Bajo el mismo cielo

Lo vi cruzar el pasillo, como tantas veces.
Perfecto. Rodeado. Inalcanzable.

Su camisa blanca se abría paso entre los grupos de estudiantes como si el mundo lo respetara más que a los demás. Como si le perteneciera.

Yo bajé la mirada al instante, temiendo que por error su vista se cruzara con la mia.

Y él caminó de largo.

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Esa noche, volví al blog.
"Cartas a nadie", lo llamé.
Pero ya no eran para nadie.

Eran para Náufrago. Alguien que al menos me hacía sentir entendida y me notaba.

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> Cristina (anónima)

"Hoy vi a alguien que no me ve.
Y pensé:
¿Qué pasaría si algún día me viera... y no le gustara lo que soy?

Pero tú, tú me ves sin ojos.
Me lees sin voz.
Y aún así, te quedas."

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La respuesta no tardó.

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> Náufrago

"Yo también vi a alguien hoy.
Ella no me vio.
O al menos, eso creo.

A veces uno admira a alguien tanto...
Que se convence de que no merece siquiera mirarlo.

Soy visible para muchos, pero no para ella.

Pero tú, tú me haces sentir que, tal vez, no soy tan invisible".

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Más tarde, esa misma noche...

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> Náufrago

"¿Has pensado alguna vez en conocernos?"

Sentí que el corazón se me detuvo.

¿Conocerse? ¿Verse?

Tipeo con manos temblorosas:

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> Cristina (anónima)

"A veces me imagino qué harías si supieras quién soy.

Si nos viéramos...
¿Seguirías escribiéndome?"

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> Náufrago

"Si supiera quién eres, tal vez me enamoraría.
Pero tengo miedo de perder lo que tenemos.

Porque aquí, sin nombre, sin rostro,
solo somos lo que sentimos.

¿Y si fuera suficiente?"

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Pasaron unos minutos.

Volví a escribir.

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> Cristina (anónima)

"¿De qué ciudad eres?"

Y entonces...

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> Náufrago

" Bellas Vistas en Madrid, España, en la zona norte. ¿Y tú?"

Me quedé sin aire.

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> Cristina (anónima)

"¡Yo también! Pero vivo en la zona sur."

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Ambos nos quedamon en silencio unos minutos.

Dos desconocidos.
Que vivimos en la misma ciudad.
Separados por un trayecto de tren o por un autobús.
Por el miedo.
Por una realidad que compartimos.

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Entrada 6: El mismo cielo

> A veces dos personas miran el mismo cielo,
viven en la misma ciudad,
caminan las mismas calles...

Pero nunca se cruzan.

No porque no puedan.

Sino porque no saben que se están buscando.