El Amor Más Allá de la Memoria

Capítulo IV: Familia

Amelia Jones

— Soy tu tío Derek — comentó, sorprendiéndome. Ahora que lo veo bien, se parece a mi padre. Es alto, de tez blanca, solo que él tiene los ojos azul claro y el cabello rubio.

— Lo siento, no te recuerdo — comenté bajando la cabeza, esto era vergonzoso. Me sentía mal por no recordarlo.

— No te preocupes, eras muy pequeña cuando te fuiste. Qué tenías, ¿12 años? — Me limité a asentir, y él me sonrió. — Bien, vamos al auto — me dijo, y yo solo lo seguí hasta un coche rojo.

— Qué lindo auto — él me sonrió.

— Lo sé, mi bebé es toda una belleza, igual que yo — dijo, guiñándole el ojo a unas chicas. Tenía una personalidad extrovertida y un gran ego, él era todo lo contrario a mi padre.

— Sí claro, cómo no, y los cerdos vuelan — me reí, y él también.

El viaje a casa de mis abuelos fue divertido, hablamos de la familia, escuchamos algo de música y cantamos. Sin duda, fue entretenido.

— Ya vamos a llegar — dijo. Solo asentí. — ¿Preparada para conocer a los locos detrás de ese portón? — comentó con diversión en su voz.

— Claro — respondí, aunque estaba nerviosa y tenía la garganta seca.

— No estés nerviosa, todo va a estar bien después de todo somos familia — me sonrió.

El portón se abrió y apareció una casa grande. Bueno, en realidad, una mansión enorme, Derek aparcó y yo me bajé del coche.

— Adelante, pasa — me hizo señas con las manos mientras iba a hablar con uno de los tantos hombres que estaban afuera. — Yo ahora voy — asentí caminando hasta el interior de la casa. Era bonita y elegante, todo parecía reluciente y nuevo.

Entonces vi los cuadros que parecían ser fotos familiares, y en uno estaban mis padres conmigo de bebé, por un momento sentí cierta nostalgia y una sensación extraña en el pecho. No sé cómo explicarlo. Mis pensamientos fueron interrumpidos.

— ¿Tú quién eres y qué haces aquí? — escuché detrás de mí. Al girar, me encontré con una chica pelirroja y de ojos verdes.

— Emm... yo... yo soy... Emm — balbuceé, nerviosa. Su mirada solo hacía que estuviera más nerviosa.

»Al fin algo de que reírme«.

— ¿Vas a contestar o prefieres que llame a seguridad para que te saquen a patadas? — amenazó la pelirroja.

— Qué manera de tratar a los invitados — dijo una voz la cual había conocido hace unas horas, pero que reconocía bien, era Derek. — No pensé que serías tan cariñosa y amable con tu prima — comentó con una sonrisa forzada y sarcástica.

— Amelia, ¿eres tú? ¡Oh, por Dios, me alegra mucho verte! — sonrió, aunque por una extraña razón su sonrisa no llego a sus ojos, parecía forzada. Y yo solo me limite a sonreírle. — Lamento lo de hace un momento. Bienvenida — dijo antes de caminar hacia una puerta grande.

«Qué incómodo»

»Para ti seguro, a mí me encanta« no podía verla sonreír burlona, pero sabía que lo hacía, rodé los ojos.

— Lamento eso, ella es un poco... mmm, ¿cómo decirlo? — Derek se puso a pensar.

— ¿Antisocial? — sugerí.

— En realidad, yo iba a decir "loca escapada de manicomio", pero bueno, "antisocial" será — dijo soltando una carcajada, a la que me uní. — Por cierto, la pelirroja de hace un momento es Abigail y está Alexander su hermano, lo vas a reconocer cuando lo veas es pelirrojo también — me hizo saber.

En eso apareció una mujer vestida con uniforme avisándonos que todo estaba listo en el comedor y que nos esperaban.

— Bien, vamos. La comida se enfría — comentó mientras caminaba hacia la misma puerta grande por la que se había ido la pelirroja. Yo solo lo seguí. — Buen día, querida familia. Les traje un regalo — se movió a un lado, y todos posaron sus ojos en mí.

Una mujer mayor con el pelo rubio y de ojos verdes, me sonreía. Junto a ella un hombre mayor con el cabello azabache y de ojos azules, me miraba con atención.

Además, junto a ellos estaba la chica pelirroja de hace un rato, que ahora sabía, gracias a Derek, que es mi prima Abigail.

La pregunta es: ¿Quiénes son sus padres? Mi padre nunca mencionó que tuviera hermanos. Bueno, ni siquiera sabía que tenía familia, así que no me sorprende.

»Y eso es una enorme red flag« reprimí mis emociones ante el comentario de mi conciencia, en otras circunstancias hubiera rodado los ojos.

— Buenas tardes — saludé con una sonrisa.

— Buenas tardes, cariño. Lamento que hayas tenido que venir con Derek — comentó divertida la mujer.

— ¡Oye! Para tu información, mi compañía fue grata para ella, ¿verdad? — me miró, y yo solo asentí divertida. Él sonrió con arrogancia, era bastante egocéntrico y divertido. Por ahora era el que me caía mejor de la familia.

— Yo soy Anabella Grasso, él es Evan Jones somos tus abuelos y ella es tu prima Abigail — se presentó, al hombre que estaba en la cabecera y a la pelirroja, que solo se limitó a mirarme.

— Un gusto volver a verlos — respondí, aunque no los recordaba y me senté junto a Derek.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.