Dolor y sorpresa
Tenia conocimiento de que Enrique se encontraba en Praderas Luna, el me lo había informado mediante un mensaje de texto de esa manera pude deducir que el era el enviado de Kavak por lo que el y Elisa estaban juntos.
Ese dia no pude concentrarme en la empresa pues tenia mas de la mitad de mis pensamientos puestos en lo que Enrique y Elisa pudieran estar haciendo. Mi hermano Marco habia venido a visitarme a la oficina pues queria saber como iba el avance de mi equipo en cuanto a los proyectos, sin embargo no estaba concentrada en sus preguntas pues solo esperaba poder salir lo antes posible.
Apenas habia terminado los pendientes en la empresa decidí pedir un taxi para que me pudiera llevar a Praderas Luna. Durante el camino no podia evitar sentir miedo por lo que pudiera ver una vez que llegara allá, mientras me preparaba a mi misma para afrontar lo que mis ojos estaban a punto de presenciar desde la ventana del auto se podía ver como el cielo se tornaba mas oscuro a pesar de la noche pues la oscuras nubes cubrian el brillo de la luna y las estrellas.
El taxi me dejo casi cerca a la entrada, camine poco mas de veinte minutos hasta el edificio donde estaba el departamento a nombre de nuestra empresa, ya que este había sido destinado a Elisa en los días que trabajaría en el lugar. Al llegar sabia perfectamente que Elisa tenia la llave electrónica sin embargo decidí tocar el timbre para no ser muy evidente con mis intenciones y al no obtener respuesta decidí usar la clave el cual era la fecha en que mi padre habia ganado la loteria sumado del número favorito de mi hermano.
Una vez dentro era claro que nadie se estaba quedando en el lugar, todo estaba en su sitio tal como mi hermano lo hubiera dejado. Revise cada una de las habitaciones y de nuevo reafirme que absolutamente nadie habia entrado al lugar en estos dias por lo que sali del departamento y camine con dirección al ascensor, sin embargo antes de que pudiera subir voltee hacia una de las ventanas la cual daba directamente al departamento de Enrique el cual tenia las luces encendidas, me acerque a pasos cortos mientras cada vez mas podia ver de manera mas clara lo que parecia ser la sala y en ese momento la pequeña figura de una mujer salia corriendo hacia donde mi vista estaba observando, ella estaba sonriente y tenia puesto un vestido blanco por debajo de las rodillas, era Elisa y detrás de ella apareció Enrique abrazándola por detrás besando su mejilla. En cuando vi aquello sentia como mi corazón se hacia pequeño y mis manos cubrian mi boca evitando realizar sonido alguno mientras de inmediato mis ojos se llenaban de lágrimas.
Observe durante unos minutos la escena pues seguía torturandome a mi misma ya que podia verlos muy felices abrazados y recostados en el sofá en aquel departamento donde yo había estado tiempo atrás creyéndome que me habia ganado poco a poco un lugar en el corazón de Enrique. Ellos claramente no podían verme pues estaba en el otro edificio. Cuanto mas necesitaba para poder entender que el no la había podido olvidar y que probablemente jamás lo haria? Probablemente la respuesta era clara ante mis ojos sin embargo parecia que aún asi queria seguir intentando.
Seque mis lágrimas y di vuelta para irme del lugar y en cuanto lo hice una de las puertas del departamento de al lado se abrió. Un hombre alto con un abrigo largo y una bufanda gris en el cuello salieron de ahi, de inmediato seque mis lágrimas y di vuelta para que no pudiera verme pues aunque lo tenía casi cerca no podia ver muy bien su rostro por lo que intuí que era uno de los residentes, me quede de espaldas esperando que subiera al ascensor pero en cuando escuche su voz quede helada volteando lentamente.
—Disculpe usted es recidente de este edificio?— Apenas dijo aquellas palabras su voz me resultó familiar y sabia que ya la había escuchado en algun lugar y si mi memoria no me fallaba este era el supuesto fantasma de aquel bosquesillo.
—Le hice una pregunta, es usted recidente de aquí? — Al no obtener respuesta de mi parte el parecia venir hacia mi lo cual hizo que la piel se me erizara pues no sabía si esto era la realidad o aquel fantasma que me había estado persiguiendo debido al estrés de estos dias.
—D-disculpe. — dije girando lentamente.
—Pregunte si usted era residente de este edificio.
—S-s.. — Antes de que pudiera responderle lo vi directamente a los ojos, era el mismo chico que habia visto en el bosquesillo. Tenia el mismo rostro y porte, sus ojos eran penetrantes y fríos pero a la vez parecia lucir extrañamente amable.
El me observó extrañado y al no obtener respuesta presionó el botón del ascensor subiendo de inmediato. Después de verlo marcharse me quede unos minutos sin poder moverme hasta que por fin reaccione, sali del edificio y me di con la sorpresa que ya había empezado a llover, lamentablemente no le había pedido al taxista que me esperara por lo que ahora no tenia ni idea de como volver. Mi orgullo no me permitía estar en el mismo lugar en donde Enrique y Elisa estaban. Decidi caminar hasta la salida y asi avanzar un poco mas hasta ver un auto que pudiera llevarme de vuelta a la ciudad.
Mientras caminaba no pude evitar llorar pues me encontraba en la situación mas penosa, estaba casi empapada y con frío, mi tonto orgullo no me había permitido quedarme en el departamento de la empresa por lo menos hasta el dia siguiente. Mi corazón dolía y con cada recuerdo de lo que habia visto dolia más, sentia unos punzones que me hacian sentir alguien tonta.