El amor no es una obligación

Capítulo 34

Ellos tiempo después llegan y cuando lo hacen Diego ayuda a su prometida a bajarse. Él toma su mano y la acompaña hasta la puerta de su casa, ella se despide de el con un beso en la mejilla y su hermano se va hasta que él también lo hace. Helena entra a su casa y ve a su madre que la estaba esperando.

Matilde: me imagino que tuviste una bonita cita. Seguramente tu padre se iba a molestar si llegabas tarde y menos mal que al fin lo hiciste.

Helena: fue especial y sobre todo linda. Pero ya me quiero casar con él y sobre todo me siento demasiado ilusionada con mi boda, eso definitivamente me hace feliz.

Matilde: se ve que lo estas. Ahora tu felicidad debe de ser lo más importante y estoy segura de que tu prometido se encargara de que así sea.

Helena: el me ama y eso lo puedo sentir. Además, me gusta saber que él no se casará conmigo por obligación, sino que lo hará por amor.

Matilde: no debes de preocuparte por nada. No quiero que escuches los comentarios mal intencionados de la sociedad y tu padre como siempre se hará cargo de eso.

Helena: la sociedad nunca cambiara de opinión. Solamente que antes me afectaba saber lo que los demás pensaban de mí, ya que toda mi vida he sido rechazada por ser diferente.

Matilde: tu padre sabe perfectamente cómo piensan ellos y también tus abuelos hacen lo mismo. El prometió protegerte y eso es lo que está haciendo.

Helena: mi padre y también mi hermano han hecho lo mejor que han podido por mí. Seguramente esa es la razón por la cual me respetan.

Matilde: ellos saben perfectamente lo que estaban haciendo. Solamente que ahora debes de irte a dormir para que puedas soñar con tu nueva vida.

Helena: muchas gracias, madre. El día de mañana podemos seguir hablando y sobre todo necesitamos hablar de nuevo de mi boda.

Matilde: sabes que no debes de preocuparte por los preparativos de tu boda. Porque todo saldrá bien y ya deberías estar dormida a esta hora.

Helena: como siempre tienes razón. Pero esto que siento es algo maravilloso y te prometo que no dejare que nadie me haga sentir mal.

Matilde: si alguien lo hace tu padre se encargare de eso. Además, tienes una familia que te quiere y que te protegerá de toda la sociedad.

Helena: siempre me dices palabras que me hacen reflexionar, madre. Necesitare agradecerte por no rechazarme al ser completamente diferente.

Matilde: no eres diferente y jamás tuve una razón para rechazarte. Recuerda que eres mi hija y sobre todo que te quiero por serlo.

Ella le sonríe a su madre y se despide de Matilde para irse a su recámara. Helena cuando llega se acerca a su cama para tomar su pijama y se la empieza a ponerla. Ella después de que termina se acuesta en su cama y a los pocos minutos se queda dormida.




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