El amor que no llegó a tiempo

Enamorada dos veces de la misma alma

Han pasado solo tres días desde que supe la verdad que no me atrevo a admitir.
O que al menos mi corazón ya no puede negar.

Náufrago es Jhony.
Mi amor imposible.
Mi silencio eterno.
Mi herida dulce.

Aún no me lo dice. Aún no lo sabe. Pero sus palabras me están salvando.
Como si siempre hubiera sido él.
Y yo... la invisible que él sí veía, pero con el alma.

Hoy decidimos algo.
Un paso que da vértigo: vernos en persona.
Sin máscaras. Sin excusas. Sin saber quién es quién.

— Náufrago

> “Nos encontramos esta noche. Frente al lago del campus.
Ningún nombre. Ningún aviso.
Si estás allí… sabré que eres tú.”

Estoy temblando mientras me arreglo frente al espejo. Marie me abraza por detrás.

—Cristina… lo que sea que pase, tú mereces ser amada así. Con todo. Incluso si él no sabe que ya lo haces.

Asiento. Con los ojos brillosos. Con los latidos tan fuertes que duelen.

---

La noche es clara. El lago, inmóvil. Hay pocos estudiantes en el campus.

Me siento en la banca de piedra. La misma que describimos tantas veces en el blog.

Y espero.

Los minutos pasan.
El miedo crece.
Y entonces…

—¿Esperas a alguien? —pregunta una voz que conozco de memoria.

Alzo la mirada.

Es Jhony.

Y se me parte el alma en mil partes.
Porque él no sabe…
que soy yo.

—Sí —le respondo, con una sonrisa que tiembla—. A un amigo.

—Yo también… —dice él, mirando al lago, sin atreverse a mirarme del todo—.
Aunque creo que no vendrá.

Me río bajito. El tipo de risa que se escapa cuando el alma ya no sabe esconderse.

—¿Por qué lo dices?

Se encoge de hombros.

—Porque tengo miedo. Porque ella ama a alguien más y yo durante años también he amado a otra y nunca le he hablado, no creo que sea suficiente para ella, pero esta chica que recién conozco… no puedo dejar de escribirle.

Mis ojos se llenan de lágrimas.

Jhony suspira. Se ve nervioso.

—A veces creo que si supiera quién es realmente… me rompería del todo.

No puedo más.

Saco mi teléfono. Abro el blog. Escribo.

> Estoy aquí.
Y también tengo miedo.
Pero ya no quiero esconderme más.

Su celular vibra.
Lo mira.
Y por fin… me mira a mí.

La sorpresa en sus ojos es de otro mundo.

—¿Cristina?

Asiento.
Conteniendo el llanto.
Sintiéndome desnuda.
Real.

—Soy yo, Jhony. Siempre fui yo —creí que no sabías mi nombre.

Él no dice nada. Me observa como si de pronto todo su mundo se reordenara.

—¿Tú…? Conozco todo de ti. Cada detalle, han sido años admirántome en silencio.

—¿La chica que nunca pudiste mirar?.
La que te amó en silencio.
La que jamás pudo besar a nadie más porque solo soñaba contigo.

Se acerca.
Poco a poco.
Como si temiera que fuera a desvanecerme.

—¿Tú eras Náufraga…?
—No.
—¿Entonces…?

Le sonrío.

—Tú eras Náufrago. Yo solo aprendí a nadar hasta alcanzarte.

Y él… por fin me besa.

No como se besa a una desconocida.
No como se besa a una ilusión.
Sino como se besa a quien estuvo en tu alma desde siempre,
aunque el destino jurara separarlos.

Nos abrazamos.
Nos reímos.
Y lloramos.

Porque el amor… ese amor imposible…
Nos encontró.

Y esta vez, el destino se rindió. O eso pensamos.



#4875 en Novela romántica
#1773 en Otros

En el texto hay: tragedia, autoestima, amorimposibledeolvidar

Editado: 21.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.