Amanecí abrazada a él, después de hacer el amor mas de dos veces, no había tiempo, solo habría espacio y distancia; León me había enviado un mensaje diciendo que el vuelo salía hasta las dos de la tarde y en serio que me sentía demasiado triste al dar este paso, pero, si de verdad lo amaba, tenía que soltarlo y si llegábamos a coincidir nuevamente, aprender a amar, pero de una manera sana.
–Quisiera decirte buenos días, pero no puedo, mi bella flor de cerezo.
Me acomode mas a su regazo y lo bese, el acuno mi rostro en sus manos gruesas, besando poco a poco mi boca y mi rostro, evitando pasar donde estaba herida y besando sin lastimar, ¿Cómo llegamos a esto? Nosotros que teníamos esto tan inquebrantable, ahora esto nos superaba mas que cualquier cosa.
–Tengo que dejarte ir, aunque me duela y me este muriendo por dentro, aunque hicieras de mis días los mas hermosos, esto es lo correcto para ambos, debemos de sanar; tu, una sombra y herida del pasado y yo tratar de no hacer lo que a la gente le hace feliz, encontrarme conmigo misma. Sabíamos desde un inicio que este no era el tiempo para estar juntos, empezamos mal, mi amor. No quisiera irme nunca de tu lado, porque muy en el fondo sé que pertenezco aquí– dije tocando su pecho, mientras ambos llorábamos.
–Lo entiendo, debo dejarte ir para que sepas quien eres, para que hagas tu camino sola hacia el éxito y, lo hago hoy, esperando que digamos un “nosotros” en el futuro, y si no es en esta vida, será en la otra. Pero siempre juntos, mi bellísima flor de loto.
Volvimos a hacernos uno solo, nuestra piel quemaba, nuestras ganas eran eternas, los besos que en esas horas crueles no pudimos darnos, ahí mismo los habíamos compensado y, también los que no nos daríamos hasta que la vida y el hilo rojo nos llevara nuevamente de regreso y supiera que ahí mismo pertenecíamos.
Comimos después de llorar y amarnos y se había llegado la hora de nuestra despedida, él fue a dejarme al aeropuerto; León ya me esperaba allí, y esa despedida había sido la peor de la historia de mi vida, dejar al hombre que había dominado todos los sentidos, que me había hecho romper las reglas, pero que también con sus acciones me había hecho pedazos, esta etapa debía cerrarse, pero no era una despedida para siempre, ¿o sí?
Me amarro en un abrazo eterno, un abrazo que aún no tenía una descripción de lo maravilloso y doloroso que era, lo vi a la cara y si sus ojitos eran entrecerrados, rasgados, esta vez de tanto llorar no sabia si estaba dormido parado.
–Esto no es un adiós, te digo, esto es un “hasta siempre”– le dije, pegando mi frente a la suya.
–Te amo Ari, no lo olvides…
León se acercó, le dio un abrazo, y cayendo en cuenta, de todo lo que estaba viviendo, no me había percatado de que Taki estaba golpeado, me había enfrascado tanto en mí, pero el no dejo que le preguntara nada más, camine hacia la entrada del vuelo para España, y el se quedo ahí, parado y con dolor, lo supe porque yo sentía como mil cuchillos apuñalaban a mi débil corazón, mientras León me abrazo con fuerza, dejando sueños, estabilidad y amores inconclusos en Japón, dejando al ceo de la empresa, moribundo de amor.
(***)
Llegamos a Madrid en 13 horas, en ese lapso de tiempo me sentía un poco aliviada, sabia que lo ideal había sido dejarlo para que sanara y creciéramos como personas, no quise saber nada de lo que había pasado con esos seres que me habían hecho daño en nombre del amor, León espero a que María Elvira nos llegara a recibir, no entendía nada de lo que mi hermano estaba o estuvo tramando y en sí, yo lo amaba tanto que le confiaba ciegamente mi vida.
–¿Qué está pasando?
–Nuestros padres no saben nada Ariadna, esto lo manejamos con total discreción, exceptuando a los abuelos y a María E, solo confía hermana, debes sanar, recuperarte y si, aun en un futuro están solos y se reencuentran, espero sean felices y hayan sanado todo lo que Debian de sanar, empezar de cero; sin rencores y amándose.
Que mi hermano tuviera una esperanza en “nosotros”, me hacía sentir que esto realmente valdría totalmente la pena y que lo que habíamos vivido en Japón, sería como haber leído un periódico de ayer, de esos que la gente olvida, pero que les gusta mantener siempre en contacto, porque si no lo dejaba, tenia miedo de ni siquiera quedar como amigos, que cuando nos llegáramos a encontrar, no guardáramos odio ni pesares y ya no tener pendientes.
María Elvira llego con una maleta, abrazo a su novio con mucha fuerza y luego me abrazo a mí, dándome apoyo y llore con ella, sacando lo que sentía.
–Esto será temporal querida Ari, guárdalo en tu corazón como si fuese tu mayor tesoro, pero, no olvides que tu mayor proyecto de vida, eres tú y tu también importas, por favor, sonríe…– la chica tenia la absoluta razón, así que ahora, descansaríamos en su casa y mañana partiríamos hacia Florencia a donde los abuelos, no quería quedar expuesta ante mis abuelos y menos incomodarlos, así que acorde con León quedarme en la casa que nuestros papás habían regalado para nosotros en El Vitoriano, y, si necesitaba algo, se lo pediría a mi abuela.
–Eres terrible Ariadna, pero tus ganas, descansa.
Me dejaron en la habitación de huéspedes, la casa de María E era grande, y aprovechando que sus papás no estaban en España, aprovecharon para dormir juntos y yo aquí me encontraba tratando de hacer las paces conmigo misma.
(***)
Aterrizamos en Roma, después de un vuelo corto de dos horas y minutos, León me llevo a una tienda de ropa, yo había dejado todo en Japón, y María E, tan bella me había prestado alguna de su ropa para pasar la noche y llegar aquí. La mayoría de ropa que vendían aquí era de la línea de mamá y papá, ya que las prendas D´angelo, venían producidas y distribuidas de ColoursFaith.
Este tiempo en Italia me ayudaría mucho a concentrarme en otras cosas, ya había cumplido uno de mis sueños, aunque dejara parte de mi corazón en ello, aquí empezaría terapia psicológica para sanar y esperando que mi precioso Taki, estuviera luchando por sanar su lindo corazón y su alma rota.
Me instale en El Vitoriano, contemplando la majestuosa tarde que me brindaba el hermoso paisaje con tonos naranja rojizos y el suave rocío anunciando ya que el otoño iba a empezar, me senté en ese balcón, destape mi nuevo teléfono y marque al numero de Cassie, ella respondió tímida, pero en cuanto escucho mi voz, se alegró demasiado, le pedí disculpas por lo que había pasado y hablamos de lo que estaba pasando, dándome ánimos y poniéndose a la entera disposición, eso sí, no le dije que me encontraba en Roma, León se iría mañana por la mañana ya que debía ponerse al corriente en ColoursFaith en Madrid.
Hice muchas cosas esta tarde, organice mi closet con las prendas nuevas, hable con algunas empleadas de la casa, pidiendo que no dijeran nada que yo estaba aquí, no quería que mamá y papá se alteraran y poner mas en riesgo mi estabilidad emocional que pendía de un hilo muy, pero muy delgada.
(***)
Ha pasado una semana, una semana dura con ataques de ansiedad, crisis e incluso, ideas de suicidio, poniendo en tela de juicio mi estadía con la soledad, porque debía encontrarme a mí misma, a ser yo, a amarme como era y no fingir ser perfecta, ya me había cansado de llorar, estaba ya seca, y, me limite mejor a sonreír, mi rostro ya empezaba a mejorar, y mi humor ya no dependía más de él, quería saber como estaba, pero mejor deje que todo se acomodara en tiempo y lugar.
–¡Es una hermosa niña! – dijo Cassie en la línea, el embarazo de mi amiga iba bien, y esta maravillosa noticia me subía los ánimos. {
Me lamentaba a veces no estar en Japón, con mi mejor amiga y con él, pero desde aquí siempre estaría al pendiente de como iban las cosas, mis citas con la especialista iban muy bien y así iban pasando las semanas, las horas y me sentía ya mejor en ciertas cosas, llame a León para saber como iban las cosas en Madrid; las noticias no dejaban de sorprenderme, mis padres vendrían a visitarme, León conto algunas partes, pero de mi dependía decir la mayoría y de cómo me sentía.
“El amor en los tiempos del colero”, hacían a que luchara por estar mejor y la soledad también, aunque ya había encontrado como ganarme la vida y empezar.
Editado: 02.10.2024