El Amor Secreto Del Ceo

Es mi medio hermano...

Taki hablo con su padre, a la larga debía de hacerlo, pero el señor Nakamura no se creyó el cuento de que yo era una socia comercial por el simple hecho de vivir modestamente en un loft alquilado y no poseer un auto, definitivamente no la tendríamos fácil con el papá de mi Taki…

«mío».

La mamá de Taki se quedó una semana cuidándome, hasta que le solté la bomba de que tenía cita con la ginecóloga para solventar mi situación con el retraso del sangrado; emoción e ilusión eran los sentimientos que embargaba a Xian, y yo me sentía pésimo, con miedo y con aturdimiento porque...

¿Qué haría con un bebé?

¿Cómo reaccionaria Taki ante esto?

La verdad, es muy arriesgado para ambos y porque la situación se ha alargado más de la cuenta.

—¿Taki sabe de esto?
—No, señora Xian, él no sabe de esto…
—¿por qué?
—Porque me cuido mes a mes, este es un chequeo de rutina, pero con esto del resfriado seguro será algo más… fuerte.
—Taki estuvo a punto de tener hijos con…
—Si, ya sé la historia, pero aún no es momento para los hijos… no me mal intérprete, es sólo que por ahora Taki debe acomodar su vida y yo la mía.

Ella sonrió, extendió sus brazos y me envolvió en ellos, terminé de alistarme y nos fuimos para la cita con la doctora, ella iba feliz, se le notaba que amaba a Taki, más sin embargo, del otro hijo no hablaba, es como si solo Taki fuese único en su vida.

—Supongo que Taki, te habrá contado todo…
—Lo de su hermano con Akira… si.
—¿No pasará eso de nuevo, verdad?
—No señora, no conozco a su otro hijo, más que solo no se frecuentan mucho con Taki por ese tema y es que, no tengo ojos para nadie más que no sea ese hermoso ser que tengo como novio.

Ella sonrió y por fin, llegamos al hospital, ella me tomó del brazo porque para ser sinceros, me sentía muy débil, y sabía que eso no era normal, llegamos a recepción e inmediatamente nos pasaron con la doctora, yo tenía miedo y ella también, pero, ante la situación y la posible (aunque no), llegada de un bebé, me tenía aterrada y a ella feliz.

—Siéntate aquí, Ariadna—expresó la doctora, mientras acaté la orden y me senté en la camilla, mientras ella rellena en su tablilla con lo que yo iba contándole.

—¿Tienes vida sexual activa?—pregunta, me da pena, pero es que, día y noche fornicábamos como conejos con Taki, era imposible negarlo.
—Si doctora, solamente que… esta semana no he tenido relaciones por lo mismo de la gripe.

Mis mejillas ardían de vergüenza, me sentía con demasiada pena, y es que, con mi mamá no era así, solamente ella confiaba en mí y mis citas con la ginecóloga eran siempre sola, jamás acompañada, ni siquiera de una amiga.

—No te preocupes, la vida sexual activa es muy normal entre tu rango de edad. ¿23 Años? —expresó.

Taki me llevaba un poquito de años, el tenía 31 y ocho años de diferencia no eran tantos, aunque tal vez aquí si.
—Si doctora…

La señora Xian no se iba, definitivamente estaba muy preocupada o emocionada. Así que la doctora me extendió una orden para hacerme análisis de sangre, luego de contarle mis síntomas y que no había sangrado en una semana y días, le hable sobre las inyecciones y en ese momento decidió también hacerme un ultrasonido transvaginal para salir de dudas, pero lo que encontró fue algo que no esperábamos.

Mi corazón se aceleró de tal manera que casi me desmayo de la impresión, pero no es lo que quisiera creer, no tenía nada, absolutamente nada en el útero, el cansancio y resfriado era por estrés, y la falta de sangrado era por que la inyección ya no estaba haciendo efecto, así que me decidí por un implante, no podía quedar embarazada ahora, aun no era el tiempo.

—¿Estás segura?
—Si, por ahora no es conveniente que Taki y yo nos estresemos por un bebé, gracias por todo su apoyo señora Xian, en serio lo agradezco muchísimo.

Ella sonrió y asintió con su cabeza, tenía su aprobación y eso me hacía sentir bien, así que procedo con el implante de brazo y, aunque dolió un poco, me sentía muy tranquila, me dejaron vitaminas y calcio para fortalecer mi sistema inmune y salir rápidamente de este resfriado, aproveche para comprar cosas para la casa y programar una cita con mi suegra…

¡Dios, mi suegra!

—¿Puedo preguntar algo?—dije.
—Claro, Ari-chan, lo que necesites saber.
—¿De verdad le agrado?

Ella comenzó a reír, al punto que debimos parar de caminar y su sonrisa me contagio.

—Que preguntas haces, por Dios. Eres la novia de mi hijo y me encanta tu estilo y el amor que le dedicas a mi Taki, y solo ver que él te atiende como a una reina, me hace sentir que eduque bien a mi hijo, gracias por traerle vida de nuevo.

Nos abrazamos, mientras que cruzando la calle del Giza para llegar a mi casa, Edward y Tory estaban juntos tomando un café, en uno de los locales que estaba casi frente a mi casa, me sentí intimidada, pero Xian, me tomo de la mano y me condujo a esa cafetería, diciendo que quería comprar pastelillo esponjoso para el postre de la cena, ya que hoy era una noche importante, le dije que esperaría afuera, que me sentía cansada, pero ella ya no insistió y gracias al cielo fuimos a casa, entramos y le ayudé un poco pero ella me envió a descansar un poco, ya que había organizado una cena en familia a la que no podía negarme, estarían su esposo, su otro hijo y Taki, haríamos formal el noviazgo con ellos, tratando de unir a los hermanos y presentarle confianza al papá de Taki, quien se notaba demasiado en desacuerdo con nuestra relación, y es que apenas empezaba.

(***)

—Despierta mi amor—Dice pegado a mi oído, besando mi cuello y magreando mis nalgas, pasando sus enormes manos en mi cuerpo y mi abdomen.

Tenía a mi hombre en sequía, él no quería dejar de tocarme y hacerme suya, pero no quería enfermarlo y correr el riesgo de un embarazo.

—Estas demasiado caliente, pero ahora no podemos—me doy la vuelta, quedando cara a cara y contemplando sus bellas facciones, esas que me encantan recorrer con mis dedos.




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