El Amor Secreto Del Ceo

Reorganizando mi vida

Ari

Me había dolido la traición y lo que haya cometido Tadeo, privándome de mi felicidad con el padre de mis hijos, una llamada bastaría para cambiar el rumbo de ésta historia.

De mi historia.

Me quede dormida en los brazos de Taki, pensaba que esto era un sueño y no quería despertar, me sentía en casa, en mi hogar, una parte de mi estaba en paz, porque después de habernos fallado en cierto punto; ninguno había estado listo para una despedida, dejando de lado lo que el destino tenia preparado para nosotros, para los cuatro, todas las pinturas que había hecho basándome en mis recuerdos, habían ayudado a que los empleados de la casa no le temieran al japones de porte imponente, que se veía tan frio y agrio, pero conmigo siempre fue una lumbre de fuego, regalándome de su amor y cuidados, de compartir sus mayores secretos conmigo, ese era mi Taki, ese era el hombre del que me había enamorado perdidamente.
–Si sigues viéndome así, prometo que no me voy a contener y te hare mía– espeto con una sonrisa pícara en su rostro.
–En mi mente ya estas desnudo sobre mi, haciéndome el amor lentamente, besándome cada parte de mi piel y marcando que solamente soy de ti y para ti…
–No sabes cuanto anhelo hacerte mía, estar dentro de ti y recordarte que soy solo tuyo y te pertenezco para y por siempre…
Lo tome por la nuca y lo atraje hacia mí, empecé a besarlo y los bebes reaccionaron ante su tacto por mi piel, haciendo a que él se pusiera al nivel de mi vientre gigante y comenzara a hablarles, unas lagrimillas cayeron de mis ojos, agradecía que alguien le haya podido decir que lo necesitaba con ansias, que lo amaba aún más que nada y que nuestros hijos lo iban a necesitar durante toda su vida.
–Yo, solo sé que dependo de ustedes para estar bien, para darles el amor que tengo guardado en mí.
–Te amo, pero, ven acá que te necesito urgente…–enrollé mis piernas en su cadera, como pude porque por la panza me costaba, hicimos el amor diferente, con caricias tiernas, con lágrimas de felicidad y sintiendo mil cosas especiales, nadie nos interrumpió el resto de la noche, la luna era testigo de cómo nos amábamos esa noche, de cómo recuperar el tiempo perdido y de amanecer en sus brazos, en mi cama y con una familia, mi propia familia.
(***)

Los rayos del sol que se colaban en el balcón del Vitoriano, me hicieron despertar viendo que en la cama solo estaba yo y Taki no se encontraba más, hasta que escuche la regadera y me tranquilice, no quería separarme de él, hasta que sonó su teléfono, lo había dejado en la mesa ratona, me envolví en las sabanas de seda y me senté, el celular era nuevo y en la pantalla estaba nuestra primera foto, esa donde decidí ponernos bolsas de papel con agujeros y caritas para postear nuestra felicidad en tiempos de clandestinidad, una notificación de mensaje había llegado… KAYO-CHAN, era el nombre y la foto de perfil, una hermosa chica, la misma de la foto de Instagram. Controle mis sentimientos, sabía que no podía actuar así por mis impulsos, que debía demostrar madurez y que este tiempo solos había ayudado a que mi mentalidad de niña cambiara completamente.
Él salió del baño, mostrándome su espléndida figura y dejándome al deleite ver su belleza, me hacia falta levantarme con esas vistas tan majestuosas, su cabello seco por la toalla y el otro toallón enrollado en su cintura, dejando al descubierto su trabajado abdomen e invitándome nuevamente a perderme en él.
–Así me siento un panecillo de vitrina, cada que me miras así…
–No sabes cuantas veces yo te he suplicado en sueños y poder imaginarte cerca de mí, ahora ya puedo dormir por que por fin estamos juntos… no importa nada más, este amor me tiene presa a ti y con solo besos tu puedes hacer que yo me calme.
Él sonrió y comprendió, tomo su celular y sonrió.
–No debes sentir celos ni ser insegura, porque mi corazón solo quiere estar contigo, ella– dijo mostrando su teléfono–, es Kayo, mi mejor amiga y la que consiguió las coordenadas para estar aquí con ustedes, de hecho, la traje, y quiero que la conozcas, es como mi hermana pequeña, aliviando cada que lloraba de amor, ella me insto a seguir luchando por ti, así ese idiota haya dicho que estabas casada.
Trague hondo, y me sentí aliviada, lo bese con tantas ansias y él bajo a besar mi pancita, sintiendo como los gemelos se alborotaban al solo sentir su tacto.
(***)

Deje que se despidiera de mi y los invite a cenar al Vitoriano, mi abuela, en cuanto el se fue, me conto que ella había sido ese pajarito que le había pedido que viniera a reclamar mi amor y a sus hijos, le agradecí eternamente el acto de amor puro, y en ese momento le pedí a la vida qué hiciera eterna a mi abuela, mande a arreglar la casa, estábamos de fiesta porque había regresado el amor a mi vida y ya me sentía completa y sé que mis hijos también, así que me puse linda para mi japones, quería darle también una buena impresión a Kayo y hacer a que le agradara y, agradecerle que haya ayudado a Taki todo este tiempo, quería saber cómo se habían conocido y las dudas, definitivamente ese lado de posesión jamás se iba ir de mí.
–Quedaste más hermosa que de costumbre, mi niña preciosa.
–Gracias abuela, espero que también les guste a ellos y que disfruten la cena, sé que Taki no come queso y por lo mismo preferí un menú mas adecuado, espero que adoren las tempuras del chef y lo demás– yo estaba nerviosa, no podía controlarlo, sabia que iba a salir todo bien, pero él, solo él podía hacer a que yo me pusiera así.
Pase a la sala y todo estaba impoluto, tal como me gustaba a mí, el comedor principal, ni hablar , el reloj ya marcaba un cuarto para las siete, a esa hora tendría que estar Taki y Kayo cerca de aquí, también le había dicho que vinieran a instalarse aquí, Taki prometió darme una respuesta hoy, ya que las cosas en el trabajo y la nueva sede en Vancouver requerían de su presencia, pero que haría todo lo posible por tener representante en Vancouver y no perderse los últimos meses de los gemelos en el vientre, y, peor aún, el nacimiento.
Las puertas de la casona se abrieron, notificando que el amor de mi vida había llegado a casa con su reina, trayendo a la bella chica que lo acompañaba y quien desde que me vio, corrió hacia mí, estampándome un abrazo eterno y besando mi pancita, Taki solo la vio y empezó a reír, amaba a este hombre, su presencia y a sus amigos.
–Eres hermosa, ni yo te hubiera dejado ir fácilmente… la magia que tienes se siente a kilómetros y, la vida que tienes dentro de ti– dijo tocando mi barriga–, hará grandes cosas, bendecidos y celebramos la llegada de esas semillas de amor, y tú– señalo a Taki–, nunca la dejes ir… ¿entendido?
Ambos reímos y de inmediato congeniamos, ella era una monería, y amaba que fuera tan sencilla, tan alegre y autentica, tomamos asiento y empezaron a servir la cena, sabia que mi chico comía como por veinte hombres, pero Kayo le quito el trono del más comelón, ya que ella también tenia buen aguante.
–Yo me encargare de la sede en Vancouver, no puedes dejar sola a tu mujer, además yo debo de encargarme de un trabajo que dejaste pendiente, así que… brindemos por los cinco, y que por siempre sean felices, ¡Que viva el amor! –Kayo levanto la copa de vino tinto y brindamos, yo brinde con amaretto sin alcohol, y esa noche daría comienzo a mi felicidad indefinida…




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