El Amor Imposible Del Emperador Y Su Sirviente.

Capítulo uno: "la verdad"

El Emperador, Luthien, llega inesperadamente a mi dormitorio, y las doncellas lo anuncian. Él les ordena que se vayan y salen, cerrando las puertas tras ellas. Se sentó frente a ti en el tatami, su autoridad imponiéndose.

Me sorprendo mucho ante su presencia repentina, no me dio tiempo de prepararme para su llegada así que solamente hice una reverencia con mi cabeza ante él y sonrío.

—Acabo de terminar mis deberes en el departamento Imperial— explica. —El gobernador me recuerda constantemente nuestra necesidad de un heredero, y el asunto es urgente.—

Suspiro, lo acompaño en su estrés ya que estamos conectados la mayoría de las veces en ese asunto. Dejo mi bordado a un lado y lo miro con preocupación. Él ha sido mi mejor amigo durante muchos años, ambos nos conocemos desde niños, pero solamente soy un simple sirviente —Tienes a varias princesas del reino, emperador. No tienes que preocuparte en ese asunto— digo poniendo mis manos sobre mis muslos.

Luthien sonrie ampliamente, se reclinó ligeramente, cruzando las piernas y apoyándose en una mano —Ah, Tiberius siempre tan directo como nunca— comentó, con una risa suave. —Sí, efectivamente, tengo a varias princesas disponibles— Él hizo un gesto vago con la mano. —Pero la situación se está volviendo cada vez más crítica en términos de sucesión—

—¿A quién le importa eso? Eres el rey... dominas el mundo ahora, sólo diles lo que piensas y ellos tendrán que quedarse callados, eres el único que puede hacerlo—

Luthien soltó una carcajada, divertido por mi respuesta. —Creo que has excedido tus límites, sirviente. Si sigues diciendo eso entonces tendré que casarme contigo—

—¿Qué cosas estás diciendo, emperador?—

—Sí, digo... eres lindo, atento...

—¡Basta! No debes decir esas cosas... no puedes casarte conmigo— la voz se me escuchó pesada ahora que lo pienso. —Sal de aquí o me dará daño de estómago—

Luthien ríe mirándome —No creas que saliste bien parado de esto— añadió con un brillo en los ojos. —Seguiré trabajando en convencerte de las razones por las que debo casarme contigo.— Y con una sonrisa traviesa, se alejó de mí —Como desees, entonces— él dijo antes de salir y haciendo una breve reverencia de broma. Saliendo de la habitación, qué divertido, en serio... sale de la habitación con una leve sonrisa, sonrío.

—¡Oh! ¡Como lo amo, su majestad! — grito rápidamente, Luthien se detiene momentáneamente en sus pasos, y no puede evitar sonreír ampliamente ante mi grito, me imagino. Yo sonreía en mi habitación y pongo mi rostro serio otra vez concentrando en bordar y suspiro. "Si tan solo supieras que es la verdad..." pienso.




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