Helena: no deberías de estar enojado con ellos porque nunca me aceptaron. Además, estoy acostumbrada a que las personas se burlen de mi apariencia física y otra vez te pido que no te preocupes por mí.
Michael: sería imposible no preocuparme por mi única hermana y te recuerdo que siempre has sido demasiado frágil. Solamente que la mayoría de las personas no entiende que no deben de menospreciarte.
Ellos guardan silencio cuando ven a Diego entrar con un hermoso ramo de flores rojas, Diego se acerca a su prometida para dárselo y ella se las recibe.
Diego: espero no haberme tardado. Pero si estás aquí eso significa que estás lista para poder irnos y sobre todo necesito que te ves hermosa.
Helena: este vestido apenas me lo compre y fue el que más me gusto. No me imagine que también te gustaría y me lo compre únicamente porque me gusto.
Diego: me parece bien que te compres todo lo que te guste. Nada más que como muy pronto serás mi esposa me encargare de darte todo lo que quieras.
Helena: eso solo pasara hasta que sea tu esposa. Sera mejor que ahora si nos vayamos y debes saber que tengo un límite de tiempo para regresar a mi casa.
Diego: lo único que me importa es que estés a mi lado. Aunque tampoco puedo evitar molestarme por eso y sobre todo te ves realmente hermosa ante mis ojos.
Helena: esas son palabras que definitivamente necesitare escuchar. Pero eres tan lindo cuando me hablas de esta manera que hace que con cada detalle que tienes conmigo me enamore más de ti.
Diego: entiendo que mi comportamiento contigo jamás fue bueno. Solamente que todavía no es tarde para remediar los errores del pasado.
Helena: te agradezco todo lo que haces por mí. Además, como ya te dije debemos de irnos y antes de hacerlo pondré mi hermoso ramo de flores en un florero.
Ella se levanta de su asiento y después de unos minutos pone sus flores adentro de un florero. Diego simplemente toma la mano de su prometida y cuando lo hace se despide de su suegra, ellos salen de su casa acompañados de su hermano y se detienen cuando llegan al auto.
Michael: me iré con ustedes en el auto. Recuerda que solo estoy cumpliendo con la orden de nuestro padre, así que ninguno de ustedes debe de molestarse.
Helena: por supuesto que no me molesta. Entiendo que mi padre hace esto con la intención de protegerme y sé que las cosas nunca cambiaran, aunque me haya casado.
Diego: la sobreprotección jamás cambiara. Nada más que cuando sea mi esposa será completamente diferente y me siento demasiado tranquilo pensando eso.
Michael: sabes que tendrás que soportarme toda tu vida, cuñado. Porque realmente espero que nunca vuelvas a tratar mal a mi hermana, ya que si lo haces nadie te podrá salvar.
Diego: únicamente la tratare como mi mujer. Seguramente toda la sociedad serán testigo del amor que siempre le profesare, así que no es necesario que me adviertas nada.