El amor no es una obligación

Capítulo 37

Helena: definitivamente se te va hacer una costumbre venir a visitarme antes de irte a trabajar. Aunque no puedo evitar agradecerte que lo hagas.

Diego: es que siempre necesitare verte antes de ir a mi trabajo. Porque quiero que esta sea una bonita costumbre entre nosotros y es demasiado agradable hacerlo.

Helena: me imagino la razón de eso. Seguramente esto lo haces únicamente por amor a mí, pero debes de estar tranquilo, ya que me casare contigo.

Diego: solo estoy asegurando nuestro matrimonio. Necesito ser un buen prometido para que te cases más enamorada de mí, eso es lo que quiero.

Helena: sabía que lo que estabas haciendo tenía un propósito. Solamente que es demasiado lindo verte en esta nueva faceta de hombre enamorado.

Diego: es que estoy enamorado de ti. No debería de sorprenderte mi comportamiento contigo y pienso darte todo lo que tú quieras, así que te escuchare con atención.

Helena: por el momento no me hace falta nada y si alguna vez quiero algo te lo diré. Ahora debes de irte a tu trabajo y no quiero que descuides tu trabajo por mi culpa.

Diego: es que no puedo concentrarme porque no puedo evitar pensar en ti. Pero trato de hacerlo para avanzar y las fotografías que tengo de ti en mi oficina son una distracción, aunque tengo que terminar de hacer mi trabajo si quiero venir a verte.

Helena: entonces debes de darme un beso antes de que te vayas para que no sientas que vamos a estar separados por unas cuantas horas.

Diego: el tiempo que pasamos juntos también es demasiado importante para mí. Además, tenemos muchas cosas que debemos de vivir como las personas enamoradas que somos.

Helena: el amor es como la vida misma que necesitamos vivir. Pero gracias a que me amas puede sentirme feliz y este sentimiento es lo más bonito que he sentido.

Diego: mi indiferencia hacia a ti puede considerarse como un amor imperfecto. Nada más que eso cambio al darme cuenta de que te amo.

Helena: debemos de seguir esta conversación más tarde, ya que necesitas irte. No quiero que se te haga tarde y tu como siempre no tienes ninguna intención de irte.

Diego: no estas equivocada en eso. Solamente espero convertirte en mi esposa para que estés esperando por mí en nuestra casa y necesito estar tranquilo para seguir esperando.

Helena: para que eso pase falta muy poco tiempo. Ahora dejare que me beses para que al fin te puedas ir a tu empresa y sobre todo en la tarde cuando vengas a verme quiero que me regales un ramo de flores rojas.

Él sonríe para después acercarse a su prometida. Diego la besa como si hubiera sido la primera vez que lo hacía y él se separa de ella cuando lo termina, el sale de su casa y cuando llega a su auto se sube y de esa manera se dirige hacia destino. El tiempo siguió su curso hasta que al fin llego el día de su boda, Helena había soñado con este momento todos estos años y al fin se iba a cumplir el sueño de casarse con el hombre que ama y sobre todo el que había elegido su corazón para amar.




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