué me está hablando, dijo Sara. —Muy bien Srta. Eso me gusta como recompensa hoy puede irse temprano yo termino con lo que falta si, dijo su jefe. —Está bien Sr. pero mi trabajo es trabajo y no tiene que recompensar nada, si eso es todo me retiro, dijo Sara.
No puedo creer lo que me dijo, hubiera captado su recompensa, pero no, esto es mi trabajo y debo ser la única en hacerlo y punto.
Ya siendo las nueve de la noche, Sara es la última en salir de la oficina, en camino a casa se tropieza con un hombre, —Lo siento, disculpa estoy un poco apurado por eso tropecé con usted, —No se preocupe, siga su camino dijo Sandra.
Hoy fue un día extraño jamás había tropezado con un hombre, era lindo bueno es hora de que me vaya a casa Catalina me debe de estar esperando, además tengo mucha hambre.
Hola… linda te extrañe, lo siento por llegar muy tarde, me disculpas por favor mi Cata, dijo Sara. La abraza —Claro que te disculpo, debes de estar cansada, además por lo que me doy cuenta estas lastimada en el pie dime que paso, dijo Catalina. —Nada, solo me tropecé con un hombre mientras venía a casa, estaba corriendo supongo que estaba llegando tarde a su cita, pero eso no me importa, cómo estaba apurado deje que se fuera, dijo Sara.
–Te lastimaron, pero aun así tú le dejaste ir eres muy buena, pero dime como era el hombre con quien tropezaste era lindo, dijo Catalina. —Nada que ver si era lindo, oye además deberías de estar preocupada por mí, sabes muy bien que no me siento atraída por cualquier hombre, mejor tráeme el botiquín, dijo Sandra. —Okey mi capitana, mientras te traigo en botiquín tu ve cenando debes de estar de hambre, dijo Catalina.
En la mente de Sara solo pensaba como escribir esa escena que vio en la oficina, era un hecho que sería una de las escenas más graciosas.
Hasta el momento solo me centro en mi trabajo y en los libros que publico, jamás volteé a ver a un hombre, además esas cosas como el amor creo que es solo un momento, muchas veces que fui al parque y entreviste a una pareja me dicen que estarán juntos para siempre, pero después de un tiempo los vuelvo a ver y están en otra relación, por eso digo que el amor es pasajero.
—Ya comiste todo, necesito lavar los servicios, aquí está el botiquín, dijo Catalina. Sara la mira sonriendo —claro que ya terminé tenía tanta hambre que me lo comí en un segundo, gracias por traer el botiquín por eso te quiero. —De nada, mientras te curas tu pie yo lavó los servicios, una pregunta hoy escribirás tu libro o lo aras mañana por lo que me doy cuenta estas muy cansada te sugiero que descanses, dijo Catalina. —Tienes razón si estoy cansada, asiqué mejor me iré a dormir, además mañana será muy cansado es fin de semana y eso significa que estaré todo el día en el juzgado. —Que descanses bien, dijo Catalina.
Al acostarse en la cama, se durmió profundamente y se soñó el momento que se tropezó con aquel hombre guapo, lo que provoco que se despierte de golpe, —Que acabo de soñar, creo que el exceso de trabajo está alterando mi cerebro, esa es la única explicación que encuentro, dijo Sara.