El Amor Secreto Del Ceo

Decisiones del corazón

Ari

Ha pasado ya un mes, un mes de no hablar, de ignorarme por completo e ignorarle de regreso… un mes de muchas turbulencias, de mucho arrepentimiento en haber puesto parte de mi ser con un hombre frívolo, por que él lo seguía siendo; en la oficina se comporta como todo un hombre profesional, es el CEO temido y ovacionado por todos sus súbditos…

—¡Hey! ¿Estás ya lista? —Massie, la atolondrada chica que es más imprudente que un chico preguntando por la edad, pero muy buena gente

—¿Lista para?

—Hoy se van los primeros diez pasantes… estoy nerviosa.

Sí, solo faltan casi dos meses para averiguar quien se queda en las pasantillas y logra entrar al Gran proyecto de lanzamiento del videojuego, una oportunidad única en esta empresa, donde se involucraban desde los novatos hasta los old school.

Creo en la fuerza de atracción, en los ángeles y ese tipo de cosas que llaman a la buena fortuna, porque definitivamente, si yo decreto las cosas que he soñado, estas se tornan en realidad, aunque no de la manera deseada y el destino me juega algunas bromas de mal gusto, así como el haberme acostado con mi jefe más de tres veces.

—¿En serio ya ha pasado un mes?

—Sí Ari, un mes y contando.

También mi vida ha dado un giro de 180° y es sorprendente.

—¿Quién crees que se vaya?

—Yo…

—¿Tú qué? Eres una de las mejores, ni locos te dejarán escapar.

—No lo sé Massie, pero esperemos que ninguna de las dos.

—Ha pasado también un mes desde que no le hablas a Edward… ¿fue demasiado ese beso para ti?

—Ese beso nunca debió ser, sabes que es atractivo y buena gente, pero sus impulsos acabaron con otro tema que había también empezado mal, me gustaba lo otro, en serio que sí y él, lo echó a perder.

—Lo lamento Ari, pero no hay mal que por bien no venga, ¡anda, vamos a trabajar!

Massie tiene razón, en parte Edward me había salvado el trasero aunque me estuviera muriendo por dentro por estar con Taki, un mes en el que solo había recibido su rechazo y desprecio y recordar esa amarga noche, no me hacía nada bien.

Tory se ha convertido en la favorita del director general; Taki, por que ella sólo se presenta ante él y sale de la oficina muy feliz la hija de… bueno, en fin.

—¿Listas para irse a casa? —exclama la tonta—, me alegra que ésta sea la última vez que las vea.

Me quedo callada, sé que el silencio es la mejor arma letal para acabar con ella.

—En fin, creo que empezará contigo, Taki te necesita en su oficina ahora —espeta contenta, con una risa irrisoria en su rostro.

Los nervios empiezan a hacerme la mala pasada, a morirme por dentro y pensar en lo peor, preguntándome ¿por qué a mí? ¿Para qué me necesita?

—Anda, camina y ve que es lo que quiere, tal vez te ofrezca la cabeza de Tory en bandeja de plata —dice Massie sonriendo, y eso me contagia también, empezando a reírnos delante de la misma Tory, quien con una cara de mosca muerte, se hace la ofendida.

—Yo que tú, muevo el trasero a su oficina, apresura el proceso de tu carta de recomendación, porque seguro eres la primera que se va —se ríe y se larga a quien sabe dónde.

—¿Y si ella tiene razón?

—Por Dios Ariadna, camina y ve que es lo que sucede. Te doy muchos brillitos y éxitos amiga.

Enfilo mis tacones hacia la oficina, temblando por dentro y muriéndome también por verlo y escuchar su voz, porque en este mes, no le he escuchado ni siquiera su sensual pero frívolo “Buen día”.

Entro a su oficina con paso tambaleante, él está sentado en su escritorio, enfocado en unos documentos importantes, en cuanto siente mi presencia, levanta la mirada de donde la tenía y la enfoca en mí, penetrante.

—Cierra la puerta y siéntate —acota frívolo, me hela hasta los más calientes pensamientos.

Hago lo que me indica y me posó en la silla frente a su escritorio. Trato de analizarlo por su postura, por sus facciones del rostro y descubrir por qué me quiere aquí, tengo miedo pero es más la tristeza que me embarga.

—Han comentado que hoy se van los primeros diez pasantes… así que, le pediré sea breve…

—No pedí que vinieras por eso Ariadna…—se queda callado, expectante a lo que va a decir, decido removerme de la silla en la que estoy…

—¿por qué eres tan especial? ¿Por qué tienes magia?

El aire roza sus palabras, veo sus ojos y me ha robado el aliento una vez más en un suspiro largo que tenía atravesado.

No tiene cura la locura que sienten mis labios al querer lanzarme encima de él y besarle.

—¿Qué quiere decir? —indago, aclarándome la garganta.

—Estoy confundido, yo… ¿Por qué no puedo despedirte cuando precisamente eso es lo que debo de hacer? —suelta un suspiro estruendoso y frustrado, se nota que no ha dormido bien en sabe Dios cuánto tiempo…

—El equipo de marketing y diseño, maquetación 3D y el departamento legal, estamos evaluando quién debe quedarse y quién debe irse y tú, tu eres la única y primera de las pasantes que merece quedarse aquí, pero si te dejo aquí, me voy a volver loco Ariadna, estoy aquí pidiendo y rogándole a la Deidad que me de fuerza de voluntad para no follarte aquí mismo, sobre este escritorio… —dice ansioso.

Pensando que ha valido la pena cada esfuerzo en mi labor, me excita el simple hecho de tenerlo sobre mí y en este escritorio. Puedo ver su expresión de deseo en sus bellos ojos…

—¿Entonces debo irme, cierto?

—Aparte de ese motivo, dime el porqué debes quedarte en la empresa… dame una razón válida.

Carraspeo, nerviosa ante lo que se me presenta, me quedo callada porque, en si, mi trabajo ha tomado cierto peso y todos saben el potencial que poseo.

—Eres buena en lo que haces en mi empresa, tuviste razón cuando me pediste que confiara en ti y que reforzarías mi imperio, lo estás haciendo y no deberías irte de esta empresa, sería un imbécil si te dejo ir… y en todo el sentido 美しい, inteligente, guapa y… la dueña de mis sentimientos.




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