Diego: jamás pensé que me enamoraría como un tonto de ti. Nada más que ahora sé que te amo no soporto estar separado de ti por mucho tiempo.
Helena: seguramente piensas que te hice algo para que no dejaras de hacerlo. Sabes que eso no es así, además no te veo nada molesto y sobre todo no debemos de estar a solas.
Diego: no tiene nada de malo que lo estemos. Recuerda que muy pronto serás mi esposa y es normal que este a tu lado, pero me molesta que mi suegro siempre quiera interferir entre nosotros.
Helena: mi padre únicamente se preocupa por mí. Pensé que eso ya lo tenías claro y no quiero tener a mi lado un hombre que cambia su actitud, ya que eso me demuestra que solo piensas en ti.
Diego: también pienso en ti. Sera mejor que entremos a tu casa para que podamos tener una conversación normal. Porque siempre terminas pensado mal de mí.
Helena: simplemente no me das ninguna razón para no hacerlo. Nada más que si quieres hablar bien conmigo eso será lo que haremos.
Ellos entran a su casa y Diego tenía claro lo que tenía que hacer. Pero a su mujer no le basta con decirle que la amaba y tenía que aclarar estos malos entendidos que tenían. Ellos a los pocos minutos llegan a la sala y cuando lo hacen toman asiento.
Diego: antes de irnos al lugar en donde te llevare necesitare decirte demasiadas cosas. Solamente quiero que me escuches y no sabes cómo lamento todo lo que paso entre nosotros.
Helena: no entiendo porque te gusta recordar el pasado. Aunque puedo entender que te sientas culpable y lo que menos quiero es que me pidas perdón toda la vida.
Diego: eso es precisamente lo que hare. Ahora si quiero que me escuches, además sé que te debo demasiadas cosas y sobre todo muchas explicaciones por la extraña actitud que tenía contigo.
Helena: tu comportamiento se debía a que no sabías lo que sentías por mí. Siempre me trataste con indiferencia y tu manera de mirarme también era extraña.
Diego: la primera vez que te vi me impresionaste y cuando mis padres me dijeron que serias mi futura esposa no sabía cómo debía de comportarme.
Helena: jamás me dijiste una palabra linda durante nuestro compromiso y ahora pretendes que crea lo que me acabas de decir. Aunque dicen que el amor cambia a las personas.
Diego: no es necesario cambiar para demostrarte que te amo. Pero lo único que quiero en este momento es ser una buena persona para poder amarte.
Helena: no es necesario que lo seas. Porque te amo y mis sentimientos por ti jamás cambiaron a pesar de cómo me trataste, ya que siempre soñaba que algún día me corresponderías.
Diego: si hubiera sabido que te amaba no hubiera pasado esto y lamento también cada uno de mis errores. Solamente que de algo que estoy seguro es que nunca te dejare ir y pase lo que pase serás mi esposa.
Helena: estoy segura de que cumplirás con lo que me acabas de decir y no es necesario que lo vuelvas a repetir. Recuerda que tus palabras se pueden malinterpretar y no debes de hablar de esta manera en mi casa.