El Amor Florece En Invierno - Para Ann

Capítulo 4

Tardes de té..

Al dia siguiente volví a casa estaba cansada pero tenia que ir al orfanato Manos unidas

 

-buena tardes señorita, quiere que le sirva algo de comer? -

 

Habia almorzado en casa de Lucía pero aun asi seguía teniendo apetito. 


-claro-  le respondí a Martina


-mi niña hermosa, ya estas en casa-  era la voz de mi abuela

-si, llegue hace poco- le respondí mientras comia


-por cierto hoy iras al horfanato verdad?

Si, por que abuela? -  le respondí de inmediato

-quiero que le lleves algunas cosas a los niños-

Asentí de inmediato, al terminar me cambie de ropa y le dije a Max que no era necesario que me lleve, pues yo iria en bicicleta.


Al llegar  al orfanato, ubique mi bicicleta a un lado de la cera. De pronto un lujoso auto se estacionó y varios hombres vestidos de negro bajaron del auto que venia detrás.
Una hermosa mujer bajo del auto. La reconocí de inmediato, era Camille

-Señorita Farias bienvenida- , era la directora del orfanato, y recibía a Camille con todas las atenciones.

 

Al entrar, toque la puerta de la oficina de la directora, queria entregarle el encargo de mi abuela.


- señorita Alarcon, no la reconocí pase -


La salude amablemente y le entregue el sobré
y me salí no sin antes despedirme de Camille.

En el pasillo uno de los niños me detuvo y me llevo a un pequeño salon el cual adecuamos para realizar algunos talleres conmigo

-nuestro amigo vino a visitarnos y quedó maravillado con el robot que hicimos-


Dijo uno de ellos, - es verdad, queriamos que lo conocieras pero se fue hace poco- dijo otro.

-pues algun dia lo voy a conocer- dije,

Ellos siempre me hablaban de un amigo que los visitaba, lo cual aveces me daba miedo porque pensaba que tal vez era un fantasma. La razón es que nunca podia verlo o se iba justo cuando yo llegaba o ese día se le presentaba alguna urgencia.

 

Después de pasar la tarde con los niños, me fui al centro comercial a buscar un regalo para Lucía, su cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina.
Estaba mirando por los vidrios de la tienda, cuando vi a Camille y Enrique tomados de la mano, estaban bajando por las gradas eléctricas.

me apresure a entrar a una de las tiendas, habia muchos bolsos y joyas muy costosas - me pregunto que es lo que le podria gustar? -

una voz que provenía detrás de mi, hizo que soltara un bolso de mano pequeño.

-Ann buscas algo especial?. Lo siento no quería asustarte-


No te preocupes Camille, estaba distraida-

me anticipe a decirle que pronto seria el cumpleaños de mi amiga y queria un obsequio especial para ella.


Ante sus preguntas y la presencia de Enrique, me apresure a salir tomando uno de los bolsos
no era lo que buscaba pero era la unica manera que encontraba para irme.

Al realizar el pagó del producto, nunca me imagine que ese bolso era excesivamente costoso! -  "grito interno".

 

Al dia siguiente como no tenía clases pensaba en que esta vez si tendria que encontrar un regalo especial, aunque en mi cuenta ya no quedaba mucho dinero y todo por la compra de ayer. Pero debo de decir que ese dinero me lo gane yo misma y eso me tranquilizaba.

-buenos dias Cariño-,  era la voz al unísono de mis padres


 

Buen dia- respondí,  - hoy saldre a caminar un rato, pensaba en que tal vez podria solo llevar la bicicleta-


 

Mi madre casi no dejaba que usara la bicicleta ya que la ciudad era peligrosa y eso lo decía por la cantidad de autos que a diario salian a las calles, me tomo un rato convencerla y para eso tenia el apoyo de mis hermanos y claro no podia faltar el de mi abuela


que decir de la señora Martina.

Mi hermana amaba salir en bicicleta con sus amigas, por lo que ella se apresuro a decirle a mi madre que era mejor usar una bicicleta que el auto, ya que ayudaba a tener una ciudad limpia. 

Despues del desayuno me dirigí hasta el centro comercial, luego fui a mi biblioteca favorita.
Pase un largo rato ahi. Cuando me di cuenta de la hora sali de inmediato no sin antes tropezar con la mochila de algún descuidado.

Al salir un joven con un lujoso auto me esperaba, camine hacia el con duda. Pues no sabia si me buscaba a mi o a otra persona

En efecto a quien buscaba era yo. Me indicó que la señora Selver me invitaba a tomar el té con ella, no tuve mas remedio que subir algo extrañada.

Cuando llegamos era una hermosa casa, tenia un hermoso arco de flores que recibía la entrada. - bienvenida - se escucho la elegante voz de la señora Selver. 




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