El amor no es una obligación

Capítulo 29

Michael: solo necesitaba recordártelo. Porque sabes que hago esto para proteger a mi hermana y sobre todo no quiero que vuelva a sufrir.

Diego: nunca me cansare de decirle a ella y mucho menos a su familia que no la hare sufrir. Además, mi única intención ha sido amarla y será mejor que ya nos vayamos.

Él toma la mano de su prometida para ayudarla a subir a su auto y así lo hace. Diego se sube después de unos cuantos minutos y Michael también se sube a su auto, Diego mira a su Helena para después empezar a conducir.

Diego: en verdad pensé que tu hermano se subiría a mi auto y menos mal que eso nunca paso. Pero este momento que estemos a solas lo quiero disfrutar únicamente contigo.

Helena: me imagino que mi hermano entiende hasta dónde puede llegar su sobreprotección. Sabía que estabas feliz en el momento en que te subiste.

Diego: es que no podía ocultar mi felicidad. Aunque me gusta pensar únicamente en mi hermosa prometida y también en como sorprenderte.

Helena: seguramente la sorpresa que me tienes esta noche será hermosa. Necesito decirte que estuve esperando todo el día para poder tener nuestra cita.

Diego: esta cita será demasiado perfecta. Nada más que lo que menos me importa es la presencia de tu hermano, ya que solo me importas tú.

Él sigue condiciendo hasta que al fin llega a su destino. Diego se baja para después ayudar a su prometida hacerlo y él toma su mano para entrar al lugar seguidos de su hermano. Precisamente ese lugar era completamente exclusivo y sobre todo Diego había reservado para que pudieran estar solos. Ellos toman asiento cuando llegan a su mesa y Michael se sienta en otra.

Helena: siempre quise que tuviéramos una cita en este lugar. Pero tú nunca tuviste tiempo para estas cosas y como ahora quieres que te vea de manera diferente haces esto.

Diego: se perfectamente que Michael te trae a comer. Ahora solo me tengo que fijar en los detalles para ser un buen prometido para ti.

Helena: entiendo que te gusta observarme. Solamente que jamás entendí porque lo hacías y eso es algo que quiero dejarlo a la imaginación.

Diego: la respuesta a eso es demasiado simple. Debes de saber que siempre he sentido una fascinación contigo y esa era la razón por la cual no dejaba de hacerlo.

Helena: si me hubieras dicho esto antes hubiéramos evitado los malentendidos entre nosotros. Simplemente te quedabas callado y no me decías nada.

Diego: jamás fue fácil para mi expresar lo que sentía. Este sentimiento era extraño para mí, pero con mi actitud te alejabas de mí, además eso era lo que menos quería que pasara.

Helena: no podemos cambiar el pasado y lo único que debemos de hacer es ser felices. Porque la felicidad solo la podemos sentir nosotros al estar enamorados, el amor era lo que realmente necesitamos y tu mente se negaba amarme y estoy segura que tu corazón te decía todo lo contrario. Ahora debemos de vivir nuestro amor que seguramente será hermoso e inolvidable.




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