El Amor Florece En Invierno - Para Ann

Capítulo 20

Resistirse a la realidad 

 

Enrique selver

Ser parte de una relación en la cual no hay sentimientos mutuos era agotador. La unica manera de proteger a Elisa era que mi madre viera mis buenos tratos con Ann. 

Aunque lamentaba ya no tener la misma relación tan cercana con Camille, era mejor para ambos, sabia que ella encontraria a alguien que la amara tanto como ella lo merece. 

Las pocas veces que iba a la empresa de los Alarcon tenia el gran impulso de verme con Elisa y minimamente hablar con ella. Pero estaba dispuesto a obedecerla pues ya me había amenzado con irse si no frenaba mis sentimientos. 

En uno de esos dias fui a ver a Marco el hermano de Ann, hablamos un rato sobre el proyecto de Padreras Luna y los pasantes de kavak en Zeus Technology. Me disponía a irme cuando vi a Elisa venir hacia mi algo distraída. 

—E-Elisa— dije su nombre sin pensarlo dos veces y ella levanto la mirada algo extrañada. 

—Que haces aquí Enrique?

—Vine a tratar unos asuntos, solo queria saludarte. 

—Esta bien, bueno tengo que hacer algunas cosas.— ella estaba apuntó de irse pero la sujete del brazo antes de que pudiera marcharse. 

—Enrique por favor, ya hablamos sobre esto. 

—Lo se, pero almenos quiero poder saludarte y saber si estas bien. 

—Estoy bien y estare bien mientras tú cuides de tu prometida, la señorita Ann es muy buena conmigo y no merece esta traición de parte mia. 

—Elisa no es una trai---, mis palabras fueron cortadas por la presencia de una persona, al parecer era compañera de trabajo de Elisa por lo que decidi guardar cierta distancia. 

Después de alejarme un poco queria seguir hablando con ella cuando escuche a lo lejos la voz de Ann, ella vino deprisa a mi y se sujeto del brazo llamandome cariño. Sabia que solo quedaba despedirme de Elisa de manera formal pretendiendo recién conocerla. 

Aveces estando en casa me ponia a pensar en las diferentes maneras de poder escapar de aquella prisión que no me permitía estar cerca a ella por otra parte mi madre estaba cada vez mas entusiasmada con la idea de que Ann pronto seria mi esposa, incluso preparo en casa una habitación para ella, para cuando quisiera quedarse con nostros. 

Tal vez solo me quedaba aceptar mi destino, probablemente con el tiempo llegue a querer a Ann y deje de fingir aunque sea un poco. 

Aunque Ann me habia avisado algo breve sobre la fiesta de recaudación en casa de los Reyi no pretendía ir, eso significaba asistir con Ann. Pero al final no quise desairar su invitación. 

Llegue a la fiesta sin motivación, me decia a mi mismo que tenia que pretender ser un hombre cariñoso con su prometida y sobre todo mostrar una sonrisa, apenas llegue comencé a buscar a Ann con la mirada. Esperaba hacerle un cumplido por  el atuendo que tendria puesto al igual que en la boda de Darren y Laura. 

Estaba en eso cuando mis ojos se posaron en Joan y Elisa, el bailaba con ella y ambos se estaban riendo, no podía describir la desesperación y dolor que sentí en ese momento, ya que yo nunca tendría la oportunidad de de bailar asi con ella frente a un grupo de personas y mucho menos frente a mis amigos pues ellos estaban altanto de mi compromiso con la hija de los dueños de Zeus Technology. 

Ann se acercó a mi y aunque parecia estar presente no lo estaba, todo mi cuerpo lo tenia tenso y me sentía molesto, lo peor de todo es que Joan ya habia notado mi presencia, esperaba cualquier descuido de Ann para poder ir en busca de ellos. En un momento Joan la tomo de la mano y se la llevo para afuera, de no ser por que Ann se anticipo en irse con sus amigas yo hubiera ido de inmediato tras ellos sin importar lo que digeran los demas.

Sali como loco afuera, miraba a todos los lados esperando verlos pero ya se habian perdido, la unica forma de encontrarlos era buscar en todo el patio. Fue ahi cuando los vi a ellos cerca a una fuente, el parecia querer abrazarla y antes de que pudiera hacerlo estampe un golpe en su cara. 

—Te dije que no te le acercaras. — le dije tomandolo del borde de su saco para estamparle otro golpe. 

—Creo que no te escuche bien. 

—Mira idiota si vuelves a tocarla te mato.— dije sujetando fuertemente con mis manos su camisa y para cuando estaba por propinarle otro puño Elisa levanto la voz. 

—Ya basta, por favor detenganse, Enríque es mejor que te vayas.— al escucharla decir eso volteé a verla confundido y para cuando queria respóndele ya me encontraba en el piso. 

—Ya la estuchaste, ella quiere que te vayas de aqui. 

—No me ire, el que tiene que largarse eres tú! — sono otro golpe. 

—Tu eres el que esta comprometido en matrimonio no yo maldito infeliz! 

—Ya basta! Si siguen jamás se los perdonare!

Escucharla decir eso fue el detonante para que le propinara otro golpe a Joan y llevarme a Elisa a rastras hasta la puerta principal. 

—Enrique suéltame, si sigues asi los demas se daran cuenta de lo que esta pasando. 




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