El Amor Secreto Del Ceo

Amargura

Taki:
Nada había quedado desde entonces, había pasado ya una semana desde que nos separamos, era un infierno y para menos, los que habían soportado mi mal humor y mis gritos, eran mis empleados.

Aunque quisiera hacer de cuenta de que no la había conocido, había sido inútil.

Juro que nadie más sentiría o comprendería que lo que había pasado con mi ángel era diferente, que nadie me haría sentir lo que ella causo en mí, por ella había roto muchas reglas, muchos prejuicios; sabia que entre nosotros no importaría la distancia, el tiempo o espacio, porque este amor que me quemaba a mí, también le quemaba a ella y aunque no nos volviéramos a ver, nuestro amor iba a perdurar; seria eterno.

¿Cómo lidiar con una ruptura?

Empecé a tomar terapias con una especialista, sanar el duelo interno que me había causado Akira hace algunos años, cambié de apartamento porque en cada rincón de la casa, estaba mi bella flor de cerezo y se me dificultaba asimilar que ambos estábamos luchando por algo que había empezado mal, escuchaba y sentía su mirada, su sonrisa cada que llegaba al ático y era imposible dejar de pensar si ella aun pensaba en mí, si había sido buena idea separarnos… y así pasé el tiempo, sanando, tratando de darle su tiempo y su espacio, aunque había vuelto a ser el hombre frio, un ogro con todos e incluido Marco, quien trataba de hacerme sonreír o compañía todo el tiempo.

–Es justo que la entiendas y le des su espacio y lugar, porque día a día resaltas más lo que no haz hecho bien, vives remendando tus fallas con excusas y comparándote con los demás… esto es para bien, Taki.

–Lo sé, lo sé… lo poco que está por salvarse de nuestro amor, ese hilo atado a nudos, quiero, no lo sé, quiero ir a buscarla… no creo que de verdad este pasándonos esto.

–Deja de darle vueltas y ya no te victimices de esta forma, deja que esto se terminé por lo bien, lo que es tuyo regresará, lucha por ella, pero no a lo estúpido, lucha con salir de tu pasado, de hacer las cosas bien, de regresar a la esencia del hombre que realmente eres.

Lo que Marco decía era totalmente cierto y de verdad debía de hacer el cambio, de no temer y de no dejar crecer ese vacío que había en mí y no llenaba con nada, dejar esa dependencia y de exteriorizar mis fracasos y no proyectarle seguridad y amor a mi otra mitad, aunque haya renunciado a lo más hermoso que me había pasado por causa de mi ex mujer, a la que dejé caer todo el peso de la ley y hundiéndola definitivamente en prisión, Edward trató de escapar del hospital en el que se encontraba recuperándose, inmediatamente fue alertado y recluido en prisión, ambos por terrorismo, secuestro y trata de personas, ellos mismos se habían hundido.

No sabía en que llegaríamos a parar con Ariadna, pero tenia fe en encontrarnos pronto, amarnos hasta hacernos viejos, así como en las películas románticas que guardaba en mi habitación secreta y dejar atrás este sueño cruel que no me llevaría a nada.

(***)

Ya era navidad, era ese el tiempo que llevaba sin ella, sin la dama de cabellos rosas, a la que prometí protegerla y no dañarla, algo había aprendido en este tiempo y aunque dentro de mi corazón y mi ser, seguía esa luz de esperanza en que la vida nos volvería a juntar; Emilio se mantenía en contacto conmigo, era poco lo que lograba saber de Ariadna, pero me conformaba con saber que se había puesto a trabajar en sus propias aplicaciones, que estaba tomando terapia al igual que yo y que sus heridas iban cicatrizando, aunque ya en un mes entraría la época navideña, y que horrible seria pasar solo esas festividades, pero, me bastaba con saber que mi otra mitad estaba bien y en paz, siendo exitosa y próspera.

–Marco, necesito hacer un videojuego de dos mundos, yo te diré la temática con más tiempo, será un mundo de fantasía, necesito que la protagonista sea una hermosa hada, de cabellos rosa… tú sabes lo que necesito.

–¡Claro Taki-San! Ya me pongo en eso, Massie pidió ya sus vacaciones pre- parto, así que nos toca trabajar con los demás especialistas, ¿Cómo va tu estadía en Vancouver?

–Voy bien, me siento tranquilo, ignorando el tiempo y esperando que se acabe rápido, aunque me esta costando un poco, invertir aquí en la universidad central, es una maravilla y me hace no pensar en cosas…

Tenía aproximadamente dos semanas de haber venido a Canadá, empecé un programa de becas reclutando a talentos jóvenes, pedí también trabajo como catedrático en sistemas y ya me tenían una respuesta, así que empecé a tener la mente más ocupada, a no extrañarla tanto y ya no hablar con Emilio, porque habían días que la cabeza casi me explotaba de tanto quererla soñar y darle un beso de los que tanto adoraba darle, pensando en si ella pensaba en mí, si estaría sola o si alguien ya ocupaba mi lugar, aunque la terapeuta me hizo entender que nadie era propiedad de nadie, que solamente habíamos tenido una oportunidad del destino y que mi turno ya había pasado, que si de verdad habíamos sanado ambos, eso se iba a ver reflejado en un futuro.

–Me alegra realmente. Espero que para la navidad la vengas a pasar a Japón, nos haces falta amigo…
–Espero verte, Salúdame a Massie y a toda la empresa, prometo llegar renovado, te quiero hermano.

Terminé la llamada y volví a enfrascarme en el trabajo y dejar que mi conciencia dejara de buscar elementos que no servirían para traerla de vuelta, no ahora.

Sin querer mi corazón dependía de lo que ella quisiera hacer, sintiéndome un tonto soñando lo que no seria, queriendo estar con ella, una foto de ella era lo que me acompañaba cada noche para poder dormir y seguir preso en su amor, anhelando un beso mágico de su boca, comprendí, que sus motivos eran válidos y que mi inseguridad debía ser encerrada para poder continuar.

Tal vez los años pasarían, pero jamás la olvidaría, nunca.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.