En una tierra donde solo queda pensar en la ambición,
en donde el sol se pinta en tonos de "están jugando contigo en juramentos de amor",
no me pidas que te hable de un atardecer.
No hay épica en la sombra del robo de todo lo que quería,
no hay misterio en el cielo que se tiñe en insultos al corazón.
Es solo el sol apagando su show en un escenario que no sabe siquiera improvisar,
pero no estoy aquí ahora para admirar,
sino para recordarme el pasar del tiempo y que no hay mayor poesía en una rutina.
En la poesía se dice que el atardecer es hermoso, pero en él no veo nada más que una oportunidad,
el atardecer solo es un nombre más para la hora en que se apagan las luces y se encienden las dudas,
de aquel día en el que abrí los ojos ante su veneno y que juega conmigo tanto como yo juego con él,
porque no te estoy pidiendo nada, simplemente lo mejor.