Ari
Después de los acontecimientos pasados, Taki quedó con muchas preguntas, su ex suegra llegó a pedirle ayuda, el tema era que el papá de Kira, tenía nexos con la Yakuza, y ella fue la pagana del problema de dinero que tenía su padre.
Taki tenia miedo de brindarle apoyo, y yo igual, porque si el señor Yiung tenía problemas con la Yakuza, Taki podía correr peligro con sólo acobijarlos con dinero.
—¿y si algo sale mal?—preguntó Taki a su padre, en cuanto decidieron darle tres millones a la mamá de Akira para solventar la deuda.
—Debes estar seguro de lo que estás haciendo Taki, recuerda que esa gente no es de fiar, lastimosamente recuerda los acontecimientos pasados—estaban ambos bebiendo coñac en el living del ático.
Yo me había quedado con el casi dos semanas seguidas, no me incomodaba, pero creía que íbamos demasiado rápido para vivir juntos, aunque así fuesen dos semanas.
De Edward no se sabía nada, es como si se hubiese esfumado del mapa y eso era algo extraño después de todo lo que habíamos vivido en meses, desde mis pruebas negativas de embarazo y la muerte repentina de Akira aunque esa, los miembros de la Yakuza ya la tuviesen muy bien organizada.
Yo solo escuchaba como ellos hablaban detrás de la puerta de mi habitación, no quería interrumpir en las decisiones de mi novio, no había podido convencerlo de quitarse la culpa, a él le pesaba el no haberle dado semejante cantidad de dinero a su ex esposa, decía que si el hubiese accedido, esto no habría pasado, pero, ¿por qué cargar con algo que no había sido su culpa?
—¿Ya le preguntaste a tu mujer si esta de acuerdo con esto?—el señor Nakamura, hizo una pregunta clave en esto.
Yo, no estaba de acuerdo, porque al momento que Taki diera esa cantidad de dinero, jamás se liberaría de esa gente y podíamos correr peligro, no sólo la empresa, sino hasta nuestras vidas.
—Ahh, Ariadna no está de acuerdo, teme por qué nos pase algo, pero, creo que esto se lo debo a Akira y no quiero que me pese más en la conciencia el no poder ayudar a su madre. Sé que mi novia es comprensiva y lo entenderá aunque cueste—exclamó.
Dejé de escuchar lo que a la larga no era de mi incumbencia, pero había tomado una decisión, regresar a mi apartamento y resguardarme.
Sonaba cobarde, lo admito, pero tenía miedo de que esta locura se complicara, aunque en estos momentos Taki no estaba pensando con cabeza fría.
Le envié un mensaje a Emilio, necesitaba apoyo, mi hermano me contestó y hablamos sobre ese tema, el cual, muy comprensivo, me dijo que estaba en la razón de oponerme, pero que no podía manejar la situación totalmente.
Emilio: —No puedes interferir en eso, si en verdad le amas debes apoyarlo, sea la situación que sea.
Ari: —Lo sé, lo sé. Tengo miedo que le pase algo, sabes que es complicado, ¿y si le hacen daño? ¿Y si lo vinculan con el papá de Akira? Pueden hasta matarlo, y eso me aterra.
Emilio: —En eso tienes razón, pero debes apoyarlo, si las cosas se complican, él debe actuar con la inteligencia y no con el corazón… es complicado hermana, no sé qué hacer o que decirte en esta situación.
Ari: —Basta con que me leas, hermanito. Gracias, en serio.
(***)
Desperté entre sus brazos, después de hablar con mi hermano, me quede dormida y no supe a que horas el papá de Taki se había ido del ático.
—Buenos días, pequeña. —exclamó, dándome vuelta para quedar cara a cara.
—¿Dormiste bien?—pregunté, dándole una caricia en el rostro.
—Tienes miedo ¿verdad?—preguntó, pegando su frente a la mía.
—No quiero que te pase algo, sé que no puedo evitar que hagas lo que debes hacer, pero… no quiero quedarme sin ti—un sollozo escapó de mí, mientras que él, con su mano, empezó a palpar mi cuerpo, esa era la forma que tenía para hacerme callar.
Esto se estaba volviendo monótono, o más bien, algo en lo que ya no tenía altas expectativas, porque todo estaba girando en torno a lo que ya no tenía solución.
¿Qué nos pasó?
—Quizás te logre entender mi amor, pero, mi conciencia pesa más.
—Aveces el nombre de Akira no me deja dormir, es como si igual de fantasma me estuviera haciendo una mala jugada, yo estoy con el alma rota, trato de entenderte pero no logro hacerlo… ¿A dónde ha ido esa conexión y ese amor que nos teníamos? Ya no te importa en lo más mínimo discutir este tipo de cosas conmigo… solo llegas y para evitar que hable, intentas convencerme y follamos, ya nada es igual—exprese con voz aguada, tenía miedo y estaba triste.
Me separé de él y me levanté de la cama, me fui a duchar, mi corazón se sentía demasiado decepcionado, acongojado por haber dicho tanta verdad a plena mañana.
Encendí la regadera, mis lágrimas se unían al compás del agua, haciendo a que me olvidara de porqué estaba así, tal vez era algo tonto lo que sentía, pero no podía quedarme sin decir lo que siento.
—¿Aún sientes algo por mí?—Taki se metió a la regadera sin darme cuenta, poniendo una mano en mi cintura.
—Si no sintiera algo por ti, no estuviera con la angustia de lo que pueda pasar en un futuro, Taki.
—¿Aún me amas? ¿Confías en mí?
—Te amo y confío en ti, el problema es que no confío en los demás y ese es el dilema.
Me di la vuelta y bese sus hombros, el contacto piel con piel era una buena terapia, pero, con él era diferente, porque sentía que me pertenecía totalmente.
Acunó mi rostro en sus manos, y me dio un beso suave, el agua seguía su curso, mientras que mis lágrimas ya no estaban disfrazadas, sino, dejaban verse a plenitud, con la misma amargura que yacía en mí en esos momentos.
Él limpio cada lágrima, y besó mi piel, tomó el shampoo y empezó a frotarlo en mi cabello, tomó el jabón y empezó a frotarlo en mi cuerpo, contemplando la espuma del mismo en mí, uno que le había brindado calor y las mismas ganas de aferrarse a él.
—Te prometo que todo estará bien, confía en mí, pequeña... —terminó de quitarme la espuma del jabón, no hubo sexo, sólo me baño como si de un gato se tratara, salí de la ducha y me vestí, como si no hubiese pasado nada, lo deje en el cuarto de baño, y salí a caminar como todas las mañanas.
Editado: 02.10.2024